Cuando tuvimos las primeras noticias del conflicto entre Rusia y Ucrania nadie imaginó vivir un escenario como el actual. Con un enfrentamiento largo, ataques a la infraestructura ucraniana, y fuerte impacto en la población civil. El primer impacto de esto es la absurda pérdida de vidas humanas. Pero en lo que hace a los mercados de granos, hay grandes incógnitas por los cultivos de invierno como el trigo que están en pleno desarrollo, por la capacidad de trabajo para sembrar los de verano en abril, y por la logística para llevar las cosechas hasta los puertos y embarcarlas.
Dentro de los mercados el más afectado por esta situación es el trigo, ya que la zona es responsable de un tercio de las exportaciones, y la maña campaña previa dejó stocks ajustados a nivel mundial. Esto hizo que en un momento en el que localmente dábamos por cerrada la campaña dada la intervención en el mercado, los valore se dispararan por el apuro de los compradores finales por hacerse de mercadería que lleva a presionar sobre los productores para que vendan. Esto ha generado que se renovara la iniciativa de un fideicomiso en el que los exportadores de granos hagan aportes, para distribuir entre los productores de alimentos de primera necesidad. Esto en la práctica implicará un nuevo costo para los productores, que ya están siendo gravados con elevados derechos de exportación.
La situación está llevando a precios inéditos en el mercado de granos, aunque no es claro todavía donde está el final de la escalada. Por ello la recomendación es seguir con las coberturas flexibles, tanto para la campaña en curso como para la 22/23. Al respecto debemos marcar que la suba en los insumos exige precios más altos para conservar la rentabilidad, y que los precios actuales están explicados por situaciones coyunturales como la seca Sudamericana y el conflicto Rusia/Ucrania.
.
Veamos algunos de estos temas con más detenimiento