Si bien tuvimos lluvias la semana pasada, las mismas se agolparon en el centro y sur de Argentina, con aportes pobres y menores a lo esperado para el resto de las áreas. Sin embargo, persisten pronósticos de lluvias generalizadas para esta semana, y el mercado se reparte entre quienes están ya bajando estimaciones de producción y quienes todavía piensan que, si los pronósticos se concretan, la situación podría no ser tan grave. Estamos entre los primeros.
En el caso del trigo, el mercado había subido mucho por la mala cosecha del hemisferio norte, y entre que la trilla en el sur (Argentina y Australia) fue buena, y está iniciándose la temporada nueva del hemisferio norte, el mercado se tranquilizó. De todas formas, la creciente hipótesis de conflicto entre Rusia y Ucrania, y el mal inicio de la campaña norteamericana le ponen piso a los valores.
Dado que el posible problema de abastecimiento está en Sudamérica, las subas de Chicago exceden a las locales, con primas que van al alza, ante reticencia de los productores de vender. Creemos que este es el camino más razonable, teniendo presente también que antes buenos precios iniciales ya se habían tomado ventas. Por esto ahora la recomendación pasa por hacer promedios con compra de PUT.
Localmente una nueva política sectorial está generando ruido: acordar que los exportadores aporten parte de sus ventas a un fondo fiduciario, destinado a subsidiar el consumo de pan francés, fideos y harina 000, así como a la producción de cerdos, con el fin de que los precios de los granos para estos sectores vuelvan a los valores que tenían en pesos hace un año. En la nota analizamos con más detalle la cuestión, pero en primer lugar el problema del alza de los alimentos no son las materias primas. El trigo impacta en menos del 20% del precio del pan, por ejemplo. Pero adicionalmente, el Estado ya está cobrando un impuesto de 12% a las exportaciones de maíz y trigo. Si destinando un punto potencial se logra retrotraer los precios internos para el consumo a valores de hace un año, bien podría financiarse con esa recaudación, en lugar de pedir un nuevo esfuerzo a los privados. Finalmente quedan flotando cuestiones como quien administrará los fondos, el criterio con los que se repartirá, las dificultades de control del mecanismo, y tampoco se aclara quien recibiría el fondo fiduciario para administrar en el mientras tanto.