El mercado analiza la política que lanzó el Gobierno con el fin de llegar a su objetivo de emisión cero. Dicen que se trata de un mecanismo de intervención del dólar y ven algunos riesgos en el horizonte
El Gobierno se propuso bajar la brecha cambiaria como objetivo principal en estos días, en un intento de que la disparada del dólar de las semanas anteriores no se traslade a los precios y reavive la inflación. Las primeras reacciones en el mercado del mercado fueron en línea con lo esperado, con un derrumbe del blue, el CCL y MEP, pero también las acciones y los bonos se desplomaron, mientras que el riesgo país se disparó.
El plan que anunció el Gobierno para terminar con la emisión que le demanda la compra de dólares en el mercado oficial consiste en vender dólares en el financiero para esterilizar los pesos que le requiere esa operación previa. Así lo anunció el ministro de Economía, Luis Caputo, en el marco de la segunda parte de su plan económico.
El gran objetivo es controlar la brecha cambiaria, que se le disparó en los días previos, con el fin de bajar la inflación. Sin embargo, el mercado opina que se trata nada menos que de una intervención de los tipos de cambio y analizan los efectos que puede tener.
Las razones del nuevo plan monetario
«El Gobierno lo presentó como una medida monetaria para que no crezca la cantidad de pesos de la base monetaria, pero lo que en realidad están haciendo es ampliar la intervención. Lo que les importa es bajar el precio del dólar porque había llegado a $1.500 y la brecha pasó del 15% al 60% en dos meses. Eso les trae muchos problemas: los importadores aceleran sus operaciones y los exportadores perciben un dólar barato y no liquidan, sobre todo en el campo, además, de que se alientan expectativas de devaluación», detalla el economista Christian Buteler a Ámbito.
En la misma línea, el economista jefe de FIDE, Pedro Gaite, observa que «la esterilización de pesos por la compra de dólares tiene más que ver con justificar la intervención en la brecha cambiaria más que a disminuir la emisión monetaria«. Señala que este último elemento era algo que nadie estaba pidiendo. De hecho, recuerda que el Gobierno había dicho que esa emisión era virtuosa.
«Creo que los motivos que llevaron al Gobierno a tomar estas medidas tienen que ver con la intención de contener la brecha en vistas a una posible unificación cambiaria», apunta, por su parte, el economista Martín Carro. Y considera que el hecho de cortar una fuente de emisión parece tener «conexión con el relato que intentan transmitir y les ayuda a evitar lisa y llanamente: vamos a intervenir el dólar paralelo».
Horacio Miguel Arana, Senior Research Fellow de la Fundación Internacional Bases, señala, en tanto, dice que «los motivos se alinean con la estrategia de cerrar la canilla de emisión monetaria bajo todas sus formas y es un proceso que lleva tiempo».
Brecha e inflación: el gran objetivo de Caputo y Milei
Arana detalla que «las medidas son una forma de esterilizar la emisión por compra de dólares a exportadores, comprando barato y vendiendo más caro en el CCL» y, tal como se observó en las declaraciones de Caputo, apunta que «el objetivo de fondo es profundizar el proceso de desinflación«.
Sin embargo, Buteler comenta que, en la víspera, la base monetaria ampliada creció y no vendieron dólares porque el dólar bajó. «Así, dejó en claro que no es una regla monetaria lo que se buscó, sino bajar el precio del dólar y se anunció con ese objetivo, de que los operadores vendieran sus dólares en pos de lograr ese fin», apunta.
«El Gobierno espera que la intención de intervención ayude a la liquidación de exportaciones con un ‘blend’ relativamente alto y, así, tener la brecha a raya, que influye en el humor de los mercados», explica Carro.
Nueva política monetaria: los efectos de la medida
Lo cierto es que en el primer día de vigencia, los dólares blue y financieros comenzaron a caer y bajó fuerte la brecha, pero las acciones y los bonos no tuvieron una buena reacción. No obstante Carro reconoce que «no sabemos aún el resultado final», aunque advierte que «el riesgo es alto» porque considera que «anunciar la no acumulación de reservas vuelve inconsistente la dinámica de tipo de cambio oficial».
«Puede salir para el otro lado: que nadie crea que sostendrán mucho tiempo el crawl del 2%, reteniendo la liquidación de exportaciones y generando mayores tensiones cambiarias. Este segundo escenario de baja de credibilidad del esquema cambiario pone también en riesgo la desinflación. Los transables venían corriendo cerca del 2% mensual, al mismo ritmo que variaba el dólar oficial. Para la continuidad, es necesaria esa consistencia», prevé Carro.
Pero Arana advierte que «es muy temprano para sacar conclusiones» y considera que la posible ejecución de los «puts» y su correspondiente emisión también juegan en esta estrategia monetaria. En ese sentido, anticipa que, «si el mercado sigue respondiendo bien es posible estabilizar en el corto los dólares, pudiendo aprovechar dicha pax para salir del cepo».
Por su parte, el economista Mariano Fernández, profesor de la Universidad del CEMA, opina que «las dos últimas medidas: el rescate de pases y su canje por letras de regulación monetaria (LEFI) junto a el nuevo esquema cambiario, en el corto plazo pueden generar una reducción transitoria de la brecha cambiaria, pero, a la vez, implican más atraso cambiario, aumento del riesgo soberano, un deterioro de la cuenta comercial y un aumento de deuda con importadores».
Y, en el más largo plazo, sostiene que aumenta la probabilidad de devaluación (por el atraso cambiario), «puede llevar a un abandono del proceso de desinflación, por el riesgo de caída de demanda de dinero, a un retroceso del proceso de acumulación de reservas».
Asimismo, Gaite advierte que esto agrava la falta de dólares que tiene hoy la Argentina y sostiene que, si es exitoso el plan del Gobierno de bajar la brecha, agrava el problema de falta de reservas del BCRA. «La falta de dólares por la necesidad de apreciación del tipo de cambio oficial es el verdadero problema y se va a seguir agravando», alerta.