Fue la primera reunión del Consejo de Política Monetaria bajo la administración de Luis Caputo, quien ayer mantuvo la tasa. Antes del 10 de julio habrá cambios en la política monetaria, aseguró. El mercado estima que podría cambiar la tasa que se utiliza como referencia.
En la primera decisión de política monetaria bajo la conducción de Luis Caputo el Banco Central (BCRA) dejó sin cambios a la tasa de referencia en el 40%. En un extenso comunicado en el que pasa revista por la caída en actividad, el canal de crédito y la política fiscal, la entidad se comprometió a mantener el sesgo contractivo de su política hasta tanto los datos de inflación y las expectativas estén en línea con la meta del 17% para 2019. Además, adelantó que habrá cambios en la política monetaria antes de la próxima decisión de tasa.
«El BCRA mantendrá el actual sesgo contractivo para el impulso monetario hasta que la trayectoria de la inflación, así como las expectativas de los agentes de mercado, se alineen con la meta de 17% en diciembre 2019. Además, las nuevas autoridades explicitan su intención de mantener una activa intervención en el mercado secundario de Lebac, afectando las tasas relevantes para reforzar la señal de política monetaria», arrancó el primer comunicado de la era Caputo. «Mayores cambios en el marco y el accionar de la política monetaria serán anunciados antes de la próxima decisión relevante, programada para el martes 10 de julio de 2018», agregó el documento, dejando claro que el cambio en la titularidad del BCRA viene de la mano con modificaciones de relevancia en la forma de conducir los intentos de paliar la inflación.
«Se nota otra pluma», dijo Miguel Zielonka de Econviews. «Ya te avisan que probablemente modificarán el criterio de cuál es la tasa de política, dan una proyección propia del BCRA de una inflación promedio menor al 2% mensual entre julio y septiembre, algo nuevo porque hasta ahora no daban a conocer sus previsiones, y hasta se animan a prever un crecimiento del 1% para 2018», agregó.
La inflación de Indec de mayo 2,1% nivel general y 2,7% núcleo «refleja los efectos directos e indirectos de una significativa inestabilidad cambiaria en las últimas semanas» señaló el Comunicado de Política Monetaria. «De todos modos, los últimos datos disponibles, a junio 22, ya muestran una deflación en la semana previa, y las proyecciones de la subgerencia general de Investigaciones Económicas del BCRA sugieren una desaceleración de la inflación en las semanas siguientes, con un promedio esperado de inflación entre julio y septiembre menor a 2% mensual, mostrando una reducción creciente a medida que nos alejamos del shock de precios de las últimas semanas», agregó.
«En términos generales, se lee inicialmente cierta prudencia, lo cual es bueno para un banco central, y posiblemente el fin del optimismo de la gestión anterior», dijo Hernán Hirsch, de FyE Consult. «De este modo, es probable que estructuralmente vayan a un escenario de tasas de interés más altas que antes, lo que va a volver necesario que la inflación baje rápido con presiones políticas que van a ser crecientes para que baje la tasa», agregó.
«La clave creo que está en que si los resultados de inflación proyectados se muestran consistentes con eso que esperan, acelerarán una baja de tasa», dijo Gabriel Zelpo de Elypsis.
El comunicado oficial reconoce además que si bien la actividad «siguió mostrando vitalidad hasta marzo» los «indicadores sectoriales de abril y unos pocos datos de mayo muestran una temporaria desaceleración (…) en parte explicado por el efecto ingreso que la reciente aceleración inflacionaria está generando» y también por la sequía. «Se estima que el PBI se desacelere a un crecimiento cercano al 1% en 2018» y retomaría «tasas superiores en 2019».
El BCRA admitió también que el «canal crédito sigue mostrando un crecimiento balanceado» pero que ha sufrido también «los efectos de una transitoria inestabilidad macroeconómica» y también por una menor demanda agregada.
El informe destaca que se sigue afianzando «la contención del gasto público, que ha sido una fuente de presiones inflacionarias sobre la demanda interna en los últimos trimestres», con un déficit primario que cayó en mayo un 73% interanual y gastos reales en «un sendero decreciente, en línea con una reducción del déficit público de 3,8% del PBI el año pasado a 2,7% este año». Por último, advierte sobre posibles nuevas turbulencias por el contexto internacional: «alto nivel de indefiniciones, principalmente generado por una potencial guerra comercial entre los países centrales, nuevas subas de tasas cortas en EE.UU., y algunos indicios de desaceleración económica en la economía europea».