• Subieron a un ritmo de 3% mensual en agosto y 4% en septiembre; son líneas muy liadas a la expectativa de empleo. Influyen la mejora del salario real y las campañas agresivas que hacen los bancos para aprovechar el último tiempo de tasas altas.
En su esfuerzo por encontrar «brotes verdes» en la economía que permitan anticipar si llegará o no alguna vez la reactivación, el equipo económico podría encontrar ahora dentro de los bancos un buen indicador: los préstamos personales pasan su mejor momento del año, con un crecimiento en septiembre que confirma el del mes anterior, y que refleja una mayor confianza de los argentinos sobre la actividad y la estabilidad del empleo.
En el sistema financiero ya hablan de una clara recuperación de este tipo de crédito al consumo, que se ve en las líneas a 6 y hasta 48 meses de plazo, y que también parece incipiente y prometedora en otros segmentos, como los prendarios y, en menor medida, los de tarjeta.
Los préstamos personales avanzan en lo que va de septiembre a un ritmo del 4% mensual. La dinámica, si se mantiene, mejorará incluso la suba promisoria que ya se había visto en agosto (para muchos bancos, el mejor mes del año). Y se convertirá en otra de las «perlas» que podrá ostentar el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, dentro del enorme cuadro de variables negativas que le entrega la recesión económica actual. Para entusiasmar a inversores, el funcionario debe revolver últimamente entre datos que a veces no parecen demasiado populares: «despachos de cemento», «ventas de autos», «capturas de pesca marítima» y «consumo en supermercados», entre otros.
En los préstamos personales, puntualmente, hubo factores clave que explicaron la recuperación. En primer lugar, las campañas agresivas que lanzaron los bancos para aprovechar el último tiempo de tasas altas: casi sin bajar los costos de financiamiento, buscaron colocar el mayor monto posible en estas líneas al consumo para perpetuarse a mediano plazo con un negocio a tasa fija al 40% anual. En segundo lugar, la mejora del salario real que tienen los clientes bancarios, en un contexto con inflación a la baja y recomposición de ingresos por paritarias en cuotas. Y en tercer lugar, la expectativa de una recuperación en la actividad, que disipa los temores de perder el empleo y devuelve la confianza a los argentinos.
«Ya lo veíamos en el propio banco y empezamos a confirmarlo con los números en el sistema: agosto fue el mes que más préstamos al consumo colocamos en todo el año. La gente se empezó a animar a tomarlos, con la expectativa de inflación en baja y la recuperación del salario real», comentó el jefe de estudios económicos del Banco Ciudad, Alejo Spora.
A pesar de la fuerte baja de tasas que aplicó el Banco Central, desde el 38% al 26,75% anual en las Letras (Lebac), los bancos mantuvieron las suyas cercanas al 40% anual (nominal), las que cobran por los préstamos personales. Pero acompañaron el ciclo bajista de Federico Sturzenegger, en cambio, en las de prendarios (las redujeron del 30% al 25% anual en los últimos cinco meses); en las que toman las empresas, como los adelantos en cuenta corriente (del 40% al 33%) y los documentos (del 33% al 30%). «Los préstamos totales en pesos hoy crecen cerca de un 1% mensual. Lo que tira mucho para abajo la dinámica es la evolución del crédito en pesos para empresas, pero que se da a la par de un fuerte crecimiento en el que es en dólares, que avanza en torno al 10% mensual», agregó Spora. Sucede que, hoy, las compañías ven más conveniente financiarse a tasas de interés de entre el 3,5% y el 6% en dólares, con expectativas de devaluación en torno al 20% anual, antes que pagar costos en pesos mayores al 30%.
Los créditos prendarios, mientras tanto, avanzan un 2,6% en agosto. Y también los que son a través de tarjetas, aunque más lentitud (1%). Los hipotecarios, un símbolo de la estabilización en la economía, empiezan a despegar con el impulso de los ajustados por inflación, que en agosto alcanzó un récord de $120 millones.