• Es un bono con vencimiento fina en abril de 2017.
• El lunes próximo paga el cupón de intereses.
Aunque el vencimiento del capital del Boden 2015 efectuado a principios de este mes fue de lejos el más relevante de 2015 por el monto, en total u$s 5.900 millones, no fue el último antes de las elecciones presidenciales. El próximo lunes el Gobierno debe hacer frente al pago del cupón semestral de intereses del Bonar X por u$s 255 millones, que también tendrá su impacto en el nivel de reservas, aunque obviamente mucho menos significativo.
Por sus características, el Bonar X es similar al Boden 2015. Vence en abril de 2017, es decir en apenas un año y medio, siendo el más corto de la curva de bonos «dolarizados». Posee un cupón de intereses también del 7% anual que se paga en dólares, al igual que el capital al final. Como el pago de intereses cae sábado, ya que está previsto para el 17, pasará en realidad para el lunes próximo.
El volumen transado en este bono sigue aumentando y se consolida como el más operado en el mercado porteño. Ayer sumó $ 384 millones, contra $ 210 millones del Bonar 24.
Luego que los inversores cobraron el Boden 2015 y tras la baja aceptación que hubo con la licitación posterior del Bonar 2020 a mediados de la semana pasada, ahora en las casas de Bolsa salieron a buscar a inversores con liquidez (especialmente en pesos) para dolarizarse vía Bonar X.
Una de las sociedades de Bolsa más conocidas del mercado envió una carta a sus clientes detallando algunas de las características de este título:
• Al vencimiento el inversor recibe dólares billete.
• Paga cupón semestral de intereses del 3,5% en abril y en octubre.
• No tiene límite de compra, como sí sucede con otras opciones para adquirir divisas como el dólar «ahorro».
• Y al precio al que cotiza en pesos se pueden adquirir divisas en forma indirecta a $ 12,27, teniendo en cuenta el flujo de divisas que se irán recibiendo a lo largo del año y medio que resta para su vencimiento. Se trata de un tipo de cambio más accesible que el dólar «MEP», que se ubica por encima de $ 13,50, pero la ventaja es que esta última operatoria permite al inversor hacerse de dólares a los pocos días.
Por supuesto que esta operatoria tiene sus riesgos, como también los tenía en su momento el Boden 2015, que finalmente pudo ser pagado sin dificultades. El primero de ellos es que el Gobierno se quede sin dólares y ya no pueda seguir enfrentando los vencimientos de deuda en moneda extranjera. Pero la cotización de los bonos indica que no es una probabilidad que hoy el mercado perciba como demasiado elevada.
Otra posibilidad es que se complique más el acuerdo con los holdouts, que el nuevo Gobierno seguramente intentará alcanzar. Pero en el caso de que la negociación no arroje resultados positivos, habría más presión sobre el juez Thomas Griesa para futuros embargos. Y eventualmente también hay peligro de que un grupo de acreedores pida la «aceleración» de la deuda, lo cual haría caer los canjes y enfrentaría a la Argentina a un nuevo default total.
Luego está el cálculo puro del inversor. Por ejemplo, si se unificara el mercado cambiario y el dólar «libre» cae, entonces resultaría mucho más conveniente la compra de bonos atados al tipo de cambio oficial (dollar linked), ya que tienen un margen de apreciación mucho más atractivo.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=811614