Analistas se muestran optimistas en relación a los activos financieros argentinos en un mundo que ha decidido apostar a activos de riesgo y que probablemente crezca al 2% en el caso de los países desarrollados y 4,5% en el de los emergentes.
En una semana en la que la calificadora de riesgo Standard and Poors le dio el visto bueno a la Argentina mejorando la calificación crediticia de nuestro país, con el Merval y los ADRs argentinos en zona de máximos y el mercado de renta fija en relativa calma, El Cronista conversó con Gastón Moltrasio, Gerente de Inversiones de Southern Trust y Profesor de la Maestría en Finanzas en UTDT para debatir sobre el armado eficiente de un portafolio en el contexto actual.
Moltrasio se muestra optimista en relación a los activos financieros argentinos en un mundo que ha decidido apostar a activos de riesgo y que probablemente apunte a crecer al 2% por parte de los países desarrollados y 4,5% para los emergentes. Para el armado del portafolio, asigna entre un 70-65% a activos en pesos y un 30-35% a activos dolarizados.
El dato de que el Gobierno actual haya conseguido gran parte del financiamiento para 2017, la mejora de calificación crediticia y el hecho de que los bonos locales muestren un diferencial de sus spreads respecto de pares de la región mantienen el atractivo en bonos dolarizados. Para la parte en pesos, Moltrasio considera atractivos activos de renta fija de corto plazo y sobre todo, el segmento de bonos a tasa fija.
«El apetito por activos de riesgo obedece, entre otras razones, a que el crecimiento mundial será moderadamente robusto durante este año. Las proyecciones se apuntan a un crecimiento de los países emergentes en torno al 4,5% y una contribución al PBI Global del 40% y los bloques desarrollados creciendo al 2% aportando el restante 60%. De todos modos se nota que los motores del crecimiento mundial han cambiado. Hasta ahora la política monetaria era la responsable de llevar sobre sus espaldas la responsabilidad de la reactivación, y quedó demostrado que la efectividad de la misma se fue agotando con el paso del tiempo», explica. En la actualidad hay un viraje hacia el estímulo fiscal que le permitirá a la política monetaria retirarse de escena momentáneamente, siendo este hecho muy positivo por dos razones: «En primer lugar, la política monetaria había perdido potencia y como participante del mercado uno notaba que el soporte monetario era más una herramienta para amortiguar posibles shocks en los mercados financieros que un verdadero instrumento reactivador que lograse fortalecer a la economía real. En segundo lugar, el hecho de que la política monetaria se corra de la escena permite a la Reserva Federal ir subiendo la tasa gradualmente sin que el mercado sufra sobresaltos».
Moltrasio agrega que la Fed ha logrado convencer al mercado de que el sendero de subas está en camino y lo ha hecho sin generar momentos de extremo nerviosismo en ese proceso. «Esto es sin duda para remarcar, más aún cuando numerosas voces se alzaban hace algunos años atrás acusando a la Reserva Federal de ser un esclavo del mercado y estar virtualmente atada de pies y manos. El sistema financiero global se encuentra mucho menos vulnerable a posibles errores de política monetaria por parte de la Fed», apunta.
¿Cómo se plasma esta visión en un portafolio local?
– Visión general de la cartera: Las condiciones están dadas para que los activos argentinos continúen mostrando un buen desempeño hacia adelante. El hecho de que el gobierno haya conseguido gran parte del financiamiento que necesita para este año, la mejora en la nota de la deuda Argentina por parte de las calificadoras y el hecho de que los bonos argentinos todavía mantengan un gran diferencial de spread vs sus pares latinoamericanos, son argumentos que dan soporte a esta visión.
– Posición en dólares: Respecto de la asignación por moneda, estamos cómodos con posiciones dolarizadas del orden del 30-35% de las carteras y el resto debería asignarse a activos en pesos. Para este segmento recomendamos el fondo ST Global, que selecciona activos que combinan spreads con indicadores macro y emisiones globales de provincias que resulten más atractivas. De esta manera, el inversor minorista tiene acceso a emisiones como las de Santa Fe, Entre Ríos y Salta, que han salido a tomar deuda en los mercados internacionales a tasas muy atractivas pero que han puesto una barrera para el inversor minorista, aplicando la condición de que el ticket mínimo por compra debe ser de 150.000 bonos.
– Posición en pesos: Para la porción en moneda local vemos como muy atractiva la posibilidad de posicionarse en fondos t+1 que tengan un buen mix de activos de corto plazo (fundamentalmente Lebacs y Letras Provinciales).En este sentido el fondo Southern Trust Retorno Total opera eficientemente en este segmento del mercado.
– Bonos a tasa fija: Vemos valor en los bonos emitidos por el Gobierno a Tasa Fija en Pesos, en especial en el Bote 2021 (TO21) que se encuentra rindiendo alrededor de 15,50% anual. Si al rendimiento de este bono le restamos la tasa real de su par equivalente ajustable por inflación (TC21) que es de 1,40% obtenemos lo que sería la inflación que el mercado espera para los próximos 5 años, alrededor del 14%. Esta cifra contrasta con la que surge del Informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado emitido por el BCRA que arroja un valor de 12% para los próximos 5 años. Por esta razón nos parece que los bonos a tasa fija están baratos y son una muy buena oportunidad.