• Menor expectativa de devaluación redujo la demanda.
• Podrían repuntar con las elecciones.
La reducción de la brecha cambiaria, junto a la menor expectativa de devaluación que surge de los contratos operados en el mercado de futuros, están impactando en los bonos que ajustan su capital según la evolución del tipo de cambio oficial. La demanda de los títulos «dollar linked» se redujo sustancialmente en las últimas semanas, lo que se refleja en una caída lenta pero persistente de sus precios.
El Gobierno colocó dos títulos de estas características el año pasado que tuvieron fuerte demanda, ante la expectativa de un fuerte ajuste cambiario para este año, ante el creciente atraso del dólar oficial. Sin embargo, el Central fue subiendo el dólar a un ritmo menor que la inflación en los primeros cuatro meses del año y todo hace presumir que seguirá con esta postura como mínimo hasta las elecciones de octubre.
Con este escenario, los bonos que ajustan por dólar oficial son una opción poco atractiva, teniendo en cuenta que además prácticamente no pagan tasa de interés. La pregunta que se hacen los brokers es cuál será el mejor momento para volver a entrar en estos títulos, es decir en qué momento se producirá un salto cambiario mayor que justifique tener estos papeles en cartera.
El Bonad 2016, emitido con un cupón fijo del 1,75% anual y que vence en octubre de 2016, por ejemplo, pasó de $ 986 a principios de abril a $ 945 al cierre de ayer, una caída del 4% en pesos. Algo parecido sucedió con el Bonad 18: pasó en el mismo período de $ 990 a $ 975. Por tratarse de un bono más largo posee un cupón más atractivo del 2,40% anual. Pero obviamente la «zanahoria» para el inversor no es la tasa sino la devaluación esperada.
Tanto los futuros del Rofex como del MAE vienen mostrando una caída sostenida de la tasa implícita en los contratos de dólar para prácticamente todos los vencimientos. Y aun cuando se espere un salto luego del recambio presidencial, no justificaría pasarse tan rápido a un bono que ajusta según el tipo de cambio oficial. La elección del mercado es quedarse por el momento en productos «puros» en pesos. Esto explica la suba del 5% que tuvieron los plazos fijos del sector privado el mes pasado. También el Gobierno aprovecha este contexto para colocar nueva deuda emitida en moneda local que ajusta según la evolución de la BADLAR (tasa de plazos fijos mayoristas), como es el caso del Bonac (ya van por la tercera emisión y habría nuevas en las próximas semanas).
¿Hasta cuándo puede durar este súbito «enamoramiento» por productos que cotizan en pesos? La respuesta ya es conocida: hasta que se despierte el dólar. En la medida que los rendimientos en moneda local superen con amplitud a la evolución de la divisa, la situación se mantendría.
Por delante, claro, hay una prueba de fuego que son las elecciones presidenciales. Históricamente los inversores optan por esperar el resultado dolarizados, lo que obliga al Central a desprenderse de una importante masa de divisas, reflejándose en una caída de reservas. Cuesta creer que esta vez será distinto.
Fuente: http://ambito.com/diario/noticia.asp?id=789627