En el segundo trimestre el Central debería acumular u$s1.500 millones, pero en el primero casi no pudo sumar. Privados dicen que las alternativas, que son acelerar la devaluación, frenar importaciones o subir la tasas de interés, son opciones recesivas.
Se puede suponer que el equipo económico y los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) no esperaban que la tasa de inflación en Argentina se acelerara al nivel en que está llegando en el primer cuatrimestre porque trastocóa las previsiones del acuerdo firmado en marzo. El punto más delicado está en las reservas internacionales del Banco Central, que no crecen lo suficiente, y que según anticipan analistas puede obligar al Gobierno a poner el freno de mano a la recuperación económica si no se consigue flexibilizar la meta.
“Me parece que van a pedir acelerar la tasa de devaluación que viene por detrás de la inflación”, afirma Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica al trazar algunas proyecciones sobre la próxima auditoría del FMI. El economista dijo a Ámbito que hoy el punto del acuerdo que genera mayor preocupación es la acumulación de dólares del Banco Central ya que a su entender “las metas fiscales y monetarias se van a cumplir”.
Entre lo que se denomina “metas cuantitativas” las reservas generan un interrogante, a pesar de los niveles récord de liquidación de divisas. En los primeros cuatro meses del año se liquidaron divisas provenientes de exportaciones de oleaginosos y cereales por u$s 11.098 millones, por encima de los u$s 9.755 millones de 2021. Sin embargo, el Banco Central cerró el cuatrimestre con una posición neta compradora de apenas u$s 113 millones,
Según coinciden los analistas, la escasa acumulación se debe a que se incrementó el costo de las importaciones en general y de la energía en particular, y además de ello hubo en el verano un récord de turismo al exterior, que aprovechó el dólar oficial barato. Delgado señala que para poder resolver ese problema, el Gobierno tiene como alternativas “devaluar más rápido, subir la tasas de interés o una combinación de ambas o controlar más las importaciones”, Todas implican desacelerar la actividad.
La consultora Equilibra, que dirigen Martín Rapetti y Diego Bossio, plantea que Guzmán debería conseguir una flexibilización de las metas acordadas con el FMI en materia de acumulación de dólares para poder sostener hasta fin de año un PBI en crecimiento. “Cumplir con la meta de acumulación implicaría un crecimiento nulo en el promedio del año, mientras que, si la meta se flexibiliza, por ejemplo, en u$s 2.000 millones, la economía podría crecer 1%”, dice la consultora, la cual estima que el stock habría cerrado abril en u$s 4.200 millones y que la próxima meta es alcanzar los u$s 6.425 millones a fin de junio.
El Banco Central debería comprar entonces unos u$s 1.500 millones. Equilibra advierte que este monto equivale al 70% de lo que logró comprar en mayo-junio de 2021 y en lo que va del año viene comprando menos de un 5% de lo que compró en igual período del año pasado. Las alternativas que tiene Guzmán son «un waiver que le permita al Central acumular menos reservas netas y a la economía crecer modestamente»; un freno a las importaciones, que induciría en faltantes -en particular de insumos- que derivarían en una mayor inflación y menor actividad; o una devaluación que reduzca las importaciones y el nivel de actividad, dice la consultora.
En ese contexto, la salida que le queda al titular del Palacio de Hacienda sería revisar la meta de acumulación de dólares, si quiere evitar un apretón recesivo. Debería revertir la decisión del director del FMI para el Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn, quien hace unos días planteó que no se van a cambiar las metas del programa. El propio Guzmán avaló esa afirmación.
Nicolás Zeolla, economista en jefe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico (FIDE), tiene otra perspectiva. Considera que en el segundo trimestre va a subir la oferta de dólares del campo debido a que hubo demoras en la cosecha como producto de la falta de gasoil, entre otras causas. “La estacionalidad que vemos habitualmente en abril la tendremos en junio o julio”, señaló Zeolla. Para esos meses había una mayor liquidación de dólares. No obstante, indicó que las metas de reservas del 2023 “lucen muy exigentes”. “Este año con los Derechos Especiales de Giro y el saldo de cuenta corriente no es difícil, pero en 2023 hay que sumar u$s4.000 millones y habrá un pago neto al FMI de u$s1.000 millones”, explicó.