A diferencia del primer trimestre, cuando el Banco Central no pudo recomponerlas a pesar del ingreso récord de divisas, se espera entre abril y junio un verdadero aluvión de dólares, cercano a los USD 30.000 millones, que permita mejorar la posición
En pleno inicio de la segunda ola de contagios por coronavirus que amenaza el vigor de la recuperación económica, el Gobierno entró, paradójicamente, en el trimestre más benigno para el manejo de las variables macro. Estacionalmente, entre abril y junio se produce el ingreso masivo de los dólares de la cosecha, flujo que oxigena la gestión y proporciona mayor margen de maniobra. Para este año, se prevé, esa entrada tendrá un nivel excepcional, cercano incluso a los USD 30.000 millones según las estimaciones más optimistas. Pero aun en ese escenario ideal, ningún analista del sector privado ni funcionario del equipo económico se animaría a arriesgar que el camino está allanado
Lejos de eso, la incógnita es si finalmente el Banco Central podrá aprovechar la ventana de oportunidad para recomponer el nivel de reservas, que se mantiene en indicadores de alerta.
Eso no ocurrió durante el primer trimestre del año cuando, en virtud de los altos precios internacionales de los granos, también se produjo una llegada inédita de agrodólares para esa altura del año: de los casi USD 7.000 millones que ingresaron entre enero y marzo, todo un récord, el Banco Central sólo pudo incrementar sus reservas según cálculos privados en unos USD 350 millones. Pagos de deuda a los organismos internacionales, incluido el FMI, pagos de deuda al exterior también del sector privado, como el caso YPF, y la mayor necesidad de una economía que empieza a recuperarse y demanda más dólares para producir conspiraron contra el objetivo. También impactó, aunque no hay cifras oficiales al respecto, la operatoria de intervención en el mercado de dólar contado con liquidación y MEP mediante la cual el Banco Central destina reservas a la compra de títulos públicos que luego vende en esas plazas (y recibe pesos) para mantener a raya la brecha cambiaria. Hasta ahora, en el mercado se calcula que el Central gastó al menos USD 1.000 millones en ese fin.
Para el actual trimestre, la expectativa es que la lluvia de dólares del campo exceda por mucho el piso de USD 20.000 millones ingresados el año pasado y que llegue, según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, a los USD 29.000 millones.
Con esas cifras, el Central debería al menos lograr incorporar a sus reservas el 10%, unos USD 2.900 millones, duplicando la relación respecto de lo que ocurrió en los primeros meses del año, cuando sólo pudo retener 5% del total liquidado. Ese monto es la cifra casi exacta de los vencimientos que operan en mayo, esencialmente con el Club de París, que podrían abonarse en julio sin entrar en default -aunque sí sometiendo la estabilidad financiera a un mayor estrés. Desde esa perspectiva, serán determinantes los resultados de la gira por distintos países europeos que encarará el ministro de Economía, Martín Guzmán, y también el curso de las negociaciones con el Fondo Monetario, aun cuando no se llegue a un pronto acuerdo.
“En varios de nuestros informes venimos advirtiendo lo esencial que resultan estas negociaciones con el Club de París y el FMI, porque si se acumulan reservas para pagarles, el BCRA se sigue quedando sin nada”, afirmó Leonardo Chialva, socio de la consultora financiera Delphos Investment. En su último reporte a sus clientes, se destaca que “en los últimos días las noticias económicas sobre la actividad y el frente externo fueron positivas. En febrero el superávit comercial encadenó el segundo mes por encima de los USD 1.000 millones, motorizado por los buenos precios de las exportaciones y el monitoreo gubernamental de las importaciones”. Según Chialva, la clave está precisamente en el superávit comercial, el principal foco del Gobierno para ir gestionando el día a día.
“Es altamente probable que el superávit en marzo haya mantenido o superado estos niveles. Sin embargo, el déficit de la cuenta de servicios, los pagos de intereses y capital de la deuda externa (incluyendo la deuda privada) y la reducida demanda de divisas para ahorro siguen incidiendo para que la acumulación de reservas sea menor a los USD 350 millones en el trimestre. Esperamos que las reservas tengan un mayor crecimiento en los próximos meses por el impacto de la liquidación de la cosecha gruesa”, cierra el informe respecto al panorama local.