El mayorista se disparó $ 0,30 a $ 15,80 por gran demanda de importaciones atrasadas: marca suba del 20% en el año. Gran dispersión en pizarras de bancos para compras minoristas: algunos lo vendían a $ 15,70 y otros a $ 16. Horario extendido hasta las 20 para comprar por Internet
El Banco Central debió salir a intervenir con u$s 169 millones para evitar que el dólar llegue a $ 16, ya que el mayorista se disparó $ 0,30 a $ 15,80, lo que marca una suba del 20% en el año.
La pregunta que se hacen en la City es por qué el dólar subió tanto justo el día en que se anunció el arreglo con los holdouts. ¿No debería haber bajado? En principio, el mercado ya lo había descontado. El alza obedeció a la gran demanda de importaciones atrasadas, aunque también influyó el pago de dividendos y regalías de las multinacionales a las casas matrices. A la demanda financiera por deuda y utilidades no le importa qué precio pagar, sino poder girar, y eso empuja el valor.
A su vez, existe un componente minorista, ya que muchos empleados en relación de dependencia cobran sus salarios el último día del mes.
Por otra parte, fin de febrero es un mes bajo estacionalmente en la demanda de pesos, luego de la fuerte demanda a fin de año por parte de las empresas para pagar sueldos, aguinaldos y vacaciones. Además, se suma que febrero es tradicionalmente un mes de baja liquidación de agroexportadores, aunque en este primer bimestre del año se liquidaron u$s 4.000 millones, una cifra alta, pero menos de lo prometido por el sector.
La intención del BCRA con la intervención en el mercado cambiario (la más alta desde la asunción de Federico Sturzenegger), no es fijar un determinado tipo de cambio, como pudiera ser poner un piso o un techo al dólar, sino intervenir en forma puntual por motivos de mercado, para que luego el billete encuentre su equilibrio. Ayer fue porque, al ser el último día del mes, debía pagar los contratos de dólar futuro de febrero, y lo hizo para que el monto no sea tan elevado.
El total operado ascendió en el segmento de contado a u$s 557 millones, a los que hay que agregar otros u$s 64 millones operados en el mercado de futuros, que incluyen la actividad del Banco Central.
En el segmento minorista, las pizarras mostraron una gran dispersión: el mejor precio para la venta lo tuvieron el Macro y el Patagonia, en $ 15,70, incluso por debajo del precio mayorista, por lo que seguramente hoy lo corrijan para arriba, mientras el precio más alto lo mostró el BBVA Francés, con $ 16. Otros, como el Santander y el ICBC, cerraron en $ 15,90, más cerca del promedio del sector, que fue de $ 15,88, según informó el BCRA.
Con los movimientos que está teniendo la divisa, en los bancos están analizando ampliar los spreads, que es la diferencia entre la punta compradora y la vendedora, para no quedar en offside, de forma de amortiguar el riesgo y tratar de cubrirse por la volatilidad del precio del billete entre la apertura y el cierre del intraday. «Por más que quieras ser competitivo y cobrar menos, no podés tener un spread de menos de 40 guitas (centavos), porque al final del día te aumenta y perdiste todo lo que hiciste durante el día», confiesa el gerente de Productos Cambiarios de un banco nacional. Lo que sí están empezando a hacer algunas entidades es ofrecer un servicio extendido hasta las ocho de la noche para la compra de dólares por Internet, vía Home Banking.
Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio, observa un fenómeno estacional: «Los exportadores vendieron a cuenta en diciembre y ahora están viendo lo que pasa cuando se levante la cosecha de soja. Si las expectativas de estabilidad cambiaria se comienzan a instalar en el mercado como consecuencia del arreglo con los holdouts, y el manejo de la tasa de interés ejerce sintonía fina, seguramente la presión sobre el mercado disminuirá. Hoy también hubo demanda adicional por el cierre de mes y la necesidad de cerrar posiciones abiertas».
¿Qué pasará los próximos días con el precio de la divisa? ¿Puede bajar por el arreglo con los buitres? «A mediados de año se liquidará la cosecha, pero sobre todo se abre la puerta para colocar deuda por muchos años, lo que debería poner un freno al alza del dólar y provocar un festival de bonos. Eso debería apaciguar el riesgo país, bajar las tasas y aplacar el dólar. A esto debe acompañar un ajuste fiscal, porque la emisión en pesos no ayuda», subraya José Prats, agente productor de CNV.
«El ingreso de dólares para inversión se va a dar una vez que el arreglo se concrete y termine. Ahí el mercado saldría de fronterizo a emergente, aunque igual hay que estar atento a la inflación y a las tasas en pesos», recalca el agente bursátil Guido Macchi, para quien los bonos, sobre todo el 20 y el 24, se ponen muy atractivos con el arreglo.