La norma es clave para habilitar fondos que podrían canalizar inversiones por US$ 2500 millones
La discusión de la ley de ganancias, a fines del año pasado, dejó en el camino el tratamiento de otra ley clave: la de reforma del mercado de capitales. El Gobierno no descarta tratarla en sesiones extraordinarias el mes próximo, pero de todas maneras trabaja en algunas resoluciones para poder llenar vacíos legales en caso de no lograrlo. Aunque en no todos los casos es posible, y admite la posibilidad de no llegar a tiempo para aprobarla y poner en marcha uno de los instrumentos financieros que más prometían en el blanqueo: los fondos cerrados.
Y es que el proyecto de reforma que había presentado el oficialismo no sólo modificaba algunos artículos polémicos de la norma que había sido aprobada durante el kirchnerismo, sino que además incorporaba varios cambios destinados a apuntalar el blanqueo de capitales. En tal sentido, uno de los artículos más relevantes era el que buscaba clarificar la situación tributaria de los fondos cerrados, un instrumento que renació a partir de plan de exteriorización de activos, y con el cual en el mercado de capitales se esperaba poder canalizar entre 2000 millones y 2500 millones de dólares en inversiones en la economía real.
«Yo no diría que los fondos cerrados del blanqueo están muertos, pero sí que nosotros les sacamos el pie del acelerador. Dejamos de comercializarlos y ofrecerlos hasta tanto no tengamos una idea más firme de que la ley se aprueba a tiempo. Además, muchos de nuestros clientes que pensaban usarlos para blanquear, como no salía la ley, ya pagaron el impuesto del 10% en diciembre y se sacaron el tema de encima. No iban a arriesgar a marzo y después tener que pagar el 15%», confió a LA NACION el presidente de una administradora de fondos que tenía dos proyectos de gran escala en marcha, que pidió no ser identificado. En la City nadie quiere sentenciar el deceso de uno de los productos creados por el blanqueo que más ilusión generaron en el mercado.
«Desde el principio que buscamos incorporar los fondos -admitieron a LA NACION fuentes de la Secretaría de Finanzas-, lo que queríamos era ponerlos en agenda. Y eso funcionó. De alguna forma es un producto imperfecto que tiene como fin aprovechar una oportunidad. Los fondos van a ser mejores productos si salen con la nueva ley.»
El problema es que si el Gobierno no logra aprobar esa ley en febrero recién podrá tratarla en marzo, cuando se inicien las sesiones ordinarias del Congreso. Para entonces, las administradoras difícilmente podrán llegar a tiempo para comercializar sus fondos entre clientes. La reglamentación del blanqueo de capitales establece que los contribuyentes tienen hasta el 11 de marzo para suscribir los fondos cerrados.
En rigor, la Comisión Nacional de Valores (CNV) podría llegar a extender esa fecha, pero no puede prorrogar el vencimiento del 31 de marzo fijado en la ley de blanqueo para adherirse a ese régimen. «Hay muchos fondos que no están activos o no son buenos; muchos también se lanzaron a inscribir fondos sin tener la capacidad. No creo que ningún fondo logre reconvertirse y salir antes de marzo», deslizaron en el Gobierno.
Hasta la semana pasada, en la CNV había pendientes de aprobación unos 28 fondos cerrados, mientras que otros siete ya habían sido aprobados. Los fondos cerrados fueron incorporados a la ley de blanqueo como un vehículo para sortear el pago del impuesto de hasta el 15%. La condición es que el dinero debe estar estacionado en los fondos por 5 años, aunque el inversor puede en el medio ir cobrando la renta que le corresponda. En el mercado se habían creado fondos destinados a financiar proyectos de infraestructura, de energía e inmobiliarios. Algunos de ellos ofrecían una renta fija -por ejemplo, invirtiendo en bonos de deuda de empresas de energía- y otros, una renta variable.
«Creo que los fondos cerrados van a funcionar como instrumento, como pasa en otros países de América latina, pero ya no para el blanqueo», apuntó el presidente de un banco de inversión. «Lo que pasa es que el blanqueo les garantizaba desde el comienzo un flujo de fondos muy grande. Y hay proyectos que con el blanqueo eran viables, pero que sin esa masa de fondos, dejan de ser atractivos», explicó.
Banca privada
El proyecto de ley también contemplaba la creación de una nueva figura, la de los «agentes administradores de inversiones», que en otras palabras tenía por objeto darle un marco formal a la actividad de quienes hasta no hace mucho ofrecían en las sombras servicios de banca privada tanto en el mercado local como desde el exterior.
La CNV estaría trabajando en estos días en una resolución para suplir en este caso las demoras de la ley, y así habilitar la actividad de muchos operadores de banca privada que comenzaron abrir oficinas localmente a partir del blanqueo. «Lo más probable es que la figura de la banca privada se cree por resolución, porque la ley actual le da a la CNV la posibilidad de hacerlo», explicaron a LA NACION.
Hasta diciembre, el blanqueo de capitales había alcanzado los US$ 100.000 millones.
Desde ayer, blanquear cuesta 15%
El blanqueo de capitales volvió a arrancar ayer con la alícuota del 15% para el pago del impuesto especial, en la etapa en la que se espera que haya una fuerte exteriorización de inmuebles. Luego de 10 días de readaptación de los sistemas de la AFIP, ayer se volvió a abrir la posibilidad de realizar los trámites para sumarse al régimen de exteriorización de capitales, que vence el 31 de marzo próximo. Desde el 1° de enero, el valor del impuesto especial pasó del 10 al 15%. En sus primeros tres meses de vigencia del régimen, hasta el 31 de diciembre se blanquearon US$ 97.842 millones, y el fisco recaudó $ 106.760 millones, que se destinarán a la Anses para el plan de reparación histórica de los jubilados. Sigue vigente la alícuota del 5% para el blanqueo de inmuebles, por lo que la AFIP espera que en este rubro se concentre la mayor parte de las adhesiones hasta el final del plan. Por su parte los monotributistas ya pueden iniciar los trámites de pago de la cuota de enero y la correspondiente recategorización.