• Lo hará en septiembre.
• Serían unos u$s 1.000 millones en el primer tramo.
El directorio del BCRA ya tiene decidido gatillar el swap de monedas con China, firmado en julio cuando visitó el país el presidente de esa nación, Xi Xinping. La idea es efectivizar la operación en septiembre para evitar que las reservas caigan, en un mes donde habrá vencimientos de deuda y más pagos de energía. Para el primer tramo, se buscaría conseguir el equivalente a u$s 1.000 millones en yuanes convertibles, que luego se convierten en dólares. A cambio, el Gobierno entregaría pesos al tipo de cambio oficial.
El acuerdo total con China se firmó por el equivalente a u$s 11.000 millones. Pero desde el BCRA -que dirige Juan Carlos Fábrega- reconocen que será imposible acceder a esta cifra. Según estiman, el monto total al que se podría acceder estaría en torno a los u$s 4.000 millones.
Desde el Gobierno aclararon en las últimas semanas que el swap, a diferencia de lo sucedido en 2009, no tiene cláusula de "cross default", es decir que no se cae por el hecho de que la Argentina haya entrado en default selectivo el 30 de julio, al no haber pagado el Discount bajo legislación extranjera. Además, el actual swap tiene carácter financiero, a diferencia del cerrado hace cinco años que era básicamente comercial: los yuanes no eran convertibles y sólo podían utilizarse para pagar importaciones chinas, es decir que tenían un uso más limitado.
Estos dólares provenientes del swap estarían compensando al menos en parte las divisas que no ingresarán al país a causa del default: ni YPF ni las provincias saldrán a colocar deuda este año. También peligran créditos chinos para la construcción de dos represas en Santa Cruz y el Belgrano Cargas. Y, para colmo, Chevron anunció que posterga el ingreso del segundo tramo de la inversión que debía efectuar este año para Vaca Muerta. Son unos u$s 400 millones, que complementaban una cifra similar que ya había entrado hace un par de meses, vía el mecanismo de "contado con liquidación".
La lectura desde el BCRA es que la economía entra en una fase crítica en el último cuatrimestre del año, que estará marcado por dos aspectos: una fuerte emisión de pesos para financiar al Tesoro y al mismo tiempo la caída de reservas por todos los compromisos que hay por delante, además de la falta de ingreso de divisas.
Hasta el año pasado, el Gobierno recibía préstamos del Banco de Francia para compensar la pérdida de reservas estacional de todos los segundos semestres. Pero ya a fines de 2013 se cancelaron todos los créditos recibidos y actualmente las reservas no incluyen financiamiento de organismos o bancos internacionales.
Se estima que sin alguna "ayuda" externa, las reservas caerían por los menos u$s 4.000 millones hasta fin de año, con lo que terminarían en menos de u$s 24.000 millones. El panorama para 2015 es aún más preocupante si se mantiene la situación de default. Hay vencimientos de u$s 6.200 millones del Boden 2015, otros u$s 1.000 millones de la provincia de Buenos Aires y u$s 450 millones de la Ciudad de Buenos Aires. Pero además la caída del precio de la soja restaría unos u$s 8.000 millones en relación con el ingreso de exportaciones de este año.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=756133