Las entidades financieras nucleadas en Adeba aseguraron que es posible reducir el stock de pasivos remunerados, tanto con un gobierno que prevea que el peso sea libremente convertible como con un proyecto de dolarización de la economía
El stock de Leliqs (considerando las Leliqs propiamente dicha y los otros pasivos remunerados) se ubica en torno a los $20 billones a septiembre de 2023. Esto es aproximadamente el 10% del PBI, tres veces la base monetaria o el equivalente al total de reservas brutas del BCRA, según un informe elaborado por la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), la entidad que agrupa a los bancos privados de capital nacional.
Existe un fuerte temor por el impacto que las Leliqs pueden tener en los precios (si el dinero entra en circulación provocará más inflación). Sin embargo, desde Adeba aseguraron que las Leliqs “no son una “bomba” destinada a explotar ni una “bola de nieve” que crece autónomamente”. Dicho de otra forma, tienen solución.
Claro que esa no será tarea fácil. Las entidades bancarias aclararon que los pasivos remunerados en pesos del Banco Central deben gestionarse en forma consistente con la baja de la inflación, cumpliendo las obligaciones del Estado y manteniendo la estabilidad financiera. “Para ello, se necesita un programa económico creíble, renunciar a todo tipo de financiamiento al Tesoro con emisión monetaria y pericia técnica. Este desafío no se debe afrontar con ‘atajos’ o soluciones creativas, ya que atrás de las Leliqs están los depositantes y la confianza en el sistema financiero”, apuntaron.
Qué se debe hacer
Para entender la naturaleza del problema, se debe recordar primero que las Leliqs son los títulos que tienen los bancos como respaldo de los depósitos en pesos. Son una herramienta de política monetaria utilizada para esterilizar el exceso de pesos, que la autoridad monetaria coloca diariamente a través de subastas.
Según Adeba, resolver el problema de excedente de Leliqs es factible tanto con un plan que prevea que el peso sea libremente convertible como con un plan de dolarización de la economía. En este último caso, se requerirá que al momento de entrada en vigencia el valor de conversión del peso/dólar, el BCRA tenga acceso inmediato a dólares por el equivalente a la mayor parte de base monetaria y de las Leliqs, quedando en condiciones de poder honrar a dicho tipo de cambio a la totalidad de las mismas.
“Con un nuevo gobierno y un programa económico creíble, desaparecerían los factores que hicieron crecer a las Leliqs y aparecerían otros que harán reducir su stock real y su rendimiento”, precisaron.
Por un lado, explicaron, es de esperar que se apaguen las dos turbinas que hicieron crecer a las Leliqs en términos reales: el financiamiento monetario al Tesoro (TN) y la compra de títulos públicos por parte del BCRA. Estos dos factores significaron una emisión monetaria de $6.800 miles de millones en los últimos 12 meses a valores de septiembre de 2023 que fue absorbido vía Leliqs. Eso es casi el 35% del stock actual.
Por otro lado, habría una serie de factores que reduciría el stock de Leliqs: la venta de títulos del Tesoro Nacional de la cartera del Banco Central y la remonetización de la economía, el bajo rendimiento de las Leliqs, junto a otros disparadores vinculados a las elecciones e instrumentos de la política monetaria y cambiaria.
Ahora bien, ¿qué debería hacer el Gobierno para resolver el problema de las Leliqs dentro de ese escenario?
En primer lugar, remarcaron las entidades financieras nucleadas en Adeba, el BCRA debería dejar de utilizar las tasas de las Leliqs como tasa de política monetaria. “Es un instrumento que no usan otros países”, sostuvieron.
“Los bancos centrales suelen utilizar tasas activas (la de las Leliqs es una tasa pasiva) o tasas de referencias para influir en los mercados financieros. En general, no utilizan las tasas de sus propios títulos, que en la mayoría de los casos ni siquiera emiten. La tasa de las Leliqs sólo debería reflejar el interés que paga el BCRA por sus pasivos remunerados”, justificaron.
“Es de esperar que la tasa de política monetaria, que es la que pagan los privados en sus transacciones financieras y determina las demás tasas de la economía, sea mayor que la que paga el BCRA por sus pasivos remunerados”, agregaron.
Asimismo, consideraron que el próximo gobierno debería focalizar los esfuerzos en lograr diseñar e implementar correctamente “un plan económico consistente” y, en este marco, las Leliqs podrían normalizarse sin necesidad de ninguna medida extrema, que implique aceleración inflacionaria o incumplimiento de contratos.
“Si esto se logra, la reducción del stock de Leliqs liberará recursos que podrían orientarse hacia el crédito bancario y a instrumentos del mercado de capitales”, analizaron desde la Asociación de Bancos Argentinos.