Los analistas afirmaron que era inevitable que el equipo económico profundizara las restricciones al dólar, pero advirtieron por sus consecuencias de corto plazo.
Los economistas afirmaron que las medidas adoptadas por el Gobierno para tratar de “pasar el invierno” con menos dólares provocarán más inflación y una mayor desaceleración económica. La frase evoca al ajuste implementado hace 63 años por el ministro de Economía Alvaro Alsogaray durante el gobierno de Arturo Frondizi en un contexto de alta inflación.
Consultados por Infobae, los analistas expresaron que las decisiones de hoy constituyen un paquete de profundización inevitable del cepo en medio de las dificultades del Banco Central para sumar reservas, en sintonía con el acuerdo que firmó la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Horas después del anuncio, se dispararon todas las cotizaciones paralelas del dólar.
Claudio Caprarulo, de Analytica, consideró que la decisión de la entidad que preside Miguel Pesce “es una medida poco feliz pero lógica y necesaria en un régimen macroeconómico donde los incentivos están muy distorsionados. Es un nuevo parche”. “Desde Analytica estimamos que en mayo el exceso de importaciones por encima del nivel de actividad rondó los U$S 1.200 millones, un lujo que la Argentina aún sumida en una crisis de deuda externa no se puede dar. La pregunta es por qué se demoró tanto la sintonía fina, ya que desde fines del año 2020, que en los números se refleja un exceso de importaciones producto de una brecha cambiaria y un escenario de mucha incertidumbre”, indicó.
“Si sabes que no podés levantar el cepo cambiario porque una fuerte devaluación no es viable entonces la contracara es que tenés que ser muy preciso en la asignación de dólares a tipo de cambio oficial”, aclaró.
Si sabes que no podés levantar el cepo cambiario porque una fuerte devaluación no es viable entonces la contracara es que tenés que ser muy preciso en la asignación de dólares a tipo de cambio oficial (Caprarulo)
En términos de actividad, indicó, “si la medida es bien implementada debería ser marginal el impacto negativo, porque tiene que atacar a las importaciones especulativas, pero pone más presión a los precios porque afecta los costos de reposición de los productos afectados”.
“Va a ser muy importante como trabaje el Gobierno sobre las expectativas; tiene que mostrar resultados rápido y dar a conocer un sendero de normalización. A su vez, el dialogo con los sectores productivos es clave para contener los efectos adversos y recalibrar ante errores”, expresó.
“La economía está en una situación muy frágil: no hay margen de error. Otra variable importante es adónde van a ir los pesos que iban a esas importaciones porque las importadoras no pueden acceder a los dólares financieros”, informó.
Más discrecionalidad
Francisco Gismondi, de Empiria, afirmó que “lo más importante son las nuevas restricciones para las importaciones de las licencias no automáticas (que además de que las aprobaciones son discrecionales ahora tienen máximos a pagar al contado, y una parte van a tener que pagarlo a 180 días) y para la importación de servicios”.
“El efecto negativo sobre la actividad se sumará a la falta de energía. El máximo de actividad del año pareciera que ya ocurrió. De acá a fin de año será peor en términos del PBI; el promedio igual te da para arriba”, indicó Gismondi.
El efecto negativo sobre la actividad se sumará a la falta de energía. El máximo de actividad del año pareciera que ya ocurrió. De acá a fin de año será peor en términos del PBI (Francisco Gismondi)
Por otra parte, la inflación “con estas medidas va a estar más cerca de 80% este año y el dólar paralelo tiene para ubicarse en una brecha más parecida a 100%. Ya viene subiendo, esto le da más proyección de suba”.
Marcelo Elizondo dijo que las decisiones ”generan dos tipos de problemas: el primero es objetivo para aquellos a quienes se les impide llevar adelante las compras porque se les restringe la actividad productiva. El segundo es subjetivo; crea un clima de temor y sospecha para todos que hace diferir o modificar disfuncionalmente decisiones económicas por parte de los actores, ante a la duda”.
Además, “la afección de la autonomía para generar contratos en esta materia (que desde hace tiempo ocurre en Argentina a través del régimen cambiario, los limites regulativos, las restricciones diversas vigentes y las cuantificaciones) es una lesión al marco de referencia institucional que afecta el dinamismo y la agilidad económicos generales”.
Gabriel Caamaño, de Ecoledesma, explicó que las medidas implican “más cepo: están extendiendo las SIMI y sus límites de acceso al Mercado Único Libre de Cambio a operaciones que no estaban alcanzadas por ellas. Lo más significativo me parece el tema de servicios”.
“Están ahorrando dólares explícitamente, trabando la cuenta corriente para pasar el invierno”, dijo Caamaño. Con este dato, la inflación llegaría al “80% cómo escenario base, pero puede ser más tranquilamente”.
Están ahorrando dólares explícitamente, trabando la cuenta corriente para pasar el invierno (Caamaño)
En tanto, María Castiglioni, de la consultora C&T, dijo que “era previsible que el Gobierno planteara más limitaciones a las importaciones; en la práctica hace es incluir más rubros en el régimen de licencias no automáticas; con esta caída de algunas importaciones habrá un mayor encarecimiento de algunos bienes importados y menor actividad económica”.
“En el corto plazo habrá menos importaciones y más caras. O sea, un impacto negativo sobre el nivel de actividad, como parte de las estrategias defensivas que se adoptan”, expresó la economista. Además, explicó, “la salida de divisas por turismo y otros rubros de servicios que se habían acotado con la pandemia se volvió a acelerar”. Con este panorama, C&T estima una inflación del 75% y un alza del 2,3% del PBI.
Guido Lorenzo de LCG afirmó que “son medidas que reflejan la escasez de divisas y la imposibilidad de generar crecimiento. Esperamos que repercutan sobre las importaciones y en consecuencia sobre la oferta global, lo cual se puede traducir en mayores precios y un crecimiento punta a punta del 1,5% y de -5% a fin de año”.
Son medidas que reflejan la escasez de divisas y la imposibilidad de generar crecimiento, que repercutirán en mayores precios y un menor crecimiento económico (Guido Lorenzo)
Medidas cantadas
A su vez, Lorenzo Sigaut Gravina de Equilibra sostuvo que “las medidas estaban cantadas, porque había que frenar la parte quizás especulativa y se le han puesto varias trabas”.
Luis Secco advirtió que “es un límite adicional importante sobre el nivel de actividad, aunque hicieron una excepción con las pymes, pero tal vez para muchas empresas, por el prorrateo establecido, significa que no pueden importar más el resto del año”.
Juan Pablo Ronderos, de MAP, dijo que “las medidas anunciadas no nos sorprenden. Venimos conversando con nuestros clientes sobre un escenario más difícil para los negocios a medida que nos acerquemos a 2023. Hasta hace unas semanas les decíamos que el próximo año empezaba en octubre-22, por la estacionalidad de la liquidación del agro. Pero parece que 2023 empieza en julio-22″.
“Una de las dimensiones de ese marco de los negocios es sin dudas el acceso o no al mercado de cambios (los otros, gap entre inflación/devaluación/tasas de interés, presión impositiva, y regulación de mercados/controles de precios). Y ante los desequilibrios macro, el gobierno siempre elije el ajuste micro. En este caso, aún cuando la disponibilidad de divisas es inédita (el agro aportó en los primeros seis meses 15% más de dólares que el ya récord 2021), la imposibilidad de acumular reservas por las mayores necesidades de importación de energía, pago de servicios (fletes y turismo), y el pago de intereses, lleva a tomar decisiones como las anunciadas”, indicó.
Para Ronderos, “esta no será la última medida, no solo en lo que refiere al mercado de cambios, sino también a las otras dimensiones del marco de negocios en Argentina”.
En tanto, Martín Kalos agregó que “dada la primera reacción de los activos financieros, en el corto plazo está claro que complicarán más a las importaciones con licencias no automáticas con un mayor costo financiero, con un mayor riesgo para los privados”.
Además, indicó que “puede generar problemas para la importación de servicios, que incluye los fletes de las mercancías, lo que puede poner en peligro el pago de esos fletes, no solo para las importaciones, sino también para las exportaciones en los casos que se paguen desde acá, en un contexto de baja disponibilidad de reservas y así el Banco Central podrá acumular al postergar pagos en el mercado cambiario por un año; mientras tanto, tendrá un respiro”, un alivio que parece conformar a las autoridades económicas aunque afecte al resto de las variables económicas.