El Gobierno entregó BONAR 2020 a 9,4% anual, mientras que el promedio de los países vecinos es de 4,5% y al doble de plazo
La última emisión de deuda por parte del gobierno nacional desnuda un sinfín de obviedades. Una, la más palpable, es que el país apenas tiene acceso al financiamiento y en caso de obtenerlo debe convalidar tasas demasiado altas, casi usurarias, en la terminología que le gusta usar a la presidente Cristina Kirchner cuando se refiere a los holdouts.
Claro que la Argentina ha pagado siempre mucho por endeudarse. De hecho, el gobierno de Néstor Kirchner convalidó más de 10% anual, en dólares, para venderle el ahora extinguido BODEN 15 a la Venezuela de Hugo Chávez. Pero ese bono fue a la salida del default. Con el correr del tiempo y parados ahora en medio de otra cesación de pagos selectiva por los juicios de los holdouts, la Argentina tiene que convalidar tasas aún muy elevadas.
La colocación forzosa del BONAR 2020 a inversores locales, mayoritariamente la ANSES y el Banco Nación, debió convalidar un rendimiento implícito del 9,4% anual en dólares. Parte del fracaso de esa emisión fue que el ministro de Economía, Axel Kicillof, no quiso pagar más tasa. El mercado le pedía por lo menos 10% para arriba para empezar a negociar.
A pesar de eso, el bono que arañando logró colocar Axel Kicillof, por plazo y por rendimiento, es de los más caros de la región. De hecho, tomando las últimas emisiones de los países de la región, la Argentina pagó más del doble que el promedio de ellos. «Los emergentes colocaron deuda a un rendimiento promedio de 4,5% anual, incluido Brasil», dijo a Infobae el economista y analista internacional Luis Palma Cané.
Tasa de «buitre»
Según Claudio Loser, ex director del Hemisferio Occidental del FMI y actualmente presidente de Centennial Group Latin America, las tasas de interés de entre 8% y 9% que siempre termina pagando la Argentina «son los niveles de los bonos basura y de los préstamos buitre, a los que presuntamente se opone con vehemencia el Gobierno».
«Todo esto lo pagará el próximo gobierno, mientras que las autoridades actuales serán libres de irse, aun luego de mostrar una combinación de caprichosa incompetencia e intención fraudulenta. Este es otro ejemplo deprimente de la mala gestión que los argentinos están atacando más enérgicamente, pero desafortunadamente, con poco éxito y con grandes costos para la Argentina», señaló Loser.
Yendo a los números, que no mienten, las emisiones de los países de la región (ya no se puede decir que son comparables) muestran resultados completamente distintos a los que obtuvo la Argentina en la última colocación. Siempre hablando de emisiones recientes en medio de lo que Kicillof suele llamar «crisis internacional» de los mercados.
México, por ejemplo, a inicios de septiembre se hizo de USD 1.500 millones a 100 años de plazo pagando un rendimiento del 4%. Perú, otro mercado que supo ser muy atractivo para los inversores internacionales, consiguió USD 1.250 millones a 12 años convalidando 4,12% anual, tan sólo hace dos meses.
Colombia, otro país que goza de buena reputación en el mercado, logró obtener USD 1.000 millones a 30 años de plazo pagando una tasa de 5,041% en su última emisión de deuda en marzo de este año.
El año pasado otros países como Uruguay, Chile y Paraguay también habían salido al mercado internacional y consiguieron dólares contantes y sonantes a un máximo de 5% anual.
En los mercados desarrollados la disparidad es aún mayor. Hoy el mercado mundial paga las siguientes tasas a 10 años: Alemania 0,60%, Italia 1,69%, España 1,83%, Portugal 2,36% y Grecia 7,93 por ciento.
Según Siobhan Morden, managing director de Jefferies LLC, el bajo apetito del mercado que demostró la emisión del gobierno nacional a cinco años «puede reflejar las preocupaciones sobre la capacidad de pago del país que disuade a los inversores de reinvertir sus fondos en bonos soberanos, o peor aún, reacios a mantener depósitos en efectivo en el sistema bancario».
Pese a esos contrastes, el jefe de gabinete de ministros, Aníbal Fernández dijo: «Con el BONAR 2020 se dio un paso muy importante. Es un excelente bono, a un excelente tasa, a un excelente plazo».