Obligaría a emitir muchos pesos y el fantasma de un escenario con más inflación y devaluación asoma con más fuerza en el horizonte. Dólar intratable en el segundo semestre, posibles escenarios con un dólar arriba de $100.
Por Salvador Di Stéfano
La Argentina no lograría reestructurar la deuda pública, esto la obligaría a emitir muchos pesos y el fantasma de un escenario con más inflación y devaluación asoma con más fuerza en el horizonte. Dólar intratable en el segundo semestre, posibles escenarios con un dólar arriba de $100.
El gobierno nacional no cedió ante la pretensión de los acreedores externos, la propuesta se plantó en los U$S49,99 de valor presente, y los acreedores se colocaron entre los U$S53 y U$S56. La consecuencia es que, así como se hizo popularmente conocido el juez Thomas Griesa, ahora sería el turno de su reemplazante Loretta Preska que se convertirá en la archienemiga del gobierno por pretender que los bonistas cobren lo que se les debe.
El no acordar la deuda echa por tierra todas las posibilidades de que Argentina recupere le crédito internacional, y deja en espera a acreedores privados por la friolera de U$S 120.588 millones.
El FMI competidor directo de esta deuda, viene cobrando en tiempo y forma, al igual que le resto de los organismos financieros internacionales, dicha deuda suma U$S 73.399 millones.
Los acreedores privados se quejan porque el gobierno les impone restricciones del FMI, cuando este organismo siempre cobra, mientras ellos negocian quitas significativas en el valor presente, aunque inexistentes en materia de capital adeudado.
Argentina afectada económicamente por una cuarentena eterna, no está generando los ingresos necesarios para financiar el gasto público. A eso ahora hay que sumarle que tampoco conseguirá financiamiento genuino para cubrir esta brecha. Todos los caminos conducen a una emisión desenfrenada.
El total de pasivos monetarios al 12 de junio suma $ 4.343.362 millones, apenas un 74% más que un año atrás. Las reservas son de U$S 43.126 millones, caen el 32,9% en un año. El dólar de equilibrio se ubica en $ 100,71.
De cara a los meses que vienen, en el marco de una pandemia que no encuentra un final feliz, la extensión de la cuarentena obligaría al gobierno a una mayor emisión monetaria. Estimamos hasta fin de año $ 1.500.000 millones adicionales. Esto implica que los pasivos monetarios para fines de 2020 podrían rondar los $ 6.000.000 millones.
En un escenario de descontrol de los pasivos monetarios por falta de financiamiento, la clave es proteger las reservas. El Banco Central República Argentina viene trabajando muy duro en ese sentido.
En primer lugar, llevó adelante un cepo para que no se le filtren los dólares. En segundo lugar, protegió los dólares de los importadores, que ante una devaluación cantada anticipaban importaciones y se hacían de bienes a un precio atractivo. En tercer lugar, los privados salieron a cancelar deudas contraídas con el exterior, la deuda externa privada suma U$S 80.326 millones al 31 de diciembre de 2019. En cuarto lugar, para calmar el precio del dólar se recurrió a la vieja y conocida receta de vender en el mercado de futuro. En quinto lugar, estábamos esperando que noticias positivas como la restructuración de la deuda cambien el clima hostil de los inversores, como esto no ocurrirá, esperamos una mayor presión sobre el dólar en todas sus versiones.
El dólar oficial será más demandado por empresas que busquen importar o pagar deuda en el exterior, ante la escasez de reservas se buscará limitar la entrega a la máxima expresión y exigir la utilización de dólares en manos de las empresas o privados. El Banco Central trataría de generar una oferta de dólares abundante en el mercado de futuro que desaliente la compra, sin embargo, esta política no está dando resultados.
El peso en lo que va del año se devaluó el 16,3%, lo que proyecta (en forma lineal) una tasa de devaluación del 35,2% anual. Es una tasa muy baja para los problemas que tenemos por delante. Parecería que el segundo semestre la volatilidad será muy distinta.
En el mercado de futuro se generaron ventas por un equivalente a U$S 3.876 millones, que representa el 9% de las reservas. Si bien en los mercados de futuro se trabaja por diferencias de precio, cuando los montos negociados superan el 10% de las reservas, y el gran vendedor es el Banco Central, es porque estamos cerca de una devaluación del dólar oficial.
El dólar oficial se está devaluando a un promedio del 3% mensual, comprar hoy un dólar al 31 de julio vale $ 72,69 un 4,33% más caro que el dólar hoy, es una apuesta a no perder, y con muchas chances de ganar.
Los importadores que están a la espera de mercadería, compran en el mercado de futuro como una forma de fijar el precio del producto que van a recibir. Si el embarque llega en diciembre, se asegura un precio de $ 88,85, luego el mercado dictaminara si puede estar más alto o más bajo, pero es una referencia de la expectativa y tasa de interés que maneja el mercado.
La posición más larga en el mercado de futuro del dólar es mayo 2021 y cotiza a $ 106,80, descontando una tasa de interés del 55,9% anual. Por esos valores veremos la inflación anual para esa fecha, a lo mejor me quedo corto.
Conclusiones
* El no acuerdo con los bonistas derrumbaría el precio de los activos financieros y reales de argentina. Los inversores volverán a tomarse un tiempo para invertir en Argentina, eso dejara un vacío en la demanda, como la oferta de los activos es importante, los precios ajustaran a la baja.
* En materia de inflación sucede lo inverso. Como la cantidad de pesos es abundante, y la oferta de bienes es escasa, es muy probable que los precios arbitren a la suba, con el consecuente impacto en la inflación.
* La demanda de dólares se intensificará en todas sus versiones, desde dólar bolsa, blue o contado con liqui. Más temprano que tarde, la brecha entre el dólar mayorista y los dólares alternativos volverá a niveles superiores al 80%.
* El precio de los bonos y acciones sufrirán una fuerte baja, ya que el probable no acuerdo en la reestructuración de la deuda pública afectaras las expectativas que traía el mercado, que siempre fue optimista.
* La falta de acuerdo con los bonistas, el proceso abierto de probable expropiación de Vicentin y la salida de algunas empresas del país nublan el escenario futuro. La suba de las materias primas agrícolas podría darles un respiro a las arcas fiscales del Estado, como también una ayuda en la oferta de dólares.
* El gobierno está en las puertas de un gran vencimiento de un bono en pesos, que lo toma retrocediendo en chancletas, ya habla de una nueva emisión de bonos en dólares, se preocupan por el enorme déficit fiscal, y tiene por delante la salida del congelamiento de tarifas, todos desafíos difíciles de transitar, y con severas consecuencias sobre el poder adquisitivo de la sociedad.
* El segundo semestre no se presenta muy favorable, estaría signado por mayor inflación, devaluación y el pico de caída de actividad económica. La pérdida del poder adquisitivo de los asalariados sería muy elevada, con lo cual las empresas deberán trabajar en ofertar productos a precios razonables, privilegiando producir más cantidad a menor precio. La economía será mucho más informal, con márgenes escasos y una presión tributaria exuberante.
Fuente: https://www.ambito.com/opiniones/dolar/que-pasaria-la-economia-si-no-hay-acuerdo-la-deuda-n5110784