• Cristina de Kirchner se reunió ayer con el titular de la entidad
• Las líneas fueron suspendidas en mayo
La Argentina y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) firmaron ayer la paz. Fue luego de la reunión privada que mantuvieron Cristina de Kirchner y el presidente de la entidad, Luis Alberto Moreno, donde el colombiano le aseguró a la Presidente que se reactivarán las líneas de crédito suspendidos en mayo pasado por unos u$s 800 millones. El dinero forma parte de un total de 1.600 millones que la Argentina debía recibir entre enero de este año y agosto del próximo ejercicio, y que la entidad había resuelto reducir a casi la mitad en la última asamblea anual de la entidad entre el 27 y el 30 de marzo en Costao do Sauipe, Brasil. La decisión había sido tomada por el directorio del banco, por la presión de los Estados Unidos y Canadá en el directorio, y había sido avalada por los votos de Estados como Colombia, México y varios países centroamericanos. Ayer Moreno le informó a la jefa de Estado que la entidad había vuelto a activar los programas suspendidos y que no habrá quitas en la cantidad de dinero que originalmente, y en noviembre de 2013, el BID había resuelto otorgar a la Argentina. Como contrapartida, tampoco se analizarán nuevos créditos y el país deberá conformarse con los 1.600 millones de dólares totales ya programados, de los cuales ya fueron girados algo más de u$s 400 millones.
El acuerdo fue cerrado ayer en la breve reunión que la Presidente tuvo con Moreno en un salón del hotel Mandarín Oriental, donde la jefa de Estado desarrolló la mayoría de sus encuentros. Después del titular del BID fue el turno del mega millonario húngaro-norteamericano George Soros. Para la Argentina el dinero que ahora liberará la entidad es fundamental, ya que se trata de planes de construcciones en infraestructura, programas de modernización del Estado y financiamiento de planes de educación, entre otros. Si el BID no volvía a otorgar el dinero, el Gobierno debería haber tomado una de dos decisiones: reasignar partidas (algo imposible en tiempos de escasez de dólares) o suspender los programas (la medida que estaba por adoptar el país). Finalmente ayer hubo fumata blanca y los u$s 800 millones serán girados al país.
La decisión de limitar los créditos a la Argentina le había sido comunicada personalmente por Moreno al ministro de Economía, Axel Kicillof, en marzo pasado en Brasil. Contaron testigos que la reacción del funcionario fue de duras protestas y hasta gritos, y que al ver que se trataba de una decisión ya tomada y, en principio, inmodificable para el BID, Kicillof se levantó de la mesa de negociaciones y dio un portazo.
Actualmente el BID es por ahora la única fuente de financiamiento externo que tiene la Argentina activada. Por ahora, y pese a que lo había prometido después que el Gobierno nacional cerró un acuerdo con las empresas que demandaban al país ante el CIADI, aún no se activaron líneas de préstamos desde el Banco Mundial. En ese organismo, todavía Estados Unidos y la Unión Europea (UE) siguen bloqueando la aprobación de líneas de créditos de casi u$s 3.000 millones, que la Argentina debería tener habilitadas sólo por ser socio pleno y activo de la entidad. Desde los países centrales se afirma, por lo bajo por ahora, que hasta que el país no cierre un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que se le permita fiscalizar las cuentas nacionales no habrá liberación de esos fondos que deben ser aprobados con los votos positivos del directorio donde los países desarrollados tienen la mayoría.
En la reunión de Brasil, la explicación de Moreno fue que se tenían que reducir los créditos a la Argentina porque prestarle a nuestro país en este momento le sale muy caro al BID debido a que el riesgo-país está muy alto, ya que desde enero pasado la entidad comenzó a aplicar el mecanismo de adecuación de su capital a los índices de riesgo-país de calificadores privados, como Standard & Poors. Precisamente fue esa explicación de Moreno, la aceptación de las odiadas (en Buenos Aires) consultoras privadas como fuente de calificación de los créditos a otorgar, lo que enfureció a Kicillof y generó el portazo.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=759621