Los dólares abundan en casi todos los países del mundo y en algunos de ellos, los bancos cobran a sus clientes por depositarlos. En la Argentina, ocurre lo contrario
La tendencia es inalterable. Los inversores apuestan a los dólares alternativos y a los plazos fijos y títulos indexados. Así, se cubren de devaluaciones y de más inflación, todo lo opuesto a lo que el Gobierno volcó en el presupuesto 2021.
La contracara fueron los bonos de la deuda con legislación Nueva York que tuvieron fuertes caídas y elevaron el riesgo país 1%, a 1.460 puntos básicos. Esos bonos ahora rinden una tasa récord de 17%. A pesar de que la economía se mueve en un planeta de tasas cercanas a 0%, nadie quiere los bonos argentinos. La muestra de ese desprecio, está en los dólares abundan en casi todos los países, al punto que los bancos cobran a sus clientes una tasa de 1% anual cuando los deposita porque es el costo de mantenerlos almacenados en bóvedas alquiladas.
En la Argentina, en cambio, el dólar es el centro del afecto de los inversores y ahorristas sin distinción de clases. No les importa a los más pequeños que la divisa esté estancada en $ 153, en el mercado marginal. Cada peso que les sobra va a esa divisa que hace más de 60 días viene perdiendo frente a las colocaciones en pesos. No es el caso de los dólares alternativos. Al tomar el precio de cierre de ayer en el mercado libre, aumentaron 10% y le ganaron los plazos fijos y superaron por 2 puntos a los indexados.
Los inversores más sofisticados, eligen la compra de bonos indexados -los únicos títulos públicos que interesan y son en pesos- que subieron hasta 3,12% como fue el caso del Boncer 2026 que paga 2% sobre la inflación. A su vez, los depósitos indexados crecieron el viernes $646 millones (+1%) y están en $ 67.746 millones a pesar de que hay que inmovilizarlos por 90 días. Desde fin de noviembre, cuando la inflación comenzó a apuntar a 4% mensual, la gente se volcó a esta modalidad que aumentó su volumen en 42% el triple de lo que crecieron los depósitos a tasa que están padeciendo la migración de sus colocadores. Los plazos fijos a 30 días vienen creciendo a un ritmo cada vez menor y pronto su volumen se va a desacelerar a un ritmo por debajo de la tasa de interés que promedia 33% anual. Los inversores creen que esa tasa tardará mucho tiempo en subir y es notablemente negativa frente a la inflación esperada.
Los bancos, en su afán de colocar sus excedentes de pesos, prueban productos nuevos. Por caso, hay entidades que ofrecen a sus clientes financiarles los consumos de las tarjetas en 36 cuotas a tasas activas más bajas que las acostumbradas.
De hecho, la licitación de dos letras y un bono a tasa Badlar que vence en febrero de 2023, le permitió al Banco Central captar $ 83.634 millones. Casi 40% de lo ofrecido fue al bono que ajusta por la tasa Badlar que es la que pagan los bancos a ahorristas de más de $ 1 millón a 30 días y está en 34,18% nominal anual que equivale a una de 40,05% efectiva anual. Los colocadores fueron institucionales en su enorme mayoría. Ellos, por las regulaciones, tienen pocas posibilidades de diversificar su cartera. Las compañías de seguros y bancos, además de la Anses, fueron los principales abastecedores de este mercado. Ellos prefieren los títulos indexados pero el Gobierno se los reserva y cuando los licita los pone entre los de más largo plazo. En la licitación de ayer, se captaron $ 32.000 millones más de los que necesita para cubrir los próximos vencimientos.
Los dólares alternativos, en tanto, siguieron en alza y vigilados por el Banco Central que intervino a lo largo de la rueda. De hecho, el stock de títulos que tiene para la intervención se ha reducido drásticamente porque lleva utilizados el equivalente a USD 5.000 millones, un monto que al mismo tiempo representa un incremento de la deuda con el exterior porque al venderlos para bajar los dólares alternativos, salen del Estado y pasan a manos privadas. Es una emisión de deuda en dólares encubierta.
El contado con liquidación con negocios por USD 86,3 millones, logró un elevado volumen que se puede comparar con lo que se operaba antes de acotar sus movimientos a principios de enero. La suba en el mercado intervenido por el Central fue de 33 centavos (+0,2%) a $ 151,79. Pero por fuera de esta plaza, donde los operadores no tienen restricciones porque operan con el GD30, que perdió 0,83% de su valor, los negocios se hicieron a $156, contra $155 del día anterior.
En el dólar Bolsa o MEP, las operaciones aumentaron a USD 39,1 millones, casi 50% más que el día anterior. En el mercado oficial se negoció 51 centavos (+0.3%) más caro a $ 149,34 y en la plaza de los operadores a $ 151,50.
En la plaza mayorista, los negocios fueron escasos, apenas USD 174 millones y el dólar que rige la economía porque es el que se aplica al comercio exterior, aumentó 6 centavos a $ 87,81. El Central quiere retrasar el tipo de cambio para no alentar la inflación. Como la compra de importadores cada vez está más restringida, pudo hacerse de USD 20 millones que hicieron que las reservas aumenten en la misma proporción a USD 39.474 millones.
La Bolsa siguió en alza porque los inversores apuestan a que YPF negociará su deuda pese a las dudas que hay en el mercado. Los negocios siguieron en montos reducidos. Se operaron $ 835 millones y el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 0,34%. Los que hicieron posible el cierre positivo, fueron Comercial del Plata (+5,56%), YPF (+4,55%) y Cresud (+3,82%) que se vio favorecida porque la soja rebotó 1,20% y volvió a superar el techo de los USD 500 por tonelada en Chicago.
Los negocios en ADR’s, certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York, movieron $ 2.184 millones, 20% más que la rueda anterior. Los ADR’s argentinos, tuvieron un día favorable. YPF (+9,97%) fue lo mejor, aunque en el año pierde 8,81%. Lo siguieron Edenor (+7,08%) y Cresud (+3,50%). Cresud, después de MercadoLibre, con 10,65% de alza, está entre los pocos ADR’s argentinos que están en territorio positivo en lo que va del año.
Quedan dos ruedas para terminar la semana y el panorama se le va complicando al Gobierno. Los dólares lucen cada vez más amenazantes y las reservas de libre disponibilidad más bajas a pesar de la suba de los últimos tiempos.