La falta de un plan económico complica las chances de ver una rápida solución del tema de la deuda. Resulta clave la dinámica fiscal y resta saber si está, en los planes del Gobierno, volver a los mercados de deuda para tomar créditos que reorienten la economía hacia el crecimiento.
A casi tres meses de la victoria de Alberto Fernández en las elecciones de octubre, poco se sabe sobre los avances sobre la reestructuración de la deuda. La falta de novedades genera cierta incertidumbre y nerviosismo entre los inversores. Si bien el Gobierno se planteó el 31 de marzo como fecha límite, la posibilidad de hacerlo bien y rápido luce difícil. El veredicto final lo tendrá el mercado cuando observe hacia donde converge el riesgo país, una vez que se resuelva el tema de la deuda. Para analistas, la falta de detalles en el plan económico complica la dinámica de las negociaciones, complicando las chances para que el riesgo país caiga debajo de 700 puntos.
Uno de los indicios (quizá el más inmediato) para saber si la reestructuración resultará (o no) exitosa, puede ser determinar en base a cuál será el futuro valor del riesgo país posterior a la negociación. Este valor resulta determínate para poder definir si Argentina puede (o no) volver a los mercados de deuda global y regenerarla confianza entre inversores locales e internacionales, despejarlos riesgos de default reanimarla economía a mediano plazo.
Adrián Yarde Buller, economista jefe de Grupo SBS sostuvo que el riesgo país va a ser una referencia para ver si los inversores están o no convencidos de que la dinámica fiscal y macroeconómica es suficiente para que la deuda pueda volver a ser sostenible con alta probabilidad.
“Una reestructuración más dura está asociada con menores spreads de riesgo porque reduce la carga de la deuda, pero también implica permanecer más tiempo fuera de los mercados. Por lo tanto, para que Argentina pueda volver rápido a los mercados la reestructuración no puede ser demasiado dura y tiene que haber una consolidación fiscal consistente con el nuevo sendero de deuda y compatible con iniciar un camino de crecimiento. Por ahora, esos elementos están ausentes”, afirmó.
Falta la clave: el plan económico
Dada la falta de avances en materia de la deuda, distintos analistas remarcan que, a esta instancia, resulta fundamental conocer los detalles de un plan económico consistente desde el lado fiscal y monetario. Ese plan, que aun se desconoce con detalle, deberá explicar el plan del Gobierno para poder reencaminar a la economía argentina hacia un sendero de crecimiento de mediano plazo para que la deuda sea pagable en el futuro y que, por lo tanto, los acreedores acepten la propuesta de reestructuración actual.
En esa línea, Alejandro Kowalczuk, head de Asset Management de Argenfunds considera que para que se dé una compresión en los niveles de tasas, hacia los 500 puntos de prima de riesgo, no solo es necesario reestructurar la deuda, sino que también se deberá mostrar disciplina fiscal a futuro, que permita la sustentabilidad de pagos.
“Si una vez que el Gobierno reestructure la deuda toma acciones que lleven a un aumento del déficit en vez de a una reducción, claramente la compresión de tasas será más limitada. La reestructuración podría llevarnos a niveles de prima de CDS (seguros de default) a 10 años entre los 1.000 y 800 puntos básicos, pero para ir hacia valores en torno a los 500 puntos se deberá mostrar que, hacia adelante, hay (y se mantendrá) un resultado fiscal tal que se aseguren los pagos”, dijo.
Por su parte, Francisco Velasco, head de research de Banco Mariva entiende que para sacar conclusiones hay que partir de la base que hay grandes incertidumbres, ya que no se sabe aún cómo será la restructuración, y tampoco se conoce con ningún grado de certeza en qué consistirá el plan económico del gobierno de Alberto Fernández pasada la coyuntura de corto plazo que dura hasta la reestructura.
“Aún si se diera una buena reestructura y un plan económico que el mercado juzgue como razonable, no creo en ningún caso que el nivel de riesgo país post canje sea menor a los 700 puntos, con lo que sería difícil tener acceso fluido a los mercados de deuda.
¿Fuera de los mercados por un tiempo?
La historia muestra que no hay que creerle a la Argentina en este último punto, por lo que los analistas consideran que una mayor compresión no será tarea fácil para la actual gestión. También resta saber si regresar a los mercados de deuda forma parte (o no) de los planes de la actual gestión.
“Es probable que llegando a niveles de 800 puntos surjan interesados en prestarle a la Argentina queriendo aprovechar tasas elevadas y apostando a esta compresión final de tasas. El tema es que, del lado del soberano, el tomar deuda arriba estos niveles no luce atractivo y volvería a poner en duda la sustentabilidad de pagos. Dicho ello, no creo que sea la intención del Gobierno salir a tomar deuda al mercado por varios años, por un tema político y por la forma de financiamiento del gasto que piensan hacia adelante”, comentó Alejandro Kowalczuk.
Finalmente, Francisco Velasco considera que para que Argentina pueda volver a tener acceso a los mercados, la prima de riesgo debería ubicarse debajo de los 500 puntos, algo que no llegaría a ocurrir al menos en 2020.
“Para tener acceso a los mercados de deuda global, el EMBIG Argentina debería ubicarse por debajo de los 500 puntos básicos, y eso demandará demostración de capacidad y voluntad de pago y un acuerdo con el FMI en el cual el organismo de crédito considere la deuda como sostenible. No creo que veamos esos niveles de spread en 2020”, destacó Velasco.