Los economistas de Cambiemos condenaron a los argentinos a la mediocridad asistida como mejor escenario posible. El fracaso de la gestión de Cambiemos en estos interminables tres años plagados de amarillismo se resume en una sola frase llena de vergüenza: la final de América se jugó en Europa.
Ganaron las bestias, siempre ganan y marcaron el tono de un 2018 que ha sido brutal para la ciudadanía argentina. En manos de la mala praxis del equipo económico de Cambiemos hemos sido sometidos a una histórica licuación con un único objetivo: dotar de oxígeno a nuestro presidente de caras a las presidenciales del año próximo.
El plan de Cambiemos sigue siendo un “no plan” honrando a su elocuente esencia, la “nada” como estrategia central o como titulé en otras notas: el plan “Batman”. Si esto se sigue complicando, habrá entonces que usar el teléfono rojo del hombre murciélago para que nos salve.
Sin embargo, el tremendo shock que irónicamente los economistas gradualistas de Cambiemos le propinaron a los argentinos nos nubla la principal variable que determinará el destino de los activos argentinos en 2019: la relación entre las tasas de interés en Estados Unidos y el nivel del S&P.
Si bien Argentina enfrentará un contexto local complejo debido a las elecciones que se nos vienen, por el bien de todos, esperemos que no se desmadre el contexto internacional porque si ello ocurre, los economistas de Cambiemos no tienen plan, así como no tuvieron uno en 2016, 2017 y 2018 y quizá Batman no quiera atender el teléfono.
No importa la que Cambiemos le quiera hacer creer a los argentinos, el riesgo país sigue subiendo en múltiplos de otros bonos emergentes.
Un vulnerable contexto internacional
La tasa de 10 años llegó en 2018 a un máximo de 3,23%; sin embargo, en estas últimas semanas dicha tasa colapsó a niveles actuales de 2,85%, representando una baja de 38 puntos básicos en sólo un par de semanas lo cual significa un movimiento enorme para este asset class.
En este contexto, la pendiente de la curva de tasas norteamericana medida como el diferencial entre la tasa de 10 y 2 años colapsó a la zona de 10 puntos básicos, casi al borde de la inversión de curva.
Recordemos que por inversión se entiende que las tasas cortas superan en nivel a las tasas largas, lo cual en general se asocia con un mercado anticipándose a una recesión futura. Una tasa larga se concibe como el promedio de tasas cortas. De ahí que una tasa larga mas baja que las cortas a nivel spot, representa a un mercado que empieza a descontar tasas cortas bajando a futuro, en reacción a un enfriamiento de la economía norteamericana.
El S&P, golpeado y con mal pronóstico
En este entorno, el S&P viene siendo severamente castigado y de la mano de él le han pegado a todo activo de riesgo, tanto bonos como acciones emergentes.
Precisamente, este aspecto es el que está en juego hoy mismo de cara a un año que se va cerrando en 2018 y que va condenando al S&P a terreno levemente negativo y dejaría una gran incógnita para el año siguiente.
Si la curva de tasas no se estabiliza en los niveles actuales y por el contrario exacerba su tendencia a la baja de pendiente y por ende a la inversión de curva, podríamos observar un S&P cayendo fuerte con un contagio global a la aversión al riesgo.
El «no plan» puede quedar completamente expuesto
Con un potencial shock externo de semejante tamaño, el “no plan” de Cambiemos quedaría fácilmente expuesto a su intrínseca debilidad y con ello, los bonos argentinos serían presa no sólo de un contexto externo adverso sino que además, por su condición de “high beta”, absorberían mucho mas que otros emergentes la mencionada negatividad global.
En dicho entorno, el riesgo país argentino subiría agresivamente y para ello solo basta con mencionar un ejemplo. En estos últimos días, de la mano de un S&P operando en terreno muy negativo, los CDS de Argentina subieron 25 puntos, los de Turquía 15 puntos y los de Brasil 2 puntos.
Claramente, el mundo de bonos castigó a todos pero a la Argentina la sacudieron en múltiplos. La notoria y generaliza mala praxis del equipo económico del Presidente Macri nos ha dejado muy vulnerables ante un shock externo relacionado a la inversión de curva en USA.
Si dicho escenario se diese, el riesgo país argentino podría subir varios cientos de puntos. Por el bien de todos, ojalá que no ocurra, esperemos que el plan Batman, nos salve.
El escenario de la horizontalización
Es por esta razón, que se hace casi crucial que la pendiente de la curva de tasas en USA se estabilice en un entorno cercano a la horizontalización.
Actualmente dicha pendiente está en torno a los 15 puntos y ha perdido sorpresivamente unos 15 puntos en las últimas semanas, amenazando claramente con negativizar su pendiente.
Bajo un escenario de horizontalización, dos aspectos jugarían en favor de bonos emergentes.
Primero, se alejaría el fantasma de la recesión en Estados Unidos y con eso se eliminaría un escenario de aversión al riesgo global.
Estos dos efectos ocurrirían solo bajo un escenario de baja de tasas largas que no llegase a implicar una inversión acentuada de curva.
Si la inversión de curva se diese en 2019 de manera sostenida y agresiva, Argentina quedará inexorablemente sometida a un shock externo que pondría bajo severísima presión a nuestro riesgo país muy por encima del promedio de emergentes.
Por el bien de todos en Peronia, ojalá Batman tenga la fuerza suficiente para sostener a la parte larga de la curva de bonos en USA impidiendo la inversión.
Mientras tanto, aquí en el Principado, el mejor equipo económico de los últimos 50 años seguirá rezándole al S&P, a la lluvia y a cualquier cosa que pueda sostener el “no plan” de un oficialismo que se equivocó en todo aspecto económico posible.