El apretón monetario no ayuda a la alicaída actividad, pero le puso fuerte freno a los precios. Aun así los analistas estiman que el año terminará con un IPC de más de 46%
Más allá de aumentos puntuales de noviembre, como en subtes, naftas y cigarrillos, la aplanadora monetaria que planchó el dólar (al menos dentro de cierto rango) y secó de pesos el mercado llevó a que la inflación se ubicara el mes pasado en torno 2,7%, de acuerdo con estimaciones privadas.
Las previsiones, entre un 2,5% y un 2,9% (aunque todas debajo de 3%), aún contienen el efecto del arrastre estadístico de octubre. Ese mes marcó la segunda inflación más elevada del año, de 5,4%, un poco por debajo del 6,5% de septiembre. Para este diciembre, ya sin efecto contagio de los meses previos, los analistas ven que el IPC se ubicaría en torno al 2% y 2,5%, siempre que el dólar no de un salto. Pero, aún estaría por arriba de los porcentajes que tocó a fines de 2017: en agosto había sido de 1,4%; en septiembre, 1,9%; en octubre, 1,5%; y en noviembre, 1,4%.
En el entorno de Nicolás Dujovne están esperanzados con la baja de la inflación. En los pasillos del Ministerio de Hacienda comentan que los registros están marcando prácticamente un nulo crecimiento en los precios. «La masacre monetaria», según la denominación de un funcionario, aún con impacto en la actividad, estaría haciendo su efecto.
Si bien en un principio en Hacienda preveían que el IPC iba a ser de en torno al 3%, luego los modelos que manejan llegaron a marcar hasta un 2,3%. No obstante, ahora prefieren esperar que el Indec haga su trabajo y el jueves 13 difunda el dato oficial correspondiente a noviembre.
«Después de los registros de septiembre y octubre (6,5% y 5,4% según el IPC Nacional), los datos de noviembre muestran una caída de casi la mitad, con una inflación en 2,9% respecto al mes anterior, lo que implica un 44% acumulada y 48,2% interanual», sostuvo Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo.
Agregó que esta caída se vuelve más relevante cuando se mira el arrastre estadístico casi nulo que deja para el último mes del año. «La estrategia monetaria contribuyó a esta estabilización vía una moderación en la dinámica del dólar: el billete que había pasado de $ 30 a $ 42 a fines de agosto, se moderó a la zona de $ 35/37 en noviembre».
Admitió que «el desplome en la demanda limitó el traslado a precios de estos costos. Diciembre comienza casi sin arrastre estadístico, y en principio con bajos aumentos puntuales (resta una suba de 8,5% en prepagas y uno de $ 1 adicional en el boleto de subte, mientras los precios de los combustibles se mantendrían sin cambios y queda por ver si se anuncia un aumento en la tarifa eléctrica), por lo que con un aumento en torno a 2% y 3%, el año finalizaría en torno a 47 o 48%», detalló.
Por debajo del 2,9% de EcoGo, Gabriel Zelpo de Elypsis (donde aún no cerraron el relevamiento que hacen) indicó que estiman que va a promediar en 2,8%. «El tema es que es poco representativo del mes. Comenzó con un arrastre estadístico muy significativo», sostuvo. En ese sentido dijo que «durante el mes se observaron registros que promediaron el 0,4% semanal, algo que es compatible con una inflación levemente debajo del 2% mensual». Si bien señaló que aún es pronto para saber en cuánto cerrará el mes en curso, marcó que la proyección que hacen es de en torno al 2% mensual.
Desde CyT Asesores, Camilo Tiscornia sostuvo que el relevamiento de inflación de noviembre les dio 2,5% y que el año terminaría entre 46% y 47%.
Similar fue la estimación de Fausto Spotorno, de Orlando J. Ferreres. «Todavía no cerró pero anda entre 2,6% y 2,7%. Para el cierre de 2018 también evalúa que cerrará cerca de 47%.
Con una inflación anual superior al 41%, como todos los analistas estiman, 2018 se encamina a ser el año con mayor suba de precios desde 1991. Durante ese año, segundo de la primera presidencia de Carlos Menem, la inflación alcanzó al 84%, mientras en 2002, tras la crisis económica y el default, llegó al 40,9%.