La eterna pregunta de los ahorristas argentinos respecto a si es más conveniente comprar dólares o poner los pesos a tasa en un plazo fijo vuelve a escena después de unos meses de calma cambiaria.
Hacer un plazo fijo en pesos y comprar dólares son dos de las decisiones financieras más comunes a las que suelen recurrir los argentinos. En momentos de crisis la elección es más rápida, el dólar es el refugio por excelencia en el país, y en los periodos electorales, la sensación de incertidumbre política hace que también se dispare la demanda de moneda estadounidense. Sin embargo, bajo políticas monetarias en las que se priorizar las tasas de interés por encima de las expectativas de devaluación del peso, es decir, cuando fomentan tasas de interés reales positivas, el plazo fijo en moneda doméstica se vuelve muy atractivo.
¿Qué hay que tener en cuenta para tomar la elección correcta?¿Qué inversión dará ganancias? Esto es una incógnita siempre; solo con «el diario del lunes» se puede saber con seguridad cuál de los dos rindió más. De todas formas, los expertos ofrecen consejos para tener en cuenta cada vez que surja la inquietud.
«Cuando uno invierte en pesos en lugar de hacerlo en dólares es porque considera que la tasa en pesos se moverá por encima del movimiento del tipo de cambio. Si uno considera que el dólar se moverá por encima de la tasa de interés en pesos, debería seguir en dólares», indicó Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales.
Como ejemplo, el experto detalló: «Si la tasa de interés en pesos es del 45% y la devaluación esperada fuera para el mismo plazo del 35%, la tasa en pesos le ganaría al dólar. El problema es que la tasa de interés devenga un interés mensual, en cambio con el tipo de cambio, puede estar tranquilo un mes, seis meses y en un día de movimiento fuerte puede licuarte las ganancias acumuladas en pesos».
En un año electoral Otálora recomienda «cubrirse de los movimiento del tipo de cambio, aprovechar las tasas en pesos, pero teniendo un porcentaje de la cartera en opciones dolarizadas; buscar un equilibrio, porque nadie sabe que puede pasar con el dólar».
Para Mariano Sardans, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI, la clave es invertir en la moneda según lo que se vaya a hacer con el dinero después. «Si se trata de gastos corrientes, obviamente la moneda de uso es el peso; pero tiene que ser un instrumento siempre con tasa positiva, por arriba de inflación. Por el contrario, si en seis meses vas a firmar un boleto de compra de un inmueble, la apuesta es por el dólar; se pueden comprar Letes en dólares que tienen un mejor precio».
A su vez, Sardans subraya que «ahorrar sin invertir es perder plata» debido al efecto inflacionario que no solo tiene el peso sino el dólar.
Ezequiel Baum, economista autor del libro «Ordená tu economía», coincide en que es importante «que se haga tasa».
En esa línea, el especialista señaló que siempre que se opte por un plazo fijo en pesos tiene que ser porque el inversor confía en que la tasa es más alta de lo que va a ser la de inflación en el mismo lapso de tiempo. «El plazo fijo tradicional lo que te propone es una carrera contra la inflación, sea el plazo mensual o anual. Si la inflación baja y estás haciendo tasa muy a largo plazo, probablemente le ganes mucho más a la inflación que renovando mes a mes. Si el que hace un plazo fijo a un año obtiene el 40% y la inflación de 2019 es del 26%, como se espera, se ganan 14 puntos promedio», comentó.
Por otro lado, Baum recordó que la posibilidad de hacer tasa real positiva sin estar pendiente de la inflación es el plazo fijo ajustado por UVA. No obstante, reconoce que tampoco es garantía absoluta: «El plazo fijo puede ganarle a la inflación, no siempre, pero es posible, por ejemplo uno que paga con UVA te cubre de la inflación, pero no de una devaluación. Así, el plazo fijo UVA, si no hay una devaluación, es una gran idea».