Se acercan las elecciones, los argentinos huyen del peso y se refugian en el billete verde, esto explica, en parte, la disparada de las divisas paralelas. ¿Qué está pasando?
El Banco Central (BCRA) decidió mantener sin cambios las tasas de interés a pesar del alarmente dato inflacionario que se registró en agosto, que fue del 12,4% y llevó el rendimiento del plazo fijo a terreno negativo. Así, conforme se acerca la contienda electoral, se observa un desarme de las colocaciones en pesos a a 30 días y rescates sostenidos en moneda local de Fondos Comunes de Inversión (FCI).
Al parecer, cada vez hay más cancelaciones de plazos fijos que incentivan la dolarización de portafolios, al igual que el desarme de posiciones en fondos comunes de inversión y los analistas estiman que esto va a durar hasta bien entrado noviembre, cuando haya certeza sobre los resultados electorales.
Como bien explica la economista Elena Alonso a Ámbito, la caída de colocaciones en pesos «es notable», pero también se presentan salidas en otros instrumentos «como los bonos que ajustan por CER». Esta situación hace que los instrumentos en dólares, como los títulos dollar link, sean cada vez más atractivos debido a su rendimiento en una moneda más estable. «Esta migración hacia activos en dólares está impactado en un aumento notable en el tipo de cambio», advierte Alonso.
Los expertos estiman que esta tendencia continuará en las próximas semanas y meses, al menos hasta diciembre o noviembre, cuando se obtengan certezas sobre el panorama político y económico, incluyendo quién será el ganador y qué medidas se implementarán en ese período. «Esta incertidumbre condicionará la dinámica de los mercados financieros y las estrategias de inversión», sostiene Alonso.
Plazos fijos en fuga, presión cambiaria y tasa de interés
El economista Federico Glustein explica a este medio que, «hay una caída del 13% post PASO de los depósitos de plazo fijo en pesos del sector privado» y señala que esto se debe a una dolarización de carteras que «se profundiza a medida que se acerca el período electoral».
Los últimos datos oficiales revelan el origen del impulso hacia la dolarización del mercado y la búsqueda de coberturas frente a la devaluación del peso. El stock total de plazos fijos privados tradicionales avanzó apenas un 3% en los últimos 30 días. En un período sin la incertidumbre y tensión actual debería haber alcanzado un incremento de, al menos, un 9,7% (que es el rendimiento que dan por mes). Además, ha habido rescates considerables de inversiones colocadas en FCI, particularmente los de corto plazo, indicando la preferencia de activos que dejen expuesto al inversor ante una posible devaluación del peso.
Glustein advierte que las consecuencias de esta situación están a la vista y, en línea con Alonso, apunta que éste puede ser uno de los factores de origen por los cuales se disparó el dólar blue, ya que muchos de los pesos que salen del plazo fijo pueden estar yendo a ese mercado. «Las consecuencias están a la vista: aceleración del tipo de cambio, de la circulación de los pesos en la economía y por ende, de una inflación que difícilmente encuentre ancla», sostiene.
Este cóctel pareciera dejarle pocas opciones al Gobierno y lo obliga, por lo menos, a contemplar un posible ajuste de las tasas de interés, algo que toma fuerza, puesto que el próximo dato de inflación, que se prevé de dos dígitos, se conocerá en pocos días (el 12 de octubre) y dejaría negativo el rendimiento del 9,7% que hoy da el plazo fijo (con una tasa nominal anual del 118%).
Y es que, tal como dice Salvador Vitelli, head of research en Romano Group, la evolución del plazo fijo muestra una caída en términos reales, «a pesar de que nominalmente no haya caído significativamente». Esto se debe a que la inflación está erosionando el saldo de forma considerable, especialmente con una tasa negativa.
Algo que también se ve lastrado por el contexto internacional, pues las tasas en EEUU están clavadas, el súper dólar se fortalece a nivel global y presiona a la baja las monedas emergentes, como la de Argentina. Todo incentiva la demanda de dólares financieros debido a la creciente necesidad de liquidez.
Plazo fijo: pocas renovaciones tras la contienda electoral
«Se anticipa que las renovaciones de plazos fijos no serán frecuentes», sostiene Vitelli, al menos en el corto plazo, debido a la tendencia a la baja después de las elecciones. Para el analista, los inversores están volcando sus pesos hacia otros activos, como el dólar, cuyas cotizaciones están en aumento en este contexto. «La incertidumbre ha llevado a una demanda de cobertura en dólares, resultando en una disminución en la demanda de dinero local», señala Vitelli.
Así, aunque una suba del rendimiento del plazo fijo parecería una respuesta lógica en este contexto, no lo es tanto para los analistas. Y es que, aún si el Gobierno decidiera ajustar las tasas de interés en los próximos días, Vitelli ve que «muy difícil» que la gente opte por colocar dinero en plazos fijos, a menos que exista un fuerte control de capitales. La dolarización está en marcha y una tasa mayor parece no ser suficiente para frenarla.
En resumen, la caída en la demanda de dinero es notable, evidenciando una preferencia por activos más líquidos y fuertes contra inflación y devaluación, en detrimento del peso.