A un factor estacional, se le suma la baja de tasas de referencia y la prohibición de las aseguradoras de invertir en Lebac, lo que las obliga a volcarse a estos instrumentos
Tras haber caído en términos reales en 2017, los depósitos a plazo comenzaron el año en alza, en línea con la reducción de tasas de referencia del Banco Central.
En los primeros dieciséis días de enero, los depósitos en pesos de crecían un 3,2% respecto del mismo período del mes anterior. Esto representa una suba respecto de lo que ocurría a principios de 2017, cuando en la primera quincena del año caían un 1%.
Según detalló la consultora Elypsis, el aumento de los depósitos a plazo privados es principalmente explicado por el incremento de los depósitos mayores a $1 millón que crecen un 5,2% respecto a diciembre.
Aunque estos números son incipientes para hablar de un cambio de tendencia, hay factores que pueden explicar estos movimientos. El primero es el estacional. «Muchas de estas empresas en diciembre tienen necesidades de caja, para pagar aguinaldos y demás, por lo que no es raro que en el último mes del año desarmen sus posiciones en plazos fijos y que en los primeros días de enero vuelvan a recomponerlas», explicó Eric Ritondale, economista jefe de la consultora Econviews.
Sin embargo, otras razones podrían estar en juego. Por un lado, ante la fuerte demanda de crédito, especialmente de hipotecarios y personales durante 2017, los bancos se vieron obligados a subir las tasas que pagaban por sus depósitos desde la segunda mitad del año. Concretamente, las aumentaron en el semestre pasado en 350 puntos básicos en los plazos fijos de entre 30 y 44 días.
Este incremento del retorno que los ahorristas encuentran se dio de la mano con un cambio de reglas de juego en el mercado monetario. Primero, el hecho el Gobierno limitó a mediados de noviembre la posibilidad de las aseguradoras para acceder a las Lebac. Y hacia fines de diciembre el equipo económico anunció cambios en las metas de inflación que se tradujo en una reducción de las tasas de Lebac en los primeros días del año.
Fuentes bancarias señalaron que la fuerte demanda de plazos fijos en el segmento de banca corporativa está impulsada por los inversores institucionales, puntualmente las empresas de seguro, que buscan otro tipo de inversiones de corto, tras la prohibición de invertir en Lebac.
Esta demanda, acompañada de una baja de tasas de Lebac, dio aire a los bancos para pausar la suba de los rendimientos de depósitos a plazo mayoristas que se había iniciado en mayo pasado.
El segmento minorista parece actuar con otra dinámica. En los primeros días de enero, la tasa que los bancos les pagan a los ahorristas tuvo una leve mejora. «Hoy los bancos están más agresivos con las tasas para poder conseguir el fondeo que necesitan para prestar. Pero también creo que hay más conciencia de los ahorristas de que no conviene dejar el dinero quieto en cajas de ahorro o depósitos a la vista y comienzan a elegir a poner su dinero a tasas», afirmó Mariano Sardans, CEO de la gerenciadora de Fondos FDI.
Sardans explicó que con la inflación en baja, los márgenes de ganancias de los bancos han comenzado a achicarse. «La tasa la fija el banco en relación al fondeo que necesita. Mientras la demanda de crédito se mantenga constante, las entidades deberán salir a captar más depósitos», dijo.
Ritondale coincidió pero advirtió que la reducción del spread entre la tasa de Lebac y la TM20, que es la que los bancos pagan por depósitos a plazo superiores a $20 millones, se podrá constatar recién a fines de 2018. «Nosotros esperamos que este movimiento se de muy paulatinamente y que la convergencia de estas dos tasas se vea recién en 2019», dijo.