El impacto de la medida tomada por S&P en las últimas horas parece haber cambiado las perspectivas regionales de la mano de una menor entrada de dólares, fuerte depreciación del real brasileño y una alarma que se enciende para el banco central argentino en función del atraso cambiario
Brasil podría llegar a perder hasta u$s 30.000 millones en inversiones
El mercado venía actuando como si Brasil ya hubiese perdido el grado de inversión, los fondos se estaban adelantando y haciendo un cambio de cartera. La confirmación de que esos activos entraron en categoría basura va a aumentar volatilidad y caída del producto que ya veníamos viendo.
Se estima que entre u$s 20.000 y u$s 30.000 millones de dólares podrían sufrir un cambio de cartera en el corto plazo, porque hay fondos que no pueden tener activos debajo del grado de inversión. Esto implicaría salida de capitales y una mayor devaluación del real. Ahí lo que hay que ver es la reacción del Gobierno, si se decide a intervenir o no el precio. Para nosotros esta novedad profundiza las malas noticias de Brasil porque sigue afectando a la actividad; estamos estimando una caída del PIB de 2,5% para este año. Y con la caída del real aumenta nuestra brecha de competitividad con ese país. Eso significa una pérdida de mercados para nuestras exportaciones y la previsible presión de importaciones durante el año próximo.
El problema de Brasil es que las dificultades económicas se combinaron con una crisis política. Lo que tendremos que ver a partir de ahora es si esta noticia empuja a alguna clase de salida negociada entre las fuerzas enfrentadas o si profundiza aún más el conflicto político. Las medidas que está tomando Joaquín Levy, el ministro de Hacienda, parecen ir en la dirección correcta pero ese contexto político conspira contra ellas.
Terminará subiendo las tasas y van a competir con las nuestras
Las calificadoras de riesgo venían amenazando a Brasil con una posible rebaja en su calificación. Lo malo de esta rebaja es que el mercado pasa de ser investment grade a non investment grade. Todos los demás peldaños son importantes pero ninguno como éste, que es similar a reprobar un examen. La salida de capitales por parte de los fondos que no pueden estar invertidos en países que no son investment grade le va a pegar, entre otras cosas en el tipo de cambio, que acelerará su depreciación. Además tendrán que subir la tasa para prevenir una salida de capitales más violenta. El real cada vez más depreciado complica mucho a la Argentina, que se torna cada vez menos competitiva contra un socio comercial que, si lo medís en dólares, pronto va a estar a mitad de precio de lo que estaba un año atrás. El gobierno tiene una buena excusa si quiere acelerar un poco la depreciación del tipo de cambio oficial porque sino cada vez la corre de más atrás.
Los futuros de Bovespa probablemente abrirán 5% abajo en el arranque. En cuanto a la moneda, se acentuará su depreciación y no me extrañaría que el Banco Central continúe su ciclo de alza de tasas para prevenir mayores fugas de capitales.
A Argentina lo complica porque será muy difícil venderle producción industrial a un país con una moneda cada vez más depreciada. Ahora los inversores de la región tendrán tasas más interesantes en Brasil y competirán contra las tasas argentinas. Habrá que hacer más esfuerzos de colocación.
El riesgo es que suba la expectativa de devaluación
Éste era uno de los grandes focos de riesgo. Es cierto que Brasil estaba encaminado a perder el grado de inversión; sin embargo sorprende lo rápido que sucedió. Esta decisión podría replicarse en otras calificadoras de riesgo, salvo que el gobierno logre hacer cambio muy abrupto. En cuanto a la Argentina, el mayor riesgo al que nos exponemos es un overshooting del real, algo que recién mañana (por hoy) vamos a poder comprobar. Hasta ahora el real venía subiendo, pero bajo una intervención oficial que lo mantenía por debajo de los 4 reales por dólar. La gran duda será cuánto seguirá depreciándose la moneda brasileña.
Eventualmente podrá recortar lo perdido pero, es probable que veamos una presión cambiaria muy fuerte. Se desata un problema comercial debido al intercambio bilateral con Brasil; no obstante lo más preocupante es que la devaluación del real alimente la expectativa de devaluación del peso.
Generará un real que será todavía más débil
Dado que la Argentina está prácticamente afuera de los mercados financieros, el efecto es esencialmente indirecto.
La profundización de la salida de capitales que sufrirá Brasil como consecuencia del downgrade generará un real aún más depreciado y, probablemente, una mayor recesión a corto plazo.
Dado el atraso cambiario actual que tiene la Argentina, es un factor adicional de presión sobre el frente cambiario.
En consecuencia, genera mayor presión sobre el mercado cambiario. Esto implica, desde luego, una mayor expectativa de depreciación. Probablemente, también un mayor desequilibrio de la balanza comercial con Brasil. Si bien el elevado costo de financiamiento de la Argentina es por «mérito propio» (holdouts, incertidumbre macro, etcétera), puede dificultar el retorno a niveles más razonables.
Frena el flujo de capitales para los países emergentes
Todo lo que para Brasil sea negativo, también lo es para la Argentina. Esto nos afecta todavía más de lo que estamos, porque frena el flujo de fondos de capitales para los países emergentes.
Brasil es el líder de los países de América latina, por lo tanto, cualquier episodio económico que le sucede, como en este caso, de la baja de la nota de Standard & Poor?s, nos va a repercutir a nosotros también.
Pero estamos ante un peor escenario que ellos, porque no tenemos la cantidad de reservas que tiene Brasil, lo que es un problema.
La situación no va a mejorar, pero lo positivo, en nuestro caso, es que ya estamos tan mal que peor sería muy difícil llegar a poder estar.
Para cualquier medida que el Gobierno llegara a tomar, ya sea desde el Ministerio de Economía, o desde el Banco Central, necesitará credibilidad y apoyo político, que este Gobierno no tiene.