La emisión del Bocan 22 de la semana pasada se realizó a una tasa Badlar + 107 puntos básicos. Esto significó una reducción del spread en comparación con el Bocon 24, que pagó casi el doble. «Hubo emisiones previas ajustables por Badlar que llegaron a pagar tasa negativa, por la gran cantidad de inversores que querían hacer carry trade en pesos. Ahora se normalizó pero la fuerte demanda también le permitió al Bocan 22 comprimir spread», explicó Juan Pablo Vera, director de operaciones de Tavelli y Cía. «Tiene sentido que un bono a más largo plazo tenga un rendimiento positivo y no negativo. La parte corta de la curva rindiendo por debajo de 0 no era sostenible», agregó.
Esta licitación podría marcar el inicio de una normalización en la curva de los títulos Badlar, dado que los bonos empiezan a rendir más a medida que se extiende el plazo. Si bien esa es la lógica reinante en casi todos los mercados del mundo, Argentina presenta una curva invertida en la mayoría de sus emisiones de deuda: paga la incertidumbre política y económica del corto plazo con mayor tasa. De todos modos, los analistas se mantienen cautos.
«Una mayor previsibilidad en la economía permite normalizar la curva y tenerla en tendencia positiva. De todos modos, en términos de tasa interna de retorno (TIR), el Bocon 22 se ubicó más o menos adonde se esperaba. Si bien el menor spread sobre la Badlar habla de un riesgo país más acotado, la emisión no provocó mucho cambio dentro de la curva», opinó Sabrina Corujo, jefa de research de Portfolio Personal.
Juan Pablo Vera acotó: «Este spread tiene más que ver con el interés por hacer carry en pesos que con una reducción del riesgo país. Este tipo de títulos son una buena opción para los inversores internacionales que quieren entrar a pesos suscribiendo en dólares y no pueden hacerlo con otros instrumentos».
La idea del carry es, precisamente, cambiar divisas por moneda local para ganar con una tasa de interés que rinde más de lo que sube el dólar. De acuerdo con datos recopilados recientemente por Reuters, la Argentina ofrece la segunda tasa más atractiva de la región para hacer este tipo de negocio, detrás de Brasil.
Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global, también se refirió al carry en pesos: «Hay cierta migración de algunos fondos comunes de inversión que tratan de anticiparse a la continuidad del recorte en la Lebac yendo a otros instrumentos en pesos, en el marco de un dólar muy deprimido en el cortísimo plazo». Y agregó: «Esta emisiones tienen buen volumen y hacen que, de a poco, se tienda a la normalización. El resultado tiene que ver con las expectativas sobre la Badlar. Mientras que no se espera que repunte significativamente en el corto plazo porque no se prevé una gran demanda de préstamos, la Badlar sí podría mejorar en un período de entre 6 y 12 meses, empujada por un mayor consumo y por más competencia entre los bancos por el fondeo».
En cuanto al atractivo del Bocon 22 en tanto inversión, los especialistas descartaron que pueda ser una buena opción para los minoristas. «Son bonos armados más bien para los institucionales. Para un minorista, hay otros instrumentos. Yo recomendaría entrar en un fondo», sostuvo Martínez Burzaco. Por su parte, Sabrina Corujo afirmó: «Atado a Badlar me gustan más los bonos provinciales que los soberanos porque tienen rendimientos más importantes. Entre los títulos nacionales, el que más rinde es el Bocon 24 pero tiene muy poca liquidez». Vera resumió: «Es una buena alternativa para el inversor extranjero pero, para el minorista local, hay opciones superadoras».