Si bien la compañía presenta una sólida posición financiera, la chance de aumentar ese ‘colchón’ se ve ahora postergada hasta el año próximo para no convalidar altas tasas
Así como usualmente le ocurre a los GPS, la petrolera YPF está recalculando. Cuando comenzó el año, en los primeros meses, la firma que conduce Miguel Galuccio puso en marcha un plan para conseguir dólares en el mercado internacional de deuda. Finalmente lo concretó a fines de marzo. ¿El resultado?
nversores, bancos y fondos de inversión le ofrecieron u$s 5 por cada dólar que buscaba YPF. Así, la petrolera suscribió bonos a 10 años por u$s 1.000 millones a una tasa del 8,75% si bien pudo haber conseguido una suma sensiblemente superior concediendo apenas algunos puntos más de tasa de interés. La deuda emitida vence el 4 de abril de 2024 y recién en ocho años se hará el primer pago de capital por el 30%, otro 30% en 2023 y el 40% restante en 2024.
En un contexto donde cada día que pasa se aleja más la expectativa de un acuerdo entre el gobierno argentino y los holdouts –al menos hasta que comience 2015– y con un riesgo país que medido por el EMBI de JP Morgan ronda los 783 p.b. (es decir, 7,83% por encima de la tasa del bono del Tesoro de EE.UU.), las potenciales aspiraciones de la firma de seguir fondeándose en el exterior se vieron postergadas. El dato lo confirman desde YPF.
Fuentes de la firma señalan que será recién en 2015 que buscarán nuevamente la posibilidad de una colocación de deuda siempre y cuando las condiciones lo permitan.
En esta estrategia mucho tiene que ver Daniel González, CFO (jefe financiero) de la firma y uno de los hombres que supo ver a comienzos de año una ventana de oportunidad para nutrir las reservas del BCRA con u$s 1.000 millones. Gracias a esa salida y a la integración de u$S 900 millones que realizó Chevron en función del acuerdo celebrado con la petrolera argentina, YPF no tiene necesidades que la obliguen a colocar deuda para poder financiarse.
Según pudo averiguar El Cronista, existen algunas ofertas de bancos extranjeros para realizar una colocación de deuda incluso en este momento, pero la certeza que recorre con calma los despachos de la imponente torre de oficinas que YPF tiene en Puerto Madero, es que para salir a colocar deuda, la tasa que debiera pagar la compañía tendría que ser “igual o menor” a la que se consiguió en enero. Hoy esa aspiración parece haber quedado relegada ya que un potencial fondeo se ubicaría por encima.
Es que desde que las agencias calificadoras pusieran a la Argentina en “default selectivo”, varias de estas empresas le bajaron la calificación de deuda a compañías locales, entre ellas, YPF. Por ejemplo tras el default, Fitch recortó la nota crediticia de la petrolera (junto a otras ocho compañías locales) que pasó de “B-” a “CCC”. A mayor riesgo, los inversores piden más tasa.
Desde abril, el riesgo país experimentó un subi-baja y en la comparación marzo-agosto prácticamente no tuvo variaciones. Pero es en la disponibilidad de recursos y en los requisitos que los poseedores de esos recursos tienen para utilizarlos donde se experimentan debilidades.
De todas formas, en la empresa destacan la fortaleza operativa. La petrolera presentó para el segundo trimestre de este año un balance que enhebra cinco trimestres consecutivos de aumento de la producción: con ingresos por $ 35.330 millones (+61%) como consecuencia principalmente del aumento en las ventas tanto de crudo (+63,2%), como de combustibles ya refinados (+59,6%) en el mercado interno. También resultó positivo el EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones), que fue de $ 10.464 millones, un 81,5% superior al segundo trimestre de 2013. En tanto, la utilidad neta fue de $ 1.526 millones, un 39,9% superior al mismo período de 2013.