Uno de los efectos secundarios que podría tener la imprevisible negociación en Nueva York entre los fondos buitre y la Argentina es la necesidad del Banco Central de “no hacer olas”. Sin embargo, una vez negociada la salida, según las consultoras la entidad también podría verse tentada a dejar sin variación la cotización del dólar en el mercado oficial y alimentar el “atraso cambiario”
Si bien la incertidumbre se ha hecho un lugar por estas horas debido a la pulseada que en Nueva York enfrenta a la Argentina con los holdouts, en lo doméstico hay quienes ven que las próximas semanas podrían traer una calma artificial en la cotización del tipo de cambio oficial. Sabido es que el dólar blue, que ayer cerró en los $ 12,15, reacciona en forma contundente a los distintos cruces que invariablemente se dedican tanto el Ministerio de Economía como los Fondos de cobertura o “buitres”. Sin embargo, y tal como ocurre desde hace varios meses, cada vez que la cotización paralela del tipo de cambio se vuelve pendular, yendo de los $ 11 a los $ 13 en pocos días, la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega se esmera por ‘congelar‘ la cotización oficial.
A este signo inequívoco de la política cambiaria se agrega ahora un dato no menor: para los analistas, la posible salida negociada en Nueva York, podría mover al Gobierno a “dejarse tentar” con una continuidad en este sentido.
“Yo no haría una lectura por lo que dicen las partes, ni siquiera por los comunicados del Banco Central. Sólo me concentraría en la reafirmación de que la Argentina se va a sentar a negociar”, señaló el ex gerente del BCRA Hernán Lacunza.
Desde la consultora Empiria, los pronósticos invitan al análisis. “La eventual solución al problema de los holdouts plantea un escenario paradójico, donde el BCRA tendría menor necesidad de minimizar las fluctuaciones cambiarias y a la vez mayor capacidad de mantener el retraso del tipo de cambio”.
En la City especulan con que la entidad podría utilizar ambas herramientas. Por un lado, demasiada volatilidad del tipo de cambio y retomar los miniajustes cambiarios, pondría en peligro el objetivo de minimizar la incertidumbre para fortalecer la actividad económica. Por otro, desde Empiria señalan que “el espacio para profundizar el retraso cambiario que ya supera el 20% no es amplio”.
“Mientras la incertidumbre persista, se mantiene el pronóstico de que en este contexto el BCRA buscará minimizar la volatilidad del tipo de cambio”, sostienen en la consultora.
Otro punto a destacar es que según los reportes, aún queda por liquidarse buena parte de la cosecha de soja y maíz a lo que se le suma que el actual predominio de las expectativas positivas respecto a las negociaciones con los holdouts permitiría que se incremente ese flujo de divisas. En esta línea, el tipo de cambio esperado para los próximos 3 meses es de $ 8,48 y hacia fin de año de $ 9,20.
Los agroexportadores vienen liquidando a razón de u$s 150 millones diarios y también se registran ventas de parte de empresas mineras. Si bien junio es el mes pico de venta por la cosecha de soja, en el mercado estiman que unos u$s 1.500 millones podrían entrar en breve. La afluencia de dólares hizo que el Central no necesitara restringir tanto las compras de importadores, como había hecho en otras ocasiones.