Los depósitos que brindan cobertura contra la suba de precios se expanden mes a mes, aunque todavía representan una porción reducida de las colocaciones privadas a plazo.
En el actual contexto de muy alta inflación, los ahorristas buscan herramientas efectivas que les permitan conservar el poder adquisitivo del dinero y ganarle a la suba generalizada de precios. Esto explica el avance que tuvo el stock de plazos fijo UVA con un crecimiento constante mes a mes, que lo posiciona en máximos históricos. En lo que va del año acumulan un alza del 25% en términos reales y la perspectiva es que la expansión continúe. El último dato disponible (19 de mayo), muestra un saldo de $299.248 millones.
Matías de Luca, economista en LCG Consultora, señaló que, con datos hasta mitad de mayo, los depósitos a plazo UVA vienen creciendo en términos reales, especialmente los minoristas, por encima del 10% mensual real, aunque estos últimos representan solo un quinto del total de los depósitos UVA. Los mayoristas, en cambio, vienen creciendo a un ritmo del 3,5% mensual real, principalmente traccionados por los depósitos del sector público. Mientras que, los privados continúan creciendo en términos reales, pero a una velocidad mucho menor.
En este sentido, continúan con la tendencia creciente que experimentan desde principio de año. En abril, según el informe Monetario Mensual del Banco Central, los depósitos en UVA registraron un crecimiento mensual de 13,9% en términos reales. Asimismo, en marzo experimentaron un crecimiento del 5,8% mensual en términos reales, lo que implicó una aceleración de 2,9 puntos respecto a la tasa de expansión de febrero.
Según un informe de Equilibra, “en términos reales, los depósitos que ajustan por inflación han recuperado el dinamismo pre electoral 2021, y vienen creciendo 25% respecto a diciembre del 2021, aunque todavía representan menos del 5% de los depósitos a plazos fijo del sector privado”. En consecuencia, explican que “la mayor participación de este tipo de colocaciones está haciendo que los bancos prefieran cubrirse comprando deuda indexada en desmedro de liberar el fondeo para préstamos”.
Los plazos fijos UVA ganaron protagonismo en este contexto ya que su cotización se basa en el índice CER – Coeficiente de Estabilización de Referencia- que es elaborado por el Banco Central y aumenta en proporción a la inflación. Su plazo mínimo es de 90 días y al vencimiento su valor se actualiza en función del CER y paga un adicional de 1% nominal anual. Por otro lado, los plazos fijos UVA precancelables, tienen la opción de retirar el dinero a partir de los 30 días, pero el ajuste se hace por una tasa nominal anual menor a la de los plazos fijos tradicionales, por lo que el dinero no termina creciendo al ritmo del IPC.
Sobre las expectativas de cómo continuarán los depósitos que ajustan por inflación los próximos meses, Lucio Garay Méndez, economista en Eco Go, consideró que “el combo inflación alta y un Banco Central corriendo de atrás a la hora de subir la tasa de interés” genera los incentivos para el traspaso de plazo fijo tradicional a plazo fijo UVA. “Los últimos datos de inflación estuvieron por encima de lo esperado y esas expectativas desancladas, es decir, que no haya un horizonte claro sobre el camino de desinflación lleva a que la gente quiera atar sus ahorros a la inflación. En paralelo, comienza a haber una mayor educación financiera y una difusión más generalizada de estos instrumentos de ahorro, pero todavía hay un largo camino por recorrer. Hay una gran parte de la población que no está bancarizada y eso le pone techo al stock de plazo fijo UVA”, dijo.
Sin embargo, advirtió: “Mientras que no haya un plan económico que dé previsibilidad, difícilmente se estabilice la demanda de pesos. Mientras tanto, seguramente la inflación siga por encima del movimiento del dólar, pero esto no dura para siempre; en algún momento, tarde o temprano, el tipo de cambio real se tiene que recomponer. En este contexto, los depósitos en pesos también tienen una cuota alta de imprevisibilidad”.
Desde Equilibra, señalan que “en tanto la inflación no ceda y la incertidumbre siga creciendo a medida que nos acercamos a las próximas elecciones, los plazos fijos ajustables por CER/UVA y los tradicionales de muy corto plazo seguirán siendo preferidos por inversores minoristas”.
Por su parte, Roberto Luis Geretto, economista es CMF Asset Management, explicó que el programa con el FMI llevó a un desanclaje de expectativas ya que “el acuerdo no limita la emisión secundaria, por ejemplo, emitir para comprar reservas o desarmar Leliq, a lo cual se suman aumento de tarifas y no poder usar el dólar como ancla; esto sumado a desequilibrios macro, llevan a mayor inflación”. Y afirmó que este contexto “hace que los plazos fijos UVA sean cada vez más valorados y sigan ganando terreno”.
Asimismo, agregó: “Otros instrumentos para cubrirse son los FCI CER, que también protegen contra la inflación. También los bonos soberanos que ajusten por CER, siempre que se confíe en el futuro repago en tiempo y forma. Y, por supuesto, la dolarización de carteras es la clásica forma de cobertura, la cual muy probablemente en 2023 sea más utilizada, como es habitual en años electorales”.