El Gobierno vendió u$s 140 millones y le dio en un día a los contribuyentes el equivalente a lo que le da a todas las terminales automotrices en un mes y medio. En el mercado estiman que luego del ballottage puede terminar el cupo AFIP o, a lo sumo, el 10 de diciembre. El puré provocó caída del blue a $ 15,62. Cuatro de cada diez compradores son empleados del Estado
La sensación térmica es que el dólar ahorro es la mercadería más codiciada de la Argentina. Nadie se quiere perder su ración, al punto que, en el primer día hábil de noviembre, 206.000 contribuyentes se alzaron con u$s 140 millones, a razón de u$s 678 per cápita, una cifra mayor a los u$s 658 que otorgaron el primer día del mes pasado.
En el mercado estiman que luego del ballottage puede terminar el cupo AFIP o, a lo sumo, seguir como mucho hasta el 10 de diciembre. El puré (comprar en el formal y revender en el blue) hizo que el billete bajara 13 centavos a $ 15,62.
Cuatro de cada diez compradores son empleados estatales, que van del banco directo hasta las cuevas para obtener su ganancia. En las mesas de dinero señalan que hubo muchas operaciones pequeñas, sin nadie de peso en la plaza. Los que vendían eran con u$s 400 promedio, con una avalancha de vendedores muy chicos.
El problema es que, para armar paquetes de u$s 5000, los pitufos (como llaman en la jerga a los dueños de las cuevas) necesitaron trabajar mucho, lo que se reflejó en los spreads (diferencia entre la punta compradora y la vendedora), de 50 centavos para montos menores a u$s 800. O sea, compraban a $ 15,12 y vendían a $ 15,62.
También hubo un ?pureteo? de los ?cuello blanco?, como denominan en la jerga a los gerentes de empresas multinacionales que venden entre u$s 500 y u$s 1000. «La demanda comercial sigue muy alta, pero obviamente si tirás a plaza u$s 140 millones en un día, es obvio que el bille bajará», advierten en la City.
La elasticidad entre baja de precio en la primera semana y venta AFIP ya se ha tornado una locura: hace tres meses con u$s 80 millones bajaban 3% al blue, mientras hoy se requieren u$s 140 millones.
La demanda, según cuentan, no viene por parte de los ahorristas, sino de parte de la economía en negro, también denominada comex blue, que son los importadores de ropa y electrónica que recurren al canal informal, aunque también llegan repuestos y medicamentos por esa vía.
Hoy aseguran que el mercado paralelo está de algún modo subsidiado por las ventas de dólar ahorro del BCRA y las ?manos amigas? (como la financiera del novio de la alemana, según deslizan en código), que usan depósitos propios para volcar volumen en bloque y pisar precio. En las mesas se habla de cooperativas ligada a La Cámpora que obtendrían dólares baratos a partir de DJAIs para revenderlos en el mercado paralelo por debajo del valor en que se opera el billete. «Esto termina o en una Rosadita 2 o en algún escándalo de DJAIs. Si vendés miles de dólares blancos en el mercado negro, quedás enganchado en algún lado», sostienen las fuentes.
Cambios en puerta
En la plaza financiera prevén que las cuevas en algún momento de este mes stockearán billetes esperando la ya inminente devaluación de fin de año que ponga fin al cepo.
Pero estiman que el blue seguirá existiendo, con menor brecha que la actual, desde ya, pero en una economía como la Argentina, donde uno de cada tres empleos son en negro según admite el propio Indec, habrá mucha gente que no podrá comprar dólares en blanco.
Lo que sí se terminará con el fin del dólar ahorro será el puré. ¿Por qué se llama así? El mito urbano habla de los ?80, cuando en los almuerzos de la City estaba un viejo Tano operador fanático del puré en la antigua sibarita, y mientras almorzaba recibía a clientes comprando los dólares subsidiados de Alfonsín. Cuando consultaban dónde estaba El Tano, decían: «Ahí, haciendo puré». Otra de las explicaciones es que, cuando se hace arbitraje de comprar algo con lo que se sabe que se va a ganar, le dicen: «Es una papa esto». Se hace puré al revenderlo y ganar sin riesgo: el carry trade del asalariado.