Después de un par de días o semanas en las cuales la apreciación del dólar blue fue incesante, llegando a tocar la semana del 08.05.2013 el increíble valor de $ 10,50, asistimos a una baja del tipo de cambio informal que, combinado con una aceleración del tipo de cambio oficial, redujo la brecha entre las 2 cotizaciones desde su máximo de 100% ($ 10,50 vs $ 5,20) a la actual de 60% ($ 8,55 vs $ 5,29).
A los efectos del mercado cambiario, es importante la reducción de la brecha, porque brinda la sensación de situación controlada y genera una reducción en las expectativas de devaluación.
La mencionada reducción en la cotización del dólar blue se logró a través de la intervención del Gobierno. Y lo hizo utilizando en este caso herramientas de tipo ortodoxas pero no por eso poco eficientes.
Una de las alternativas a que se echó mano fue la venta de bonos en poder de organismos estatales, principalmente ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social). Como se ve, la intervención no fue directa en el mercado del dólar blue sino que lo que se tocó fue el mercado de bonos, el que nosotros denominamos dólar bonos y que surge de comprar los bonos en pesos y venderlos en dólares.
Pero concretamente, ¿cómo se logró la reducción?
ANSES en su cartera de inversiones tiene por ejemplo acciones de empresas que anteriormente pertenecían a las AFJPs así como bonos y otros instrumentos financieros.
Efectivamente podemos verificar que el volumen operado de BODEN 2015 (del cual pueden conocer sus características en este link – https://rosariofinanzas.com.ar/Articulos.aspx?id=19) aumentó un 40% entre abril y mayo. ANSES a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad realizó una agresiva política de venta de su tenencia en estos bonos, logrando una importante baja del llamado “contado con liquidación” o “dólar fuga”.
La cotización del “contado con liquidación” se encuentra generalmente entre el dólar oficial y el blue, pero bien cerca del blue. Ese valor es el que pagan normalmente empresas para transferir fondos que están en el país al exterior y transformándolos normalmente afuera en dólares. Si bien la cotización es alta, es una operación absolutamente legal y permite a grandes operadores hacerse de dólares en el exterior.
De este modo, mediante la venta de BODEN 2015 y de otros 2 bonos, BONAR VII y BONAR X, se logró que la mayor parte de los demandantes de dólares se vuelquen a estos instrumentos en lugar del ir al mercado informal. Por caso, con el BONAR VII (AS13) fue posible acceder a un dólar a $ 8,16 para cobrar en septiembre de 2013.
Durante los 3 días en que se logró la sustancial baja (13, 14 y 15 de mayo) la cantidad de transacciones realizadas hasta se triplicaron, logrando duplicar el volumen operado.
Otra herramienta ortodoxa utilizada fue la suba de la tasa de interés. En este caso, el BCRA convalidó el aumento de la tasa en las Lebacs, llegando a ser el mencionado aumento de 150 puntos básicos (1,50%) en el período en cuestión. Esa tasa se toma como referencia por parte de los bancos para el pago de tasas pasivas de depósitos a plazo fijo por ejemplo, que en la preferencia del inversor minorista compite en forma directa con el dólar informal. Habrá que ver en este caso hasta donde se va a permitir el incremento en la tasa, teniendo en cuenta que esa medida “enfría” la economía reduciendo el consumo que es uno de los pilares del actual modelo económico.
Y por último, no hay que olvidar que en estos momentos ingresan fuertemente los dólares de las exportaciones agrícolas. Al respecto cabe mencionar que, a pesar de esto, el BCRA no logra hacer subir sus reservas, que de hecho se encuentran en el menor nivel en los últimos 7 años.
De este modo nos encontramos en un escenario enrarecido. Después de una fuerte suba, vemos una también muy marcada baja en el tipo de cambio informal. Esto modera las expectativas de los inversores al menos en el corto plazo. Pero analizando el mediano plazo no hubo cambios significativos que puedan llevar a pensar que esta baja se pueda mantener en forma sostenida.
Para ello hay que mencionar que normalmente, los inversores minoristas que operan en este mercado no compran en la baja, sino que esperan el primer rebote. De este modo, si bien no compran al valor óptimo (el más bajo) se aseguran de tomar casi todo el camino ascendente.
Asimismo hay que tener en cuenta que a fin de mes el cobro del aguinaldo por todos aquellos que trabajan en relación de dependencia y el período vacacional de invierno puede generar nuevas presiones sobre el dólar informal.
No obstante, en la medida que se apliquen estas herramientas descriptas es probable que se pueda mantener en los valores que vemos ahora y que no se amplíe significativamente la brecha con el dólar oficial, mientras los distintos organismos gubernamentales tengan “poder de fuego” para enfrentar estos cambios.