En 2021 el tipo de cambio multilateral se apreció más de 10%, pero en el mercado consideran que es competitivo. No obstante, señalan que en los próximos meses habrá menos divisas y más presión.
Mietras el Gobierno apuesta al ancla cambiaria como estrategia antiinflacionaria, el peso está empezando un leve proceso de apreciación. Desde el Banco Central remarcan que en términos históricos el peso es competitivo, algo que puede verificarse al analizar el gráfico del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) que publica la propia entidad y donde se observa que aún se conserva buena parte de la competitividad obtenida tras las devaluaciones de 2018 y 2019.
Sin embargo, en lo va del año la apreciación del TCRM alcanza un 10,6% y algunos analistas marcan que en los próximos meses no va haber una disponibilidad neta de divisas tan importante como la que hubo hasta ahora, lo que haría inviable que las microdevaluaciones sigan tan anestesiadas después de las elecciones. No obstante, nadie espera un salto discreto del tipo de cambio, sino una aceleración del crawling peg.
Un informe de la consultora Econviews destaca tres motivos por los cuales el BCRA tendrá que ir soltando el dólar con mayor velocidad si quiere acumular reservas.
«El panorama internacional es favorable, pero puede complicarse. Si bien los precios de las commodities siguen altos, la soja cayó bastante desde el pico mayo y, con la futura suba de tasas de la FeD, puede seguir en baja. Además, Brasil está creciendo a un buen ritmo, pero el año que viene hay elecciones y la incertidumbre de un clima cada vez más enrarecido puede jugar en contra», indicó en primer lugar Econviews.
La consultora destacó también la próxima apertura de fronteras: «No sobran dólares para que el veraneo en las playas del extranjero sea una opción barata para los argentinos».
Por último, Econviews subrayó: «La protección cambiaria que requieren los sectores menos competitivos, mano de obra intensivos, es alta. Sin ella, la importación es más atractiva».
En tanto, Elisabet Bacigalupo, economista senior en Abeceb, consideró que el tipo de cambio actual «no es malo», aunque advirtió: «Si el Gobierno insistiera por mucho tiempo en continuar con esta regla cambiaria e ingresara en un proceso de apreciación real permanente podría haber un efecto negativo, ya que estimularía importaciones y desincentivaría exportaciones».
Bacigalupo estimó que el proceso de apreciación no irá más allá de las elecciones. «La oferta de dólares en términos netos va a ser menor el año que viene, porque se va a importar más si se recupera la economía, seguramente se gaste más en turismo, las empresas tendrán créditos que pagar y el boom de commodities seguramente no siga en estos niveles».
En su Informe de Política Monetaria, el Central señaló que continuará «propiciando que la dinámica cambiaria» ayude bajar la inflación y aclaró que «cuenta con una posición robusta para enfrentar episodios de volatilidad financiera».
Desde Facimex Valores sostuvieron al respecto: «Luego de las elecciones, la política cambiaria deberá ser recalibrada para evitar una apreciación excesiva y reducir la brecha cambiaria. Las cinco elecciones de la última década fueron seguidas de un aumento de la tasa de devaluación».
Por su parte, Ricardo Delgado, socio y director Analytica, consignó: «El principal riesgo de esta lógica de atrasar el oficial es que no se desactive la brecha y que al BCRA cada vez le cuesta más la intervención en los dólares financieros. Y una brecha del 80% impide la posibilidad de generar divisas y provoca más demanda de dólares a precio oficial».
En tanto, el economista Fernando Marengo, socio y economista jefe de Arriazu Macroanalistas, indicó que el crawling peg tiene en sí un problema asociado que es la indexación de la economía. «Supongamos que después de las elecciones vas a un crawling peg del 4%, eso te pone un piso del 4% a la inflación y a la tasa de interés. Es una sangría permanente».
De todas formas, Marengo, al igual que muchos de sus colegas, sostuvo que el tipo de cambio no está, por el momento, «apreciado».
Por su parte, el director de la consultora Ecolatina, Federico Moll, afirmó: «En algún momento va a haber que corregir los desequilibrios cambiarios. Si bien dichos desequilibrios son más acotados que en otros años y no obligan a un salto discreto en los meses posteriores a las elecciones, sí obligan a acelerar el ritmo de depreciación futura, en línea de la inflación o por encima de ella».