La Bolsa es una fiesta de ganancias en dólares para los activos de renta variable, y los de tasa fija hasta hace poco no acompañaban ¿Qué chances hay de que la brecha se cierre en el extremo superior?
Cada año electoral es una montaña rusa para los mercados financieros locales. Aunque, de momento, no hay elementos para predecir un cimbronazo como el que sacudió a los activos argentinos luego de la PASO 2019, este 2023 no está carente de emociones de alto voltaje.
El “trade electoral” está lanzado y tiene al índice S&P Merval arriba casi 40% en dólares desde el inicio del año. Pero en el rally de la City porteña hay una categoría que no fue invitada a la fiesta: la de los bonos soberanos. Al menos, hasta ahora.
Después de un 2022 que, aunque desde mínimos, tuvo a la Bolsa porteña como la más ganadora del mundo durante este año la dirección ascendente se mantiene. Con fuertes subas de acciones locales y también de american depositary receipts (ADR, acciones de empresas argentinas que cotizan en el exterior): como Grupo Financiero Galicia y Edenor anotaban subas en dólares de más del 75% en el año.
El atractivo por las acciones (activos de renta variable en la jerga el mercado) no llegó a los títulos públicos en moneda extranjera. Hasta el cierre de la semana pasada, los papeles de deuda más operados caían en torno a 1 y 2% acumulado en el año. “Acciones argentinas y bonos soberanos son activos que hoy no parecen tener ningún tipo de correlación”, destacó un informe de la consultora Econviews.
Para especialistas y operadores del mercado, el divorcio entre acciones y bonos es la profundización de una tendencia que ya se venía consolidando a lo largo del Gobierno de Alberto Fernández: la rareza de que los inversores vean menos riesgo en el sector privado que en el público.
No es novedad que la deuda en dólares de empresas como YPF, Telecom o Pampa Energía -entre otras- paguen tasas en moneda extranjera de un dígito, mientras que los bonos del Tesoro nacional -en los manuales, en principio, deberían ser considerados más seguros- rindan largamente por encima del 30% anual en moneda dura.
“El mercado de acciones se aleja cada vez más de lo que debería valer de acuerdo a los niveles de riesgo país y eso creo yo que es porque grandes inversores y flujos empiezan a diversificar bastante y prefieren tener hoy riesgo más privado y bajar un poquito de exposición a riesgo soberano”, dijo Ignacio Sniechowski, head of research de Grupo IEB.
Los analistas resaltan que suele haber una correlación entre el nivel del índice de riesgo país y el valor del S&P Merval en dólares. Hay un entorno soberano que, en general, suele permitir valuaciones de acciones más altas y otro, más negativo, que hace que los precios de las acciones de empresas privadas se caigan de la mano del mal desempeño de los bonos. Pero la rareza de 2023 es que esa correlación no aparece.
“Es insólito que el Merval este en USD 820 con un índice de riesgo país de 2.200 puntos básico”, observó Mariano Marcó del Pont de Silvercloud Advisors. “En este nivel de Merval, tomando un histórico, el riesgo país no debería estar encima de los 1.000 puntos básicos”, añadió el idóneo.
Hay un desarbitraje entre los precios de los bonos y las acciones. Se pueden corregir de varias maneras: con un derrumbe de las acciones que las lleve a un nivel más acorde al riesgo país, con una disparada de los bonos que los empuje a alcanzar ganancias similares a las de las acciones; o con una convergencia en algún punto intermedio.
La idea que cada inversor tiene de cómo se va a cerrar ese desarbitraje es clave a la hora de decidir inversiones. Quienes que creen que las acciones están viendo la película correcta harían bien en invertir fuerte en bonos, apostando por una suba que los ponga en un nivel más compatible con el valor al que trepó el S&P Merval.
Algunos inversores extranjeros tomaron nota de esta situación. Y decidieron apostar por la alternativa más virtuosa.
“Empezó a haber algo de demanda de bonos afuera en las últimas semanas. Órdenes más grandes, eso es de afuera. Más varios informes del exterior sobre Argentina, como JPMorgan, BofA, Citi, que recomendaron posicionarse”, dijo Marcó del Pont.
El desempeño de la deuda argentina fue muy destacable. Según datos compilados por Portfolio Personal Inversiones (PPI), la deuda local estuvo entre las más ganadoras del mundo este mes.
“El rally se replica en casi toda nuestra selección del universo de deuda emergente/distressed con subas de hasta 17,6% en lo que va de junio. Puntualmente, la deuda en dólares argentina pisa firme en el podio con 15%, ampliamente superior a la media de 1,8%”, del universo seleccionado por PPI.
La pregunta, entonces, es qué perspectivas hay hacia adelante.
“La diferencia se achicó. No se si se terminó la tendencia”, sostuvo Andrés Borenstein de Econviews. “Creo que también ayuda el desinfle de Javier Milei, el mercado le teme y su retroceso en las encuestas puede haber influido”, agregó el economista.
“Yo creo que se va a mantener desarbitrado el mercado de acciones contra el mercado de los bonos soberanos, al menos en el corto plazo y hasta después de las PASO. Sobre todo, en estas semanas en las que es muy necesaria alguna noticia del Fondo y ver qué pasa en julio con el pago de los USD 1.000 millones de los servicios de la deuda soberana”, concluyó Ignacio Sniechowski.