Las previsiones de inflación para 2018 que releva el Central saltaron del 16% al 16,6%. La meta para el año que viene tiene techo en 12%. Ese pronóstico aumentó por séptimo mes consecutivo.
Las expectativas de inflación para 2018 que releva el Banco Central (BCRA) aumentaron en noviembre por séptimo mes consecutivo y se alejaron, una vez más, de las metas de inflación de la entidad que conduce Federico Sturzenegger. Dos subas consecutivas a la tasa de referencia no alcanzaron para evitar que aumentos de tarifas mayores a lo esperado compliquen aún más el trabajo de la autoridad monetaria, en días en que recibe críticas tanto desde fuera como desde dentro del Gobierno.
El BCRA publicó ayer su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del mes de noviembre. Como era previsible, la mediana de respuestas del medio centenar de consultoras, bancos y fondos de inversión que responden a la encuesta sintió el impacto de los anuncios de aumento de electricidad y gas para los próximos meses.
«Como se esperaba como resultado de un aumento mayor de los regulados durante diciembre, los participantes del REM aumentaron levemente sus pronósticos de inflación», resumió el BCRA en la introducción del informe.
La expectativa de inflación para todo 2017 subió 0,5 puntos porcentuales respecto de la edición previa del REM, para quedar en 23,50%.
La meta de este año, fijada en la banda que va del 12% al 17% anual, estaba perdida desde hacía rato. Pero las expectativas de inflación para 2018 también se alejaron y con ganas de la meta del 10% con un margen de error de 2 puntos porcentuales que está fijada para el año que viene. Pasaron del 16% al 16,60% en un mes, con lo que tomaron distancia del objetivo oficial por séptimo mes al hilo.
«Suba de regulados mata a suba de tasas», sintetizó Gabriel Zelpo, economista de Elypsis.
En octubre y noviembre, el BCRA sorprendió con dos subas a la tasa de política monetaria que le sumaron 250 puntos básicos para llevarla a 28,75%. En el mercado secundario de Lebac, mientras tanto, los rendimientos también se movieron hacia arriba. Pero no parece haber alcanzado.
«Impresiona la reacción de las previsiones 2018. Las de 2017 son entendibles porque es difícil que en tan poco tiempo el BCRA pueda hacer algo frente a la suba de regulados. Pero en las del 2018 debería de haber algún anclaje», agregó Zelpo.
Para diciembre, el consenso entre los encuestados es que la inflación estará en 2,1% mensual. De concretarse, sería el peor registro mensual para el flamante IPC Nacional y el dato más feo para Sturzenegger desde el 2,6% de abril último que marcó el IPC GBA.
«Está en una fase decididamente contractiva y ni siquiera logra controlar las expectativas de inflación», se lamentó Federico Muñoz, titular del estudio que lleva su nombre. «Esto prueba que las metas fueron demasiado ambiciosas, pero no que la política monetaria no esté siendo efectiva: el proceso de desinflación es claro, sólo que no es tan rápido como marcan las metas. Y la economía crece», concluyó.
Las metas de Sturzenegger apuntan a un 5% de inflación en 2019, una baja del 40% a un dígito en 3 años. El FMI estudió 35 casos de desinflación, en 30 de ellos se tardó más de 4 años en llevarla a un dígito. En 19 de esos casos, más de 7 años.
En línea con el aumento en las expectativas de inflación, los encuestados en el REM retrasaron sus previsiones para una eventual baja en la tasa de referencia, que está en 28,75% después de dos subas seguidas en octubre y noviembre. La primera baja, antes esperada para marzo, se postergó a abril.
Las expectativas para el dólar también se corrigieron a la baja: $ 17,80 para fin de 2017 (antes $ 18) y $ 20,30 para el cierre del año que viene (antes $ 20,50). Por último, las previsiones de actividad y déficit público mejoraron levemente.