Juan Carlos Fábrega citó a un reducido grupo de gerentes de entidades nacionales y extranjeras para conversar sobre los problemas del mercado cambiario. No se habló de las negociaciones con los holdouts
Durante la audiencia de ayer a la tarde, que tuvo lugar en el despacho de Fábrega, los banqueros analizaron las últimas herramientas que se dispusieron desde el Banco Central (BCRA) para resolver los problemas cambiarios y monetarios.
Específicamente, se abordó los precios del dólar, la liquidez, la actividad y hasta la deuda que acumula la autoridad monetaria. No obstante, quedó totalmente relegado de la mesa de debate cualquier inquietud relacionada con la negociación con los holdouts, pese a que la semana pasada los bancos, en representación de Adeba, llevaron una propuesta a Nueva York para intentar encontrar una salida al conflicto, confiaron fuentes del sector que participaron del encuentro al diario Ámbito Financiero.
A Fábrega le preocupa que el dinero que queda fuera del sistema financiero es riesgoso para la economía porque le da fuerza a la actual demanda de dólares. Pero considera, también, que absorberlo mediante una suba en las tasas de interés de la deuda que coloca cada semana (las Lebac) puede convertirse en un obstáculo para una actividad que está cada vez más comprometida, consignó el matutino.
En esta coyuntura, durante el cónclave el titular del Central le dijo a los banqueros que la tasa de interés que pagan hoy por los plazos fijos es demasiado baja para retener los pesos que circulan en la economía y que terminan apuntalando la demanda de dólares y las presiones cambiarias.
Otro tema sobre el que se conversó fue la última normativa que emitió el Central sobre la tenencia de activos en dólares: una flexibilización que permite a entidades endeudadas en esa moneda en el exterior cubrirse con contratos a futuro, más allá de las limitaciones que se impusieron en febrero pasado, para evitar que queden expuestas ante una suba en el tipo de cambio.
Ocurre que si el dólar oficial continúa su senda alcista -o si incluso pega un salto devaluatorio más brusco-, algunas emisoras de tarjetas de crédito padecerían un fuerte incremento en sus pasivos, consignó el matutino.