Cerró a $ 14,05 y quedó $ 14,10 en el post cierre para hoy. Había llegado a $ 14,15 y bajó luego de que la Corte rechazara el recurso contra el liqui y CNV desmintiera prohibición de operar con bonos.
«¿La tenés viva?», preguntan los corretas (mayoristas del blue) que no quieren perder tiempo. En la jerga, es la forma de saber si se está con el efectivo en mano. La demanda subió, pero el problema es que los clientes pasaron de hacer consultas a efectivizar las compras. Antes preguntaban puntas, ahora cierran la operación en el acto: la demanda está rápida y la oferta se comprimió.
Esta es una de las razones por las cuales ayer el billete trepó 18 centavos para cerrar a $ 14,05 y quedar $ 14,10 en el post cierre para hoy. Había llegado a $ 14,15 y bajó luego de que la CNV desmintiera la prohibición de operar con bonos y la Corte rechazara el recurso contra el dólar liqui. Ante esta noticia, Carlos Gonella, titular de Procelac, se despachó fuerte ante El Cronista: «Alguien va a tener que hacerse cargo de los perjuicios que generan quienes utilizan fraudulentamente este tipo de operatoria bursátil para violar el régimen cambiario y la estabilidad financiera, obteniendo divisas al margen de la normativa cambiaria. Nosotros hicimos lo posible para evitarlo y agotamos todas las instancias».
Algunos operadores bursátiles concuerdan con algunos de estos conceptos: «Si en la cuenta corriente de un comitente sólo se ve un movimiento reiterado que saca y saca, yo si fuera gobierno diría lo mismo. No es inversor bursátil, sino que nos usan para sacar plata. Entonces, como mínimo, hay que usarlos y matarlos con la comisión», revelan en off the record.
Mercado atomizado
Según cuentan en la plaza, está todo tan horizontal en el blue que cuesta mucho conseguir billetes en cantidad, y al cliente que compra u$s 10.000 o u$s 20.000 no pueden hacerlo esperar, entonces salen y compran en el mayorista para cubrir lo que el puré no les da.
Es que, con el aguinaldo y los sueldos nuevos por el aumento en las paritarias, la gente tiene más pesos en el bolsillo, y no tiene la necesidad de salir a revenderlos el mismo día que compran el dólar ahorro. Con el recorrido alcista que está teniendo el billete presumen que, cuanto más tiempo esperen para comercializarlos, más ganarán. Otros, por miedo a los controles de la AFIP, optan por hacer el puré blanco: revender los billetes en la Bolsa, comprando el Boden 15 D. De esta forma, en una semana se hacen de una ganancia del 43%, lo mismo que les daría un plazo fijo en dos años. Además, se ahorran de pagar hasta el 1,25% en concepto de bienes personales sobre los dólares adquiridos.
Ante la menor oferta “puretera”, muchos mesadineristas se quedaron secos de billetes, y esperan que entre hoy y mañana aparezcan algunos ahorristas para liquidar. Los cambistas se quejan que ayer tardaban una hora en conseguir u$s 20.000 baratos, cuando anteayer lo hacían en sólo 15 minutos. Denominan baratos al pagar $ 13,55 los dólares provenientes del puré. Este valor representa 1,5% más de lo que pagaron el día anterior; sin embargo, mal no les fue, porque los revendieron luego a un promedio de $ 14,08. «Puré nadie vende, y la demanda, nada espectacular pero decidida, compra sin consultar. Es un mercado con una velocidad distinta», advierten.
¿Cómo operan las mesas? Su trabajo es conseguir vendedores o compradores de billetes: tienen la lista de quien necesita y quien ofrece. Por lo general, si compran de a u$s 20.000 son ahorristas, otros mayoristas compran menos pero más rapido. O sea, les demandan de a u$s 3.000 cada una hora, para terminar comprando entre u$s 15.000 y u$s 20.000 en un día. El ahorrista, en cambio, los quiere todo junto. El problema es que ningún mayorista vende, y los “pureteros” lo hacen a cuentagotas. De todas formas, en el submundo cuevero sostienen que la demanda en microcentro sigue tranquila: el problema es periferia, ahí se siente que el purecista no vende. Los mayoristas de la periferia, al no conseguir billete barato, se tienen que ir hasta la City para comprarle más caro al mayorista.
Lista de espera para el liqui
El presidente de la CNV, Cristian Girard, aseguró que no hay trabas a la operatoria del contado con liqui, que subió 8 centavos a $ 13,35, empujado por una lista de espera que calculan en $ 250 millones, ya que desde hace una semana los principales brokers vienen pateando las operaciones. Por los rumores y embestidas del gobierno, nadie quería operar. «El punto es que ahora hay jugadores grandes comprando para llevar, y hay que darles salida. Decir que nos dieron una mano de afuera para que el mercado pueda absorber la liquidaciones de títulos: hubo recomendación de compra de activos locales, bancos y petroleras, y eso permite encontrar contraparte. Parecen recomendaciones hechas a propósito para generar demanda», subrayan los agentes bursátiles. En bonos salieron todos a operar luego que la Corte rechazara la presentación sobre el CCL.
En la City creen que la Corte no puede expedirse sobre algo que ni siquiera tiene legislación. En 2016 quizás hagan borradores de una nueva ley que regule al liqui. ¿Qué pasaría si desaparece el CCL? «Te quedás sin remedios y las empresas se van», dicen, en alusión a una multi farmacéutica que, sin liqui, no pagaría deuda ni utilidades.