Las poco más de 310 páginas del Presupuesto 2018 son la clave de cómo gastará el Estado Nacional el año que viene, a partir de los recursos que entren por varios canales, como por ejemplo, el cobro de impuestos.
La próxima semana ya se comenzará a tratar en Comisiones de la Cámara de Diputados, pero con una campaña que arranca camino a las elecciones legislativas del domingo 22 de octubre, la discusión quedará para después.
Antes de que se comience a tratar el proyecto oficial de lo que se conoce como «ley de leyes», Infobae realizó un punteo con las 10 claves para tener en cuenta de los números del Presupuesto:
1. Optimismo por el crecimiento: los funcionarios discutieron todo el año sobre cuánto crecería la economía en 2017 y 2018, pero finalmente está escrito. Se proyecta un crecimiento de 3% para este año y de 3,5% para el que viene, y buscan destacar que «desde 2010-2011 no se crecía dos años seguidos».
También se reafirma el modelo económico que busca el gobierno de Mauricio Macri. El consumo privado crecerá en línea con el PBI, pero será la inversión la que impulse al crecimiento: llegará al 17% del PBI contra el 15% de los últimos años. Esto es clave para el Gobierno. El país aún tiene camino por recorrer contra lo que pasa en la región, donde se invierte en promedio el 20% del PBI.
2. Las metas del BCRA no se cumplen en 2017: el proyecto marca un 24,5% de inflación promedio para 2017. Esto demuestra que la meta del Banco Central (BCRA) para este año no se cumplirá. Con este número, se puede calcular que la inflación punta a punta cerrará en 21%, por encima de la meta del 12 a 17% prevista.
«Se va acercando a la meta y es normal que haya desvíos, no nos preocupa», aseguró a Infobae una alta fuente del ministerio de Hacienda. Sin embargo, la meta se cumpliría para las proyecciones de 2018. La inflación promedio del 15,7% va en línea con la meta de 10% punta a punta que se puso el organismo presidido por Federico Sturzenegger.
3. La luz, el gas y el transporte aumentará: el Gobierno seguirá con su «corrección tarifaria», la oposición lo llamará ajusta. Pero que las posiciones políticas no tapen los datos: las tarifas subirán en 2018 porque habrá un recorte de los subsidios económicos.
¿Dónde se observa este número? Cuando se observa el gasto primario proyectado del Presupuesto, los servicios económicos se reducen en proporción a su participación en el total, al pasar del 15 al 12 por ciento. Esto evidencia una caída del 16% en el gasto: mientras este año se gastará $209.804 millones en energía, en 2018 se bajará a $175.833 millones.
La baja en energía y transporte son las que explican la caída, con un descenso del 22% y 5% respectivamente. Y al tener en cuenta la inflación promedio del 15,7%, la caída es aún más pronunciada. Por ese lado irán los aumentos de tarifas el año que viene. En energía pesará más el Plan Gas, mientras que en transporte se prevé suba de colectivos y trenes.
4. El gasto social aumenta: a contramano de lo que sucede con los subsidios económicos, el gasto social aumenta del 73 al 76% su participación en el gasto primario. Esto quiere decir que el Gobierno destinará más dinero a los programas sociales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Las prestaciones sociales subirán un 22%, por encima de la inflación promedio proyectada para 2018. En la misma línea, el ministerio de Desarrollo Social no sufrirá recorte, ya que su gasto también crecerá por encima de la inflación.
5. El déficit que preocupa: entre el ajuste del gasto y hacerlo más eficiente, el Gobierno confirmó la meta de bajar el déficit primario un punto hasta el 3,2% del PBI en 2018. No parece haber muchas dudas sobre ese camino.
Ahora bien, el déficit que preocupa es cuando se suman los intereses de la deuda, que borran el esfuerzo del ahorro de los subsidios económicos por el aumento de tarifas. El Presupuesto del año que viene calcula que los intereses aumentarían un 27,6% en términos nominales, casi duplicando la suba del 15,1% del gasto primario. El peso de los intereses en 2018 equivale a USD 14.830 millones, y subirá del 2,2 al 2,3 por ciento del PBI.
6. ¿Y el dólar?: «No tenemos un objetivo de tipo de cambio» y no hay pronóstico para diciembre», repiten una y otra vez en el ministerio de Hacienda, con un tipo de cambio promedio de $19,3o para 2018. Los economistas ponen la lupa sobre este número más allá de la preocupación de si hay o no atraso cambiario.
Es que un dólar atrasado tiene impacto sobre otras variables de la macroeconomía, por ejemplo, el nivel de actividad. Una vez más, en el Gobierno insisten en que el crecimiento será del 3,5% el año que viene
7. Más deuda: como el Estado es deficitario, por algún lado hay que financiarlo. Y una vez más, se elegirá el endeudamiento. El ratio de la deuda pública neta con el sector privado y organismos internacionales pasará del 28,5% al 31,1% del PBI en un año.
Y eso no es todo: seguirá creciendo hasta 2020, donde encontrará un techo del 37,3% del PBI con intereses también en alza. Ese ratio deuda/PBI acumulará un alza de 10 puntos porcentuales entre 2017 y 2020.
Desde Hacienda insisten en que el endeudamiento todavía es bajo si se toma el promedio de la región, con un endeudamiento promedio de un 41,7% del PBI. Chile se ubica por debajo en un 24,5% al igual que Perú, en un 25,9 por ciento.
8. Sin impacto de reforma tributaria: como recién se tratará en el Congreso el próximo año, la reforma que plantea el Gobierno y llevará al Congreso después de las elecciones no tiene relación con este Presupuesto.
Es más, habrá una prórroga del impuesto al cheque, por lo cual no habrá grandes variaciones en la presión impositiva. La recaudación tributaria total baja del 24,93% al 24,61% como porcentaje del PBI, un impacto mínimo que no se explica por los impuestos principales.
9. El ajuste de los ministerios: habrá más de un ministro que se deberá ajustar bien el cinturón en 2018. Al poner la lupa sobre el gasto público por jurisdicción, la mayoría recibiría más pesos que en 2017, pero al considerar la inflación promedio del 15,7% salen perdiendo.
El ministerio de Producción (Francisco Cabrera) y Agroindustria (Ricardo Buryaile) se anotan entre los perdedores, mientras que el ministerio de Trabajo (Jorge Triaca) es el gran ganador, con una suba del 22,3% de su gasto público en 2018. Después se ubica el de Desarrollo Social (Carolina Stanley), con una suba del 21,2 por ciento..
10. El PPP como gran apuesta: la infraestructura argentina necesita inversión por varios años, pero el Gobierno de Cambiemos no quiere que salga todo del Estado. Es por eso que apuestan fuerte a la modalidad de Participación Público Privada (PPP), en el que una empresa u organismo privado hace la inversión, y luego el Estado devuelve el dinero como un canon por la prestación del servicio.Tan sólo por proyectos de corredores viales dentro de la cartera de Transporte, se prevén inversiones por $40.000 millones. Estas proyecciones se ven en el Presupuesto 2018. En total, son 52 proyectos de infraestructura público-privada que prevén con inversiones por USD 21.000 millones.