Como en un tobogán, las proyecciones para las cosechas de soja y maíz de la Argentina siguen cuesta abajo. Ayer, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires volvió a recortar su previsión de cosecha de soja, esta vez en dos millones de toneladas, y dejó el volumen estimado en 42 millones de toneladas. Se trata de 12 millones menos respecto de lo que esperaba días antes del inicio de la siembra, en septiembre pasado, y una pérdida directa para los productores por el menor volumen de unos US$ 3600 millones. En soja, sería la menor cosecha en seis campañas, incluyendo a la actual, ya que en 2011/2012 se produjeron según la entidad 39,9 millones de toneladas.
Además, la Bolsa de Cereales porteña le pasó la tijera también al maíz, en este caso reduciendo en tres millones de toneladas la cosecha para dejarla en 34 millones de toneladas. Esta última cifra representa siete millones de toneladas menos respecto de lo proyectado en septiembre pasado. Así, con la caída en la cosecha los productores no tendrán en sus manos un ingreso equivalente a unos 1260 millones de dólares.
Solo entre ambos cultivos, soja y maíz, el impacto directo para el bolsillo de los productores rondará los US$4860 millones, un monto que a su vez casi el 40% de la inversión total que se realiza en la Argentina para sembrar los principales cultivos.
«En ningún momento se interrumpió la sequía, y donde hubo lluvias estas fueron muy puntuales», expresó Esteban Copati, jefe de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Cereales porteña. Por efecto de la falta de precipitaciones, en la oleaginosa en la entidad esperan una importante baja en los rindes promedios a nivel país. Del récord del año pasado, cuando el rinde promedio fue de 31,9 quintales por hectárea, ahora se alcanzarían 24,4 quintales por hectárea. Con esa marca el rinde promedio a nivel país sería el más bajo en seis campañas. Vale recordar que en 2011/2012 se había conseguido un promedio de 21,9 quintales.
Debido a la sequía, además de las pérdidas por menor rendimiento, también hay pérdidas de superficie. Al respecto, la entidad consignó la pérdida de unas 700.000 hectáreas en el cultivo. En soja la superficie sembrada en la campaña fue de 18 millones de hectáreas.
«Ya es tarde para recuperar rinde en la mayor parte del área en pie sobre el centro y sur de la región agrícola, ahora resta esperar el inicio de cosecha a fin de confirmar, o no, las expectativas de rinde relevadas durante las últimas semanas y entender de forma objetiva el potencial del cultivo», señala el reporte de estimaciones.
El NOA es la única de las regiones donde se prevé una producción mayor a la prevista al inicio de campaña. Allí el rinde promedio sería similar al ciclo pasado, con 26,5 quintales por hectárea.
Para el maíz, el rinde del cultivo también sería menor respecto de la campaña pasada. Contra un promedio de 80,2 quintales por hectárea del ciclo pasado, ahora se prevén 66,2 quintales por hectárea, una marca que es también la más baja desde el ciclo agrícola 2011/2012.
El informe alerta por la situación de los maíces sembrados con fechas tardías, en noviembre/diciembre.
«La falta de precipitaciones registradas durante las últimas semanas disminuyó el potencial de rinde de estos cuadros, impactando en la proyección de producción para el cereal a nivel nacional», indicó el relevamiento.
Sorpresas
Pese a la caída en la cosecha, hay algunas zonas puntuales donde los cultivos comenzaron la campaña con buenas reservas de agua, un factor que ahora amortigua la merma. Ocurre por ejemplo con el maíz en algunos lugares de la zona agrícola núcleo, donde, según informó la Bolsa de Comercio de Rosario hay rendimientos que, en 60.000 hectáreas ya cosechadas, rondan los 95 quintales por hectárea.
En este contexto, según el analista de Agritrend, Gustavo López, la suba de unos 30 a 40 dólares la tonelada que registró la soja desde enero, y de unos US$20 el maíz, compensa en parte los magros resultados por la sequía.