«Ya venimos creciendo. Si estamos en un promedio de entre u$s 40 y u$s 45 millones negociados diariamente en acciones, fácilmente podríamos llegar a los u$s 60 millones en el tercer trimestre de 2018, de la mano de una Argentina ascendida a categoría emergente», vaticinan desde la cúpula de Byma, que tienen como desafío repatriar al mercado de capitales y aumentar su volumen, ya que la competencia está en el exterior.
Para prepararse para este momento, Caja de Valores invertirá u$s 10 millones para modificar sus sistemas de custodia y de post trade a la altura de las exigencias internacionales de las depositarias, lo que beneficiará a todos los mercados (MAE, Rofex, MAV, Matba y Byma) y se solventará con recursos propios. Sólo en software desembolsarán u$s 7 millones, pero si se le suma el costo de las licencias, los ajustes necesarios para la modalidad local, la capacitación, el seguimientos y los upgrades posteriores, sumarán otros u$s 3 millones.
«Vamos a transformar la eficiencia (reducción de costos y tiempos) en oportunidades para la economía real», prometen en Byma.
Como puntapié inicial, Caja habilitará un programa de préstamos de títulos valores. Este desarrollo se gestó y financió totalmente dentro de Caja, pensando en disminuir los diferimientos de liquidación y alentar las operaciones de venta en corto (short) que le dan más liquidez a los mercados. Los préstamos posibilitarán reducir las ineficiencias de liquidación de operaciones de mercados.
El programa de préstamo es de títulos valores: los que prestan pueden ser grandes tenedores de stock de títulos, como fondos y compañías de seguros por ejemplo.
En su inicio será un buen negocio para demandantes de títulos públicos, y la tasa será la que marque el mercado. Los montos sujetos a negociar estarán relacionados con los stocks de títulos que sus dueños ponen a alquilar, junto al crédito que le puedan dar al locatario. Los mercados y sus cámaras compensadoras tendrán un rol fundamental para no provocar ninguna corrida.
Además, se viene Tecval (ya pasaron 33 empleados de Caja a Tecval), que será la Sillicon Valley local, donde cualquier tech boy quisiera estar, toda vez que trabajará con proyectos que beneficiarán al mercado de capitales.
De CNV y UIF a Byma
Otra de las novedades es la incorporación como subgerente general de Byma de Soledad Castro, quien fuera ascendida a gerente general de Mercados de CNV durante el kirchnerismo, y con este gobierno había pasado a vocal en el consejo asesor de la UIF en representación de la CNV.
«Era necesario cubrir con idoneidad todo lo atinente a regulaciones locales e internacionales y Soledad era la persona justa. Fue una larga negociación, ya que estaba muy comprometida con los cambios de CNV y UIF. Lo que inclinó su decisión a que viniese a Byma era el desafío que se nos venía», detallan puertas adentro. Por eso, no sólo tomaron a Castro, sino también a un Investor Relation, un idóneo comercial y empleados en comercializar productos, jóvenes profesionales y los capacitaron en Gobierno Corporativo y Sustentabilidad, tomaron consultoría internacional en mercados, consultoría en Gobierno Corporativo, consultores en Recursos Humanos, y consultores especialistas en Negocios de Renta Fija y derivados.