En el mejor de los escenarios, la actividad podría mejorar entre 1% y 2%. Para crecer, requiere de insumos importados y bienes de capital. Exportaciones volverán a caer
La industria cerró 2014 con una caída de entre 2,5% y 3,3%, según la consultora o entidad que lo mida, y no presenta perspectivas de mejora durante este año que acaba de comenzar. El 2015 supone importantes desafíos en materia de financiamiento externo para mantener estable el tipo de cambio, pagar los vencimientos de deuda e impulsar una recuperación de la economía, que necesariamente requiere de dólares.
Si el Gobierno logra obtener divisas –ya sea mediante los swaps con China; emisiones de deuda y canje de parte de los bonos que vencen este año por otros de plazos más largos–, la actividad manufacturera podría mostrar un crecimiento nulo o, en el mejor de los casos, una leve recuperación. De lo contrario, la industria podría sufrir un nuevo proceso de contracción semejante al registrado el año pasado, coincidieron varios economistas consultados. Ninguno cree que la actividad tendrá una fuerte recuperación porque para ello se requeriría un caudal de dólares difícil de conseguir.
Por cada punto de crecimiento del PBI industrial, se requieren entre u$s 2.500 y u$s 3.000 millones en concepto de importaciones y hoy el Gobierno restringió al máximo las autorizaciones de divisas para pagar compras al exterior. "Si el sector industrial repunta, se requieren más partes y piezas importadas y, si se invierte más, más bienes de capital. Además, si el consumo se recupera, también crece la necesidad de bienes finales importados", explicó el economista jefe del Centro de Estudios (CEU) de la UIA, Diego Coatz.
Para el analista, "la clave del crecimiento industrial es si se obtiene financiamiento externo, ya sea por un arreglo con los fondos buitre, que hoy parece lejano, swaps con China o que el Gobierno decida emitir deuda a tasas más altas". Si se tiene en cuenta que este año es electoral y el kirchnerismo se juega la continuidad, es probable que vuelvan a aplicar medidas de tipo expansivas –vía paritarias o política fiscal–, pero "lo que hay que preguntarse es si eso es compatible con el flujo de dólares", consideró Coatz.
Las reservas se ubican en los u$s 31.000 millones y se van perdiendo con el sostenimiento del tipo de cambio y los pagos de vencimientos. Parte podrá usar para sostener la actividad, pero el Gobierno se encontrará nuevamente con el dilema de priorizar la estabilidad cambiaria o el repunte de la economía.
Por su parte, el economista jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, estimó una situación de estancamiento para la industria este año aún en el escenario de obtención de dólares por parte del Gobierno. "Cuánto más crece la industria, más dólares consume, por lo que para empardar la situación de 2014, deberían flexibilizarse las importaciones este año porque las exportaciones van a volver a caer", manifestó el economista.
La consultora Abeceb.com, que dirige Dante Sica, proyecta un panorama similar, aunque con una leve caída de 0,5% este año. Según su perspectiva, la caída del consumo continuará por la pérdida de poder adquisitivo en términos reales y una dinámica laboral en leve contracción y si bien seguirán siendo clave las promociones y cuotas sin interés, "difícilmente reviertan la tendencia de caída en las ventas".
A su vez, la consultora sostiene que en el contexto internacional la demanda se mantiene débil y las expectativas de crecimiento de Brasil no logran repuntar por las fuertes inconsistencias de política económica. "A su vez, el dólar sigue revalorizándose y presionando a la baja sobre los precios de los commodities, lo que afecta tanto a los granos más competitivos (soja) como a las economías regionales, como metales, minería y petróleo", añadió Sica.
En la UIA también proyectan un escenario recesivo en Brasil este año, con los dos sectores industriales más importantes –automotriz y bienes de capital– estancados debido al plan de ajuste lanzado por el gobierno de Dilma Rousseff. Además, el real se devaluó fuerte en los últimos meses y ello desalienta la compra de productos en el exterior.