«El banquero es un hombre que te presta su paraguas cuando el sol está brillando y te lo pide de nuevo cuando está por comenzar a llover». La frase se la atribuye a Mark Twain, el escritor, humorista y emprendedor norteamericano y frecuentemente se la utiliza para criticar el accionar del sistema financiero. Martín Guzmán evita el contacto con banqueros desde que asumió en el Ministerio de Economía. Las misiones de inversores norteamericanos que llegan a Buenos Aires de la mano de bancos son derivadas a subsecretarios o a directores de planta permanente. En su reciente paso por Nueva York, Guzmán no tuvo contactos con ejecutivos de bancos. Actuó casi como si estuvieran infectados del coronavirus.
El cronograma para la renegociación de la deuda ya está lanzado. Se juega la suerte allí de una recuperación de la economía argentina y la del propio Guzmán. Hasta ahora no hay nadie que controle el andar del ministro. Su accionar sólo se evaluará en la primer semana de abril, cuando se conozca el resultado de la oferta argentina y su grado de aceptación. Por ahora nadie en el gobierno observa cómo conduce, si está yendo por el camino adecuado o bien si va rumbo a una colisión. Abril es matar o morir.
«¿Para qué vamos a contratar un banco si lo podemos hacer nosotros?» fue la respuesta de Guzmán ante la recomendación efectuada por hombres de Wall Street para llevar a cabo la oferta a bonistas. Chubut se está moviendo con el JP Morgan y el Citi. El 0,1% de comisiones máximas a pagar por el gobierno argentino suena más a marketing de la política. Puede ser incrementando ese 0,1% en forma «lateral», eludiendo lo que estipula el proyecto que esta semana el Senado convertirá en ley. O si se cumple ese 0,1%, implicará un menor compromiso del banco elegido como asesor, incluso a la hora de defender el debut de los nuevos papeles en los mercados el día después del anuncio de la operación.
La apariencia indica que la renegociación de la deuda argentina no debería ser complicada. Al n y al cabo, el riesgo en países de mercados emergentes siempre es el «riesgo de refinanciación», o, como aludía Twain, a la falta de paraguas. El promedio tiene un stock de deuda equivalente al 70% del PBI. El tamaño de la deuda argentina, neta de tenencias de organismos oficiales, no es dramático. Al 31 de diciembre, los principales tenedores de los papeles argentinos tienen valuados los bonos al 40%. Si la oferta del alumno de Stiglitz llegara a tener un valor de mercado de 50% rápidamente sería aceptada. Implicaría una oportunidad para fondos de inversión de salir de la Argentina. Podrían quedarse sólo si vieran mayores oportunidades de ganancias con sus tenencias.
Un alto ejecutivo de un fondo en Nueva York reveló a este diario una propuesta que le acercarán a Argentina para la renegociación de la deuda. Obviamente puede ser sujeto a algunas modificaciones en los contactos entre el gobierno y bonistas que se hagan en la segunda quincena de este mes, en el llamado «intercambio de visiones», tal como reza el cronograma presentado por el Ministerio de Economía. Aún así, es la base para un futuro acuerdo, si es que llegara a ocurrir.
La propuesta contiene las siguientes características:
1) Se extienden los plazos por cuatro años y la condonación del pago de intereses también por 4 años.
2) Como endulzante o «sweetener» para los bonistas, se les otorga un pago en efectivo equivalente a los intereses de esos 4 años con una quita del 50%. Se utiliza una tasa de descuento de 10% para calcular el valor presente.
3) La extensión del vencimiento, los pagos de capital, por cuatro años alcanza a todos los bonos. Incluye hasta a los de más largo plazo, como el «Centenario».
4) El fondeo para el pago en efectivo podría venir de una combinación entre un nuevo bono, el uso de reservas del BCRA o un nuevo financiamiento o «swap» al BCRA.
5) El pago en efectivo ascendería a u$s 12.700 millones, excluyendo deuda intra sector público, organismos multilaterales, Letras del Tesoro y otras de corto plazo. Sería un monto de máxima sin considerar una posible negociación por un monto menor. En los próximos cuatro años, los pagos de intereses ascienden a u$s 32.000 millones.
6) El valor presente de los nuevos bonos en la propuesta de restructuración es de 72% para aquellos que vencen entre 2020-2023; de 62% para los de entre 2024-2028; de 53% para los de entre 2033-2038 y de 48% para los de entre 2046-2117. El valor presente se calculó con una tasa de descuento de 12%.
7) Las Letras del Tesoro serían refinanciados por separado. Dejan abierta la deuda con el FGS del ANSES para su inclusión en la restructuración.
Esta semana la provincia de Buenos Aires se juega su suerte por el default. Aún no se entiende porqué ató Kicillof su oferta a la del gobierno nacional cuando el stock de deuda y los tenedores son diferentes. ¿O no quiso competir con Guzmán por ser quién era el más agresivo con bonistas? Por lo pronto su default puede salpicar a Guzmán en su camino al 31 de marzo. Hasta el viernes se buscaba convencer desde La Plata a un fondo norteamericano que no aceptaba propuesta y que, detrás de él, se encolumnaban otros acreedores importantes.
En lo económico, el resultado de la renegociación de la deuda marcará en buena parte cuanto suceda desde abril con la actividad por su impacto en inversión y consumo privado. Y fundamentalmente es clave porque le pueden volver a acercar un paraguas al país. Al n y al cabo hace 22 meses que a la Argentina le quitaron el paraguas que le habían prestado. No hay pronóstico de que en el corto plazo salga elsol.