Dicen que un pesimista es un optimista bien informado. Tratándose del Banco Central que conduce Federico Sturzenegger, los pronósticos del mercado bien podrían ser considerados conservadores y algo pesimistas. Por un lado, señalan que faltan señales claras de que, una vez superados los ajustes de tarifas, habrá un recorte sustancial de la inflación. En rigor, según numerosas consultoras privadas, la tasa de inflación de abril se ubicará por encima del 2%. Esto ha largado la previsión de una suba de tasas y, por ende, de una profundización de los volúmenes de carry-trade, lo que generaría mayor ingreso de dólares y estancamiento del tipo de cambio.
Según el relevamiento de expectativas del Banco Central (REM) del mes de abril, para fines de diciembre del corriente, los analistas consultados afirmaron que esperan que el tipo de cambio nominal alcance los $ 17,6, un 11,2% menos que en el pronóstico de marzo. En tanto, la proyección para diciembre de 2018 se redujo a $20, un 13% menos.
El dato central es que la inflación núcleo, que viene de marcar 1,8% en marzo, esta vez rondará 1,6% -según estimaciones-, aún por encima de las expectativas del propio Banco Central (17% tope inflación para el año). Por otro, los datos de precios analizados hasta ahora del mes de abril, estarían dando cuenta que una vez pasado el impacto de la suba de tarifas, de todas formas se siguen obteniendo registros con niveles de inflación que no se encuentran acordes con la meta de 2017.
Para la consultora Elypsis, la inflación preliminar de abril en el AMBA será de 2,1% (27,4% anualizado) mientras que Ecolatina, del ex ministro Lavagna, la calcula en 2%.
Analistas creen que el dilema está planteado: el BCRA podría «no hacer nada» para favorecer la reactivación económica y mejorar las chances electorales del Gobierno o «hacer algo» para preservar la credibilidad al mostrar compromiso con la meta de inflación anual. «Nuestra impresión es que la autoridad monetaria continuará haciendo equilibrio entre ambos objetivos, con lo cual no descartamos una suba de las tasas de interés de intervención en las próximas semanas», señaló Hernán Hirsch, titular de la consultora FyE.
En este mismo sentido, las últimas horas trajeron algunas señales. Por ejemplo, el miércoles, el BCRA volvió a subir la tasa de Lebac hasta un máximo del 25% anual, con fuertes ventas de letras en el mercado secundario. En el mercado se especuló que, de esa forma, el Central está marcando el verdadero sendero de tasas de interés que quiere, algo que podría llevarla a 25,50% anual a 7 días, el mismo nivel que tienen hoy los pases pasivos. «En informes previos analizamos que la política monetaria enfrentaba limitaciones para contener las presiones inflacionarias elevando las tasas de interés y que ello estaba forzando un escenario de apreciación real cambiaria», señala un reporte de FyE.
También economistas sostienen que el ritmo de crecimiento del gasto primario (40% anual devengado en el primer trimestre) le «impone» una presión adicional a la política monetaria que opera mayormente sobre el sector privado. El razonamiento que prima es el siguiente: la suba de tasas del BCRA (y la absorción de liquidez) generó un incremento de la tasa interbancaria que comenzó a trasladarse al resto de las tasas del mercado. «Si el Banco Central mantiene una tasa de interés de los pases de 26,25% y continúa imponiéndole un piso a la tasa de Lebac por encima de 23,5% en el mercado secundario las tasas de interés interbancarias se mantendrán en los niveles actuales y la Badlar privada debería reducir el spread actual en relación a las Lebac», sostienen en FyE. Esto decantaría una política monetaria que se ratificará más rígida si se la compara con los principales bancos centrales de los países de la región (Brasil, Chile, Perú y Colombia) que están reduciendo las tasas, por lo que el carry trade seguirá siendo estimulado y, por ende, el ingreso de capitales, lo que augura un tipo de cambio planchado por más tiempo.
Fuente: http://www.ambito.com/881722-proyectan-mayor-atraso-cambiario-para-diciembre