Los analistas calculan que hay margen para una baja adicional de unos 100 puntos básicos. La distancia con Brasil es de 2,5%, por encima de la brecha histórica
El riesgo país cae más de 130 puntos en lo que va del año, marcando una buena recuperación de la renta fija argentina. Todos los bonos locales se muestran en verde este año, haciendo un claro contraste con los números con los que habían finalizado el 2018.
El Bonar 24, por ejemplo, sube un 5,1% en el año, mientras que el DICA avanza más de un 11% en las dos primeras semanas del 2019. La parte más larga de la curva de la deuda soberana evidencia una recuperación del 7,5% en 2019.
La recuperación de la suba de los bonos lleva asociada una compresión de spreads de los bonos argentinos, permitiendo que las tasas de la renta fija apunten a la baja.
Por su parte, el Bonar 24 alcanzó un máximo de 14% el 27 de diciembre pasado y, gracias a la recuperación, la TTIR del bono pasó a 10,25%, reduciendo 375 puntos básicos la tasa.
Dado que la parte más desarbitrada respecto de la curva se ubicaba en la parte media, el extremo de la curva no evidenció una compresión de spread similar respecto de su tasa aunque sí vimos una reducción de la tasa en 80 puntos básicos.
Por un lado vale la pena preguntarse por qué se dio dicho rebote, y en una segunda instancia, ¿cuánto más pueden comprimir los bonos argentino?
Por qué rebotan los bonos
Haciendo un balance de lo ocurrido en lo que va del año, Santiago Quarracino, Portfolio Manager de renta fija de Quinquela Fondos comentó que la compresión de spreads en lo que va del año estuvo basado principalmente en las mejores condiciones para los mercados emergentes en el mundo.
«La presión compradora se mantiene principalmente desde las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, donde daba a entender que la suba de tasas de referencia de Estados Unidos podría tener una pausa. Si bien hay otros eventos que contribuyeron al rally local como la asunción de Bolsonaro en Brasil y menores tensiones en la guerra comercial entre China y Estados Unidos, las expectativas sobre la tasa llevaron la voz cantante», remarcó Quarrancino.
En línea con este análisis, el Portfolio Manager de Quinquela entiende que este punto es crucial para Argentina y su programa financiero, cuyo punto más débil es la renovación de los vencimientos en el 2020 una vez que se terminen los aportes del Fondo Monetario Internacional.
«La confianza de los mercados es crucial para una refinanciación de los vencimientos de deuda (y cerca de 5.000 millones de dólares adicionales que se deberían tomar que en condiciones normales es un monto accesible), máxime con un panorama político incierto. Por eso la enorme disparidad de rendimientos de la deuda en dólares de corto plazo contra aquellos vencimientos que pasan el 2019», apuntó el especialista.
Mirando hacia adelante, desde Quinquela Fondos entienden que un objetivo razonable para la renta fija local podría apuntar una compresión adicional de 100 puntos básicos en los rendimientos siempre y cuando las condiciones internacionales se mantengan y la reducción en el riesgo de refinanciación, aún con incertidumbre política, se mantenga. «Eso implicaría una brecha con países comparables como Brasil de algo más de 250 puntos básicos, medida ampliamente superior a la histórica. También podría mostrar una compresión aún mayor una vez despejado el horizonte político con las elecciones nacionales», sostuvo Santiago Quarracino.
Martín Saud, Senior Trader en Balanz sostuvo que, «desde Balanz vemos que aún pueden seguir comprimiendo un 0,75% los bonos cortos y un 0,50% los bonos de la parte larga de la curva. Esto nos llevaría a los nivele previos a la fuerte caída que hubo en diciembre de 2018, es decir, con un precio aproximado de u$s 97 para el Global 21 y u$s 80 para el Century. Cabe destacar que fue en estos niveles donde comenzaron a aparecer los vendedores», sostuvieron.
Pablo Castagna, director de Portfolio Personal Inversiones, sostuvo que la compresión del riesgo país seguirá siendo clave para empujar mejores valuaciones y que, sobre ese punto, el análisis se debe dividir en dos. Por un lado, el económico y monetario y por otro, el político.
«El primer factor parece estar en el camino correcto. No hay dudas que hay buenas señales en este camino, y la compra de reservas fue una de ellas la semana pasada. Con respecto al factor político, este último es lógicamente un desafío, que no desaparecerá en las próximas semanas, sino que en concreto se profundizará en un marco de encuestas que van a ir y venir, y definición de candidatos», sostuvo Castagna.
Para el director de PPI, el factor político entonces será un factor propio que presionará sobre la volatilidad y puede limitar de corto plazo una caída mucho más importante.
«Apuntamos acá, en principio, a un riesgo país en la zona de 600-650. Creemos que, para alcanzar niveles inferiores, quizás deban existir antes otras noticias más concretas, y/o otras probabilidades de ocurrencia (en especial, para el escenario negativo)», sostuvo.