El problema cambiario que afectó a la Argentina en estos años no parece haber sido superado por completo para una parte de la economía. El mercado minorista presume por ahora que el dólar está por debajo de su valor de equilibrio y ve más incentivos para comprar que para vender billetes. En las ventanillas y en las webs de los bancos la demanda de dólares de los clientes se mantiene firme y supera los u$s 75 millones diarios (según estimaciones del sector). La cantidad de ventas que realizan, al mismo tiempo, se ubica por ahora en menos de la mitad.
En estos momentos, el sector privado se ve más propenso a tomar billetes que a liberarlos. Hay una serie de factores detrás de este comportamiento:
1 – En la City se vio ayer una versión suave del puré, el mecanismo de compra y venta de divisas que aprendieron los ahorristas con el cepo cambiario y que en los últimos meses dejaba ganancias de entre $ 200 y $ 300 por cada u$s 100 operados. Ayer, este mismo arbitraje les permitió hacerse de $ 100 con esa misma cantidad. Sucedió que, por la demanda de las vacaciones, el precio del dólar informal dio un salto en estos días hasta llegar a los $ 14,60 al mediodía. La brecha llegó así hasta un 10% que muchos empezaron a ver atractiva para comprar dólares oficiales y venderlos en las cuevas.
2- El sector privado ve que la oferta de divisas que hoy abastece al mercado cambiario mayorista, en donde todavía no se ve una fuerte presencia de importadores, es producto de una liquidación excepcional que hacen las cerealeras, sólo por un acuerdo alcanzado con el Gobierno. Las ventas llegan a los u$s 250 millones y superan, siempre, las necesidades del mercado. Pero se considera como una oferta extraordinaria que en algún momento podría empezar a extinguirse. El plan oficial es «ganar tiempo» hasta que a fin de marzo llegue, otra vez, la liquidación de divisas por cosecha de soja. «Así y todo, el dato es que hoy no vemos al BCRA vendiendo dólares y perdiendo reservas», comentó el economista de Inversor Global, Iván Carrino.
3- La demanda de importaciones es todavía escasa y resulta siempre inferior a la lluvia de dólares que entregan los exportadores; a tal punto que, a veces, las propias compañías agropecuarias no encuentran mercado para desprenderse de sus billetes. Pero se cree que podría repuntar con fuerza en las próximas semanas cuando, en 60 o 90 días, quienes compran mercadería en el exterior deban hacer efectivo sus pagos a sus proveedores.
4- El Banco Central se mantiene por ahora al margen del mercado cambiario, a pesar de que en este contexto necesitaría sumar reservas. El organismo evita comprar dólares porque convalidaría así una inyección de pesos en el mercado y una mayor emisión monetaria, de ahí que se espere que, en algún momento, aparezcan sus intervenciones para levantar el precio del tipo de cambio oficial.
5- El Gobierno no dio hasta grandes pasos sobre el problema del déficit fiscal, una de las principales causas que ve una buena parte de los economistas sobre la inflación local. «La evolución de precios sigue alta. No hacer nada con el déficit va a generar desconfianza, porque a la larga éste no se puede financiar sólo con deuda externa. La demanda de dólares es normal en una economía inflacionaria», completó Carrino.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=821653