Se trata de las operaciones que a partir de ahora se realizan en el mercado “contado con liquidación”, en un operatoria denominado Segmento de Negociación Bilateral, sin límite de monto y lo más importante: sin intervención del Gobierno
La Argentina se encamina a batir un nuevo récord: el país con más cantidad de tipos de cambio. A la docena de cotizaciones distintas que existen se agregó una nueva: el “dólar Senebi”, que en el mercado también denominado “contado con liquidación libre”, ya que no tiene intervención del Gobierno ni hay límite de monto para la operatoria con bonos.
Las últimas medidas dispuestas por la Comisión Nacional de Valores y el Banco Central determinaron nuevas reglas para el “contado con liquidación”, es decir la operatoria de compra y venta de bonos que tiene como objetivo dolarizarse partiendo de una posición en pesos. A partir de ahora, el límite por empresa o individuo sería de USD 100.000 de valor nominal, es decir unos 35.000 dólares por semana.
Se trata de una medida estricta que básicamente busca reducir al mínimo la operatoria de bonos en el mercado bursátil. La intención del Gobierno es que sea el Banco Central el que finalmente fije la cotización del “contado con liquidación”, que es la que en alguna medida marca el ritmo del dólar financiero, incluyendo el comportamiento del dólar libre. De hecho en los últimos meses ambos se vienen moviendo casi al mismo tiempo y a pocos pesos de diferencia.
Sin embargo, el Gobierno autorizó a operar con bonos sin límite de monto máximo a través de otra operatoria, denominada Senebi (Segmento de Negociación Bilateral). Se trata de transacciones que se realizan por fuera del mercado bursátil tradicional y se efectúan en forma bilateral. Por lo tanto, la operación no figura en ningún lado y tampoco el precio. El objetivo de las autoridades sería justamente que exista la menor referencia posible sobre el dólar “contado con liquidación”, que pasaría a manejar prácticamente a su antojo. En el Senebi no hay garantía de contraparte, que es lo que ofrecen los mercados regulados.
Las luces de alerta sonaron cuando el “contado con liqui” superó los $ 170 y la brecha se aproximó a 75%. El peligro de una espiralización a partir de estos valores resulta una posibilidad muy riesgosa faltando tan poco para las elecciones.
El mercado Senebi ya existía, pero ahora se estima que adquirirá un volumen sustancialmente más alto. Cualquier individuo o empresa que busque dolarizarse por montos superiores deberá pasar por este mercado, a través de su sociedad de Bolsa.
Textualmente, el mercado bursátil define de esta forma el Senebi: “Los agentes miembros operan por su propia cuenta, concertando las operaciones mediante tratativas directas. Las operaciones concertadas deberán ser informadas por los agentes para su divulgación, registro y publicación. Las operaciones concertadas y registradas en Senebi se consideran no garantizadas y, en consecuencia, no gozan del respaldo del Fondo de Garantía Obligatorio”.
Al tratarse de un mercado más opaco (no hay referencia de precios), se supone que con el correr de los días el tipo de cambio que surgirá en las operaciones será más alto que el “contado con liqui”. De la misma manera, si alguien precisa vender dólares para pasarse a pesos también deberá vender por debajo del precio de referencia que aparece en las pantallas.
Además, con las trabas para acceder al mercado bursátil, el Central busca cuidar su posición en bonos dolarizados (que recibió en el canje de deuda del año pasado), como también el nivel de reservas, luego de haber acumulado USD 3.000 millones adicionales en el primer semestre.
El mercado está así inundado de distintos tipos de cotizaciones para el dólar: mayorista, oficial, minorista, “solidario”, tarjeta, contado con liquidación, MEP, libre o “blue” y ahora Senebi, que se supone terminará en el medio del contado con liquidación y el libre.
Para los próximos meses se espera una mayor presión de los inversores por dolarizarse, que es lo que explica la intervención en un mercado que ya cotiza a un tipo de cambio alto. Sin embargo, ni los $170 amedrentan a quienes deben encontrar un destino a sus pesos, buscando refugio a casi cualquier precio.
Por otra parte, también hay fuerte emisión de pesos por delante, ante la necesidad del Central de salir a monetizar el déficit de los próximos meses. Se calcula que serían cerca de un billón de pesos, que podrían terminar presionando adicionalmente sobre el tipo de cambio.