Ni país emergente ni “de frontera”: es una clasificación que MSCI se reserva para ciertos países con un “severo deterioro” de la accesibilidad, tamaño y la liquidez del mercado
La Argentina fue reclasificada este jueves por el MSCI bajo la categoría “standalone”, que es una denominación que reserva para algunas economías que, considera la compañía que elabora el índice, tienen barreras de accesibilidad a los inversores extranjeros, tensiones políticas, mercados de capitales pequeños y economías pobres o que carecen de regulaciones adecuadas.
Según la definición de la compañía que elabora índices de inversión que influyen en las decisiones de inversión de muchos fondos de inversión del mundo, hay dos grupos de países que pueden ser considerados “standalone” (autónomo o independiente): las naciones “recién llegadas” al índice MSCI o aquellas que tuvieron una rebaja de su categoría desde emergentes -como en el caso argentino- o desde fronterizos.
“Estos mercados deben demostrar una relativa apertura y accesibilidad para los inversores extranjeros y que no están atravesando un período de extrema inestabilidad económica o política”, define el MSCI en su web a los países que integran esa categoría, que desde ahora incluirá al mercado de acciones argentino.
Más allá de los casos de naciones que llegan por primera vez al índice y comienzan ocupando esa categoría, el MSCI considera que puede “reclasificar temporalmente los mercados que actualmente forman parte de los mercados desarrollados, los mercados emergentes o los mercados fronterizos como un mercado ‘standalone’ en el caso de un deterioro severo en la accesibilidad del mercado o el tamaño y la liquidez de ese mercado”, explicó.
Los países que están en esta nueva categoría con la Argentina son: Jamaica, Panamá, Trinidad y Tobago, Bosnia, Malta, Zimbabue, Líbano y Palestina. “Desde septiembre de 2019, los inversores institucionales internacionales han estado sujetos a la imposición de controles de capital en el mercado de renta variable de Argentina”, dijo Craig Feldman, jefe global de Investigación de Gestión de Índices Management Research y miembro del Comité de Políticas del Índice MSCI.
MSCI había publicado su reporte Global Accessibility Review correspondiente a 2021, en el que se relevan las condiciones de accesibilidad de 83 mercados de valores del mundo. En esa ocasión, la Argentina no había sido incluida en ese análisis, ya que desde la imposición de controles de cambio en septiembre de 2019 su estatus está en revisión. Por eso, la decisión para este mercado en particular se había postergado hasta hoy.
La MSCI asegura que la posible posible reincorporación de un país en los índices de mercados desarrollados, mercados emergentes o mercados fronterizos “solo se considerará después de la consulta con clientes”. Según explicó recientemente en una entrevista con Infobae el economista Norberto Sosa, director de Invertir en Bolsa (IEB), “los participantes con mayor ponderación para los resultados” en esa consulta son los fondos de pensión.
Según Sosa, el 95% de los fondos de pensión de los Estados Unidos, utilizan a los índices de MSCI como referencia, por lo tanto, son miles de millones de dólares que encuentran su destino a partir de lo que determina la compañía elaboradora de índices de inversión.
Cómo funcionan los índices MSCI
Los índices MSCI están compuestos por una serie de valores de referencia que, en su conjunto, reflejan de una forma representativa la evolución de los mercados más importantes del mundo: el estadounidense, el japonés, el europeo o, directamente, el mercado mundial, entre muchos otros. En general, los activos que forman parte de ellos se caracterizan por ser fáciles de negociar y con una elevada liquidez a nivel mundial.
La selección de los papeles que componen cada uno de estos índices se realiza analizando grandes empresas y también compañías de mediana y baja capitalización. En general, los activos que forman parte de ellos se caracterizan por ser fáciles de negociar y con una elevada liquidez a nivel mundial.
Parte del mercado utiliza estos indicadores como “guía” de inversión. Existen fondos “pasivos” en los que no hay ningún administrador decidiendo estrategias, simplemente copian la composición de un índice y el resultado que obtienen quienes invierten en ellos no es más que la suerte que corrió ese índice.
Así, por ejemplo, una acción que es incluida en uno de esos índices inmediatamente goza del efecto de las compras de fondos pasivos que por sus propios compromisos con los inversores tienen que cargar en sus carteras una cantidad de acciones determinada de esa empresa recientemente incluida.