El mayor gasto público por las elecciones y el COVID-19 anticipan una creciente emisión monetaria hacia fin de año. También el BCRA enfrenta dificultades para acumular reservas
Hasta ahora, este 2021 mostró números positivos para las cuentas del Gobierno, que permitieron sortear con comodidad el desafío cambiario. Con liquidaciones récord del agro por encima de los USD 20.000 millones, el Banco Central pudo alcanzar un saldo positivo de más de USD 7.000 millones por su intervención cambiaria, las reservas crecieron unos USD 3.100 millones y el dólar subió muy por debajo de la inflación, tanto en el mercado formal como en el paralelo.
Por otra parte, el Tesoro obtuvo un financiamiento neto positivo por $311.431 millones para el acumulado del 2021, aunque este monto fue inferior a las transferencias efectuadas desde el BCRA, que totalizaron $510.000 millones.
Este escenario variará hacia fin de año, con el ingrediente añadido de las elecciones de medio término, que siempre tienen repercusión en el plano financiero. Una menor estacionalidad de las exportaciones del agro coincide con una mayor demanda de divisas por cobertura, cuando se avecinan voluminosos vencimientos de bonos del Tesoro y también se complica la acumulación de reservas hacia fin de año.
Por eso, la “pax cambiaria” presente muestra signos de debilidad hacia el futuro, por cuatro aspectos que no pueden pasarse por alto:
1) Dificultad para financiar el déficit. La primera licitación de bonos del Tesoro de agosto encendió una luz roja. La Secretaría de Finanzas consiguió cubrir solo el 65% de los vencimientos, obtuvo $146.345 millones y recortó en $80.000 millones el “colchón” que se había procurado con la colocación de deuda. El mayor gasto público previsto por el COVID-19 y también por las elecciones condicionará al BCRA, que deberá asistir al fisco con emisión monetaria.
Los analistas de IEB (Invertir en Bolsa) indicaron que “la primera licitación del Tesoro de agosto arrancó con un financiamiento neto negativo. La licitación fue mala, pero apostamos que la flexibilidad de Finanzas permitirá dar vuelta la mala performance en la próxima licitación”.
2) Menos acumulación de reservas. Hacia fin de año decae el superávit comercial, con necesidades de importaciones que se mantienen relativamente constantes por el “rebote” de la actividad y menos ingresos por exportaciones. A la vez, el BCRA debe aportar divisas para los pagos de deuda e importaciones relevantes como las de energía.
La inyección de nuevos Derechos Especiales de Giro (DEG) aprobada por el FMI, por unos USD 4.350 millones, se utilizará para pagar importantes vencimientos con el el propio organismo. A falta de crédito externo e inversión extranjera, todo indica que las reservas experimentarán una caída para el cierre de 2021.
En un encuentro organizado por TSA Bursátil, el ex analista financiero del BCRA Marcelo Delfino recordó que “desde principios de este año el ritmo de devaluación ha disminuido para utilizarlo como ancla anti inflacionaria. El aumento de las exportaciones, acompañadas por buenos precios de los commodities, ha permitido que el BCRA incremente sus niveles de reservas, que en parte fueron utilizadas para intervenir en los dólares paralelos. ¿Qué va a pasar con el tipo de cambio? Una de las claves será el acuerdo con el FMI. Sin embargo, dadas las proyecciones de aumento del 25% en el tipo de cambio para 2021, con una inflación del 50%, el tipo de cambio caería 16,7% en términos reales”.
3) Inflación versus devaluación. En lo que va de 2021 la inflación se acerca al umbral del 30% anual, mientras que el BCRA se esfuerza en regular la suba del tipo de cambio oficial, que gana el 15,1%, con la intención de usarlo como “ancla”, dada su incidencia sobre el precio de bienes, piezas e insumos importados.
Para Pedro Siaba Serrate, estratega de Portfolio Personal Inversiones, “el panorama luce complicado, más considerando que por estacionalidad, la venta del agro en el MULC empieza a ser descendente. Por su parte, el BCRA mantiene la devaluación oficial, con el crawling peg en niveles muy bajos. En este marco, el mercado está comenzando a especular con que el proceso devaluatorio se acelere después de las elecciones legislativas. Pero el Gobierno, por su parte, no quiere generar ningún ruido cambiario para no afectar los precios y mantener el salario real de la gente”.
Ecolatina proyecta una inflación de 48,5% para 2021 y advierte que “el gran problema no será solo la suba de precios de este año: con un dólar y tarifas congelados, y un acuerdo con el FMI pronto a firmarse, la primera mitad de 2022 también podría ser agitada en materia inflacionaria, dejando un piso de 40% para el año que viene”.
Los expertos de Consultatio Plus aportaron » la inercia inflacionaria fue más severa de lo que hubiésemos podido anticipar para la magnitud de ancla cambiaria que impuso el Gobierno”.
“Esto tal vez no sea tan relevante en los meses que quedan para fin de año, cuando el ancla cambiaria siga en pie y la inflación se siga desacelerando -más que nada en el tercer trimestre, ya que prevemos una nueva aceleración en el cuarto trimestre-, pero lo será luego de de las elecciones, cuando esperamos que los precios regulados empiecen a liberarse al igual que la depreciación del tipo de cambio”, acotaron desde Consultatio Plus.
4) La influencia de Brasil. Desde sus mínimos de marzo, el real brasileño se viene apreciando y esta tendencia favorece la estrategia local de “atrasar” el tipo de cambio, pues el gigante sudamericano es el principal socio comercial. La suba de la tasa de referencia Selic a 5,25% le puede dar un respaldo extra a esta dinámica.
El dólar en Brasil cayó desde los 5,80 reales de marzo a los 5,16 de esta semana. Un real más fuerte ayuda a apuntalar la demanda brasileña de productos argentinos.
Per el “árbol” no tiene que tapar al “bosque”: a pesar de la contribución brasileña. el índice de Tipo de Cambio real Multilateral (ITCRM) que mide el BCRA cedió a los 112 puntos, un mínimo en 14 meses.
“La estrategia de usar el ancla cambiaria para desinflacionar la economía se encuentra directamente atada a los vientos favorables globales que siguen empujando al real de Brasil al alza”, estimó la consultora Delphos Investment. “Depreciar la moneda muy por debajo de la inflación es sólo posible si la moneda de nuestro principal socio comercial se aprecia. De esta manera, no se registra un atraso del tipo de cambio real gracias a factores externos”, añadió.