En qué aspectos, primordialmente, están puestas las expectativas para el año entrante ? ¿Cuáles consideras que serán los segmentos de mayor crecimiento?
Inicialmente las expectativas están puestas en el segmento residencial medio alto y alto, sobre todo en lo suburbano. Ese es el nicho más atractivo en el corto plazo, dado que no depende del crédito hipotecario, aún inexistente, y está potenciado por el interés que uno ve en el mercado por la búsqueda del verde emergente de la pandemia.
Lo urbano para ese mismo segmento, también es interesante aunque con una absorción comercial aún limitada. En efecto, se vende poco en pozo.
Sin embargo, el nicho más atractivo a mediano plazo es el residencial de clase media y luego media baja, que despegará cuando regrese el financiamiento a largo plazo.
En ese momento ese segmento rebotará mucho dado que está muy relegado luego de muchos años de virtual parálisis.
Respecto de otros productos inmobiliarios, la hotelería tendrá una gran performance cuando vuelva el turismo, en la post pandemia, motorizado por lo barato que está nuestro país medido en dólares reales.
También hay un excelente momento para la logística, sobre todo de última milla a raíz del boom del e-commerce.
Más lenta será la recuperación de las oficinas y los centros comerciales dado que nadie sabe qué fisonomía tendrán ambos programas una vez que la pandemia sea finalmente parte del pasado.
No obstante ello, el segmento comercial puede tener un rebote más rápido de la mano del entretenimiento, que sí puede llegar a tener demanda por la ansiedad que genera el reencuentro aún conviviendo con el coronavirus.
. Qué medidas y qué cambios son necesarios para reactivar el sector en función de las problemáticas actuales?
Lo más importante es la macro, es decir que baje la inflación y que exista una percepción estable respecto del futuro del dólar.
Una estabilización de esas variables tendría un impacto muy favorable sobre nuestro sector dado que motorizaría la propensión a invertir en el país.
La voluntad de hacerlo en ladrillos siempre está presente y es primera en la lista de opciones para quien tiene cierta capacidad de ahorro, pero hace falta que en la batalla contra el dólar, gane nuestra industria para lo cual la calma macro, económica y política, es esencial.
En el ámbito de la micro, la agenda de lo que necesitamos lo antes posible incluye una mejora en la ley de alquileres, la aprobación e implementación del proyecto de ley sobre crédito hipotecario que está en el congreso para que los bancos se animen a dar préstamos ajustados por salarios y la prórroga del blanqueo.
. Qué balance hacés respecto a la articulación público privada en 2021? ¿Cuáles son los desafíos para el 2022?
Tenemos un gran diálogo con el gobierno en todos sus niveles, gracias a lo cual se han generado y han sido bien recibidas las propuestas de blanqueo y sobre el regreso del crédito hipotecario accesible.
También a nivel de Caba el diálogo es muy bueno. Sirvió entre otras cosas para introducir la figura del desarrollador urbano en el nuevo código de edificación y para tener un diálogo muy fructífero respecto del proyecto de incremento de la plusvalía.
En Provincia de Bs. As. también la relación es muy buena, en cuestiones tales como por ejemplo la regularización de urbanizaciones, actualmente en marcha.
A futuro, a lo largo de este año tenemos la expectativa de seguir profundizando el diálogo con más y mejores proyectos para nuestro sector.