Hoy termina nuestro último study tour a Miami. Debo reconocer que llegué con muchas dudas. En Buenos Aires venía leyendo, en medios periodísticos, noticias muy negativas: recesión, aumento de la tasa de interés y alta inflación, todo lo cual en el viaje anterior (3 meses atrás) casi ni estaba.
Naturalmente que lo decodificaba a la distancia como un combo explosivo, que se potenció más aún cuando bajé del avión al ver las protestas de todo el mundo por los aumentos del supermercado y de los alquileres. Y más aún cuando conversé con los constructores, refiriendo incrementos desmesurados de sus principales insumos y de la mano de obra.
Sin embargo, rápidamente me crucé con nuevos lanzamientos de proyectos muy importantes, muchos emprendimientos también nuevos destinados a la renta residencial para clase media (que es el “producto estrella”) y un imparable flujo de empresas y familias de NYC y de California que continúan migrando a Miami y que motorizan el mercado inmobiliario.
Recesión ? Ni noticias. Baja de precios? Tampoco. Ritmos de ventas amesetados? Si, pero sin lugar a dudas se sigue respirando un Miami tan pero tan pujante, que lo vuelve irresistible.